Punto de vista de Evelyn Hawkings
Cuando Draco se despertó el día siguiente, yo estaba medio desplomada en un lado de su cama con mis ojos cerrados, la entera enfermería vacía en excepción por nosotros dos. Él se desplazó por debajo de mí y automáticamente abrí mis ojos, levantándome rápidamente y olvidando todo sobre estar cansada. Los ojos de Draco estaban nublados mientras luchaba para levantarse, levantando una de sus manos para sentir el vendaje alrededor de su pecho que parecía estar contrayéndolo.
Rápidamente agarré su brazo para mantenerlo alejado de tocarlo, usando mi otra mano para intentar suavemente empujarlo hacia atrás contra la cama.
─No te levantes, te harás daño.
Draco tragó duramente mientras se inclinaba sobre sí mismo para mirarme, preguntando en una voz ronca: ─¿Estás... estás bien?
Lo miré en shock; ayer casi moría, ¿y la primera cosa que hace es preguntarme si yo estoy bien? Pero sabía que no se tranquilizaría hasta que le contestara así que le dije de prisa: ─Sí, estoy bien. ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?
─Como la mierda ─dijo, y fue entonces cuando me di cuenta de cuánto de pálido estaba.
─¿Debería llamar a Pomfrey? ─le pregunté, preocupada de que fuera a desmayarse de nuevo al haber perdido tanta sangre─ Acaba de bajar a desayunar, puedo...
─No, quédate aquí ─Draco me interrumpió, su voz rompiéndose y sonando como si no hubiera sido usada durante días. Se acercó hacía mí y agarré su mano, mirándolo por encima con ojos abiertos.
Pomfrey acababa de cambiar los vendajes antes de que se fuera, así que aún no había ninguna mancha de sangre. Había tenido que apartar su camisa rota cuando Snape había traído a Draco a la enfermería, y me estremecí mientras recordaba ver los cortes profundos formados en su piel. Aún seguía sin estar segura de cómo Snape se las había arreglado para hacer que parara de sangrar; me sentía mareada cuando recordaba cuanto de malo había sido.
─Hey ─Draco dijo en una voz silenciosa, alzando su mano izquierda de debajo de las sábanas para sostener mi mano con ambas de las suyas. Él podía ver lo triste que estaba por las lágrimas que rebosaban mis ojos, haciendo borrosa mi visión porque rehusaba a dejarlas caer. No quería llorar delante de él por lo que probablemente sería la vigésima vez.
─¿Lo... lo recuerdas todo? ─me ahogué, sorbiendo y limpiando la parte trasera de mi mano contra los labios. Me había dicho a mí misma que no iba a ponerme triste una vez que él se despertara.
Draco parpadeó, mirando hacia el techo y exhalando duramente. Su voz era fina mientras me respondía: ─Recuerdo que Potter es gilipollas.
Por primera vez, estuve de acuerdo con él. Enfadadamente, le dije: ─Quería matarlo ayer. Cuando Snape te trajo aquí, él solamente se fue. Ni siquiera me dijo nada.
─Te lo he dicho, es gilipollas. Dime que ha sido expulsado.
Entonces miró en mi dirección, deslizándose en la cama a pesar de mis protestas.
─¿No... no habrás estado aquí toda la noche, no?
Miré hacia abajo inquietamente, a donde se encontraban las sábanas, para evitar su dura mirada, porque sabía que él estaría triste si sabía que no me había alejado de su lado des de lo que había sucedido. Y definitivamente se volvería loco si descubría que no había dormido en toda la noche.
─Eve ─espetó cuando no le contesté inmediatamente─ ¿Te has quedado aquí toda la noche?
─Sí, pero ¿y qué? ─le dije enfadadamente, las lágrimas todavía forzándose en mis ojos─ ¿Crees que iba a dejarte aquí solo? Estaba asustada. Cuando te vi ahí tumbado en el baño, pensé que estabas muerto. No sabía que pasaba, y pensé... pensé...
Draco intentó acercarme hacia él cuando se dio cuenta que estaba empezando a llorar, así que caí contra un lado de la cama para evitar hacerle daño, rodeando con un brazo la parte trasera de su cuello y cavando mi cara en su hombro.
─Lo... lo siento ─me ahogué, temblando e intentando colocarme a reajustarme a mí misma de nuevo. No debería estar llorando─ Solo pensé que te habías... ido.
─No llores, Eve ─susurró contra mi pelo, haciendo una pequeña mueca por debajo de mí y provocando que saltara hacia atrás como si le hubiera hecho daño. Pero Draco sostuvo mis manos fuertemente y me miró seriamente, diciéndome─ Escucha, está bien. No ha pasado nada malo.
─Pero... si Snape no hubiera estado allí... ─me paré mientras hablaba a causa de la mirada que me estaba dirigiendo, mordiéndome el labio y levantando mi mano para apartar las lágrimas de debajo de mis ojos─ Solo... solamente estoy feliz de que estés bien.
─Sí, bueno, aún no te has librado de mí ─Draco se burló, dirigiéndome media sonrisa que apenas llegó a los ojos─ De verdad, Eve. Estoy bien.
Me obligué a mí misma a asentir, pero cuando parpadeé, todo lo que pude ver fue su cuerpo sangriento en el suelo de los lavabos con Harry parado encima de él. Draco estaba intentando que no me preocupara, pero era verdad; si Snape no hubiera aparecido cuando lo hizo, Draco probablemente no lo hubiera logrado. Y aquel pensamiento me asustaba más que nada.
Finalmente, sentándome en el borde de la cama de nuevo, dejé que Draco agarrara mi mano mientras le preguntaba suavemente: ─¿Por qué te atacó?
La mandíbula de Draco se apretó y alejó su mirada de mí, fijando sus ojos en el alto techo mientras intentaba decidir qué decir. Su enfado sonaba estrechamente controlado mientras decía: ─Lo vi hablando con Katie Bell ayer por la mañana, y entonces me siguió hasta el lavabo. Definitivamente sabe que estoy relacionado con ello, Eve. Tiene que saberlo. Pero... pero te sacó al tema, así que como que... me volví loco. Creo.
─Así que crees... crees que sabe que nosotros... ya sabes ─Tragué duramente, sin querer imaginarme lo que Harry y los demás deberían estar pensando de mí; porque seguramente ya se lo habría contado a estas alturas.
─Creo que solamente sabe que tramamos algo ─Draco me dijo rápidamente─ No creo que sepa realmente si estás en ello también, pero... sí. Solamente debemos ser cuidadosos a su alrededor por ahora. Aunque sea un idiota.
Rodé mis ojos, recordando como Harry no había ni siquiera intentado decirme algo ayer después de lo que pasó. Sacudiendo mi cabeza, repetí enfadadamente: ─Quería matarlo, y probablemente ni siquiera va a meterse en problemas. Tiene mucha suerte de que no lo estrangulara en aquel momento.
Draco empezó a reírse ante aquello, pero rápidamente se convirtió en tos y sus ojos se apretaron cerrados. Rápidamente me levanté de la cama mientras él exhalaba en dolor, diciéndole precipitadamente: ─Voy a ir a buscar a Pomfrey.
─Estoy bien... ─protestó, pero ya estaba empezando a caminar hacia la puerta.
─Estaré de vuelta pronto ─le dije─ Solamente le diré que el hechizo que usó para el dolor está desapareciendo. Relájate.
Draco estaba rodando sus ojos, pero no intentó pararme. Seguidamente, me llamó: ─Está bien, pero come algo, ¿vale? Y intenta no matar a Potter mientras estás allí abajo.
Había estado bromeando, pero eso hizo que finalmente sonriera un poco. Le dirigí una sonrisa por encima de mi hombro mientras me iba y dije: ─Sin promesas. Nos vemos de aquí nada.
*
No había planeado quedarme en el Gran Salón para comer, pero Pomfrey fue la que me forzó a sentarme.
─No has comido des de ayer por la mañana ─ella había espetado en su camino hacia fuera del Gran Salón─ No voy a dejar que vuelvas a arriba conmigo. Quédate aquí y come mientras reviso al Señorito Malfoy.
Así que no tuve más remedio que sentarme en la mesa de Slytherin y forzarme a mí misma a tragar unos cuantos panqueques mientras Pomfrey se iba. No había visto a Harry del todo des de que había bajado, pero estaba poniéndome más preocupada cuanto más alejada de Draco estaba. La última vez que había estado alejada de él, casi moría.
Solamente quería comer y volver de nuevo a la enfermería tan rápido como fuera posible, pero no planeé que los demás Slytherins quisieran respuestas.
─Hey, Eve ─Flint me saludó, deslizándose en el banco mientras Pansy lo seguía y se sentaba a mi lado─ ¿Dónde está Draco? ¿Está bien?
Ambos se veían preocupados, así que tuve que forzar una sonrisa. Les mentí fácilmente, diciéndoles: ─Sí, está bien. Debería estar fuera pronto.
─¿Qué paso? ─Pansy me preguntó entrometidamente, pero no tenía la energía de estar molesta con ella. Además, realmente se veía como si quisiera saber por qué Draco estaba en la enfermería.
Pero sabía que Draco no querría que les digiera lo que realmente había pasado ayer, así que les dije embarazosamente: ─Uhm, no estoy del todo segura. Creo que se cayó en el lavabo, ya sabes, cuando estaba inundado. Escucha, tengo que irme, lo siento...
Lancé hacia abajo mi servilleta y empecé a levantarme, porque la mirada que ambos me estaban dirigiendo sugería que no me habían creído ni por un segundo. De todas formas, no era como si pudiera forzarme a mí misma a comer algo. Intentando parecer como si nada estuviera mal, les lancé una sonrisa y les dije: ─Nos vemos por ahí. Adiós.
Flint y Pansy no tuvieron oportunidad de decir nada más; ya estaba alejándome apresuradamente de la mesa de Slytherin. La ansiedad estaba empezando a hacer que mi pecho doliera mientras empezaba a caminar hacia las puertas del Gran Salón, no queriendo nada más que estar de nuevo arriba con Draco. No quería que la gente empezara a habar de porqué Draco estaba herido, ¿pero que se suponía que iba a decir? Intenté no sonreír mientras pensaba sobre qué Draco diría cuando descubrirá que había usado la excusa de que se había caído en el lavabo... probablemente iba a matarme por ello.
Estaba justamente rodeando la esquina del Gran Salón cuando me choqué contra Ginny.
Pero para el momento en el que me di cuenta de quién era, era demasiado tarde para correr. Rápidamente se tiró hacia atrás, sus ojos abriéndose de par en par mientras se daba cuenta de que era yo. No había nada que pudiera hacer con mi creciente enfado, así que intenté moverme a través de ella tan rápido como pude, murmurando: ─Lo siento, culpa mía...
─Espera ─Ginny interrumpió apresuradamente, cogiendo mi brazo para pararme mientras me apresuraba a pasar por su lado. Me giré para mirarla enfadadamente, mirando donde su mano estaba en mi brazo e intentando no retroceder inmediatamente. Ella me miró seriamente y dijo─ Quería hablar contigo. ¿Está Draco bien?
─¿Por qué te iba a importar? ─le pregunté fríamente, la imagen de Harry parado encima de Draco todavía ardiendo detrás de mis párpados. Estaba cabreada con todos ellos, absolutamente furiosa ante el hecho de que ninguno de ellos parecía darse cuenta de que lo que había hecho Harry estaba mal.
─Eve, mira... Harry no quería hacerlo ─ella dijo, pero yo ya estaba empezando a alejarme─ Espera. Por favor, espera, ¿vale? Él no tenía ni idea que iba a pasar. Lo tenías que haber visto cuando volvió después a la sala común, estaba muy asustado.
─¿Sí? ─le interrumpí ardientemente─ Bien, yo también. Dile a Harry que es un idiota por mí, ¿lo harás?
─Espera, Eve ─Tuve que apartar mi brazo fuera de su agarre cuando Ginny intentó hablar conmigo de nuevo.
─No puedo hablar contigo ahora ─le espeté. Ni siquiera podía estar parada a unos pocos metros de ella con la manera en la que me estaba sintiendo en aquel momento. Me apresuré a alejarme de Ginny y empecé a subir escaleras arriba, la suela de mis zapatillas golpeando furiosamente contra las escaleras de piedra.
En lo que a mí respecta, cualquier explicación que viniera de Ginny no iba a ser suficientemente buena.
*
Punto de vista de Draco Malfoy
Finalmente fui capaz de salir de la enfermería después de tres largos días de estar tumbado sin hacer nada. Los cortes habían durado hasta curarse y convertirse en cicatrices, pero Pomfrey aún se había rehusado a dejarme ponerme en pie hasta que estuviera "absolutamente preparado". Pero finalmente me dejó volver de nuevo a clases, lo que significaba que tenía que continuar con la excusa que Eve le había dado a los demás Slytherins; algo que me hacía sonar como un completo tonto, pero no había nada que pudiera hacer.
Potter no había intentado hablarme después de haber vuelto, y lo máximo que habíamos hecho era mirarnos fríamente el uno al otro a través de nuestras respectivas mesas en el comedor. Le había dicho a Eve que estuviera alejada de él, porque estaba preocupado de que fuera a intentar algo para hacerle decir que estábamos tramando. Pero habían pasado aproximadamente dos semanas, y no había intentado nada más.
Las vacaciones de navidad empezaban el sábado, y Lucius me había escrito para decirme que Eve y yo necesitábamos volver de nuevo a la mansión para las vacaciones. Había planeado quedarnos en el castillo, porque volver de nuevo a casa de mis padres con Eve era la última cosa que quería hacer; pero sabía que no había ninguna forma de que pudiéramos salir de esta. Debía ser importante; no creía que Lucius me quisiera de nuevo en casa mucho más de lo que yo quería.
Aquella noche de viernes, antes de que volviéramos de nuevo en tren a casa, Eve y yo decidimos que finalmente volveríamos dentro de la Sala de los Menesteres. No habíamos trabajado en el armario por aproximadamente un mes, y sabía que no podíamos alejarlo por más tiempo de lo que ya habíamos hecho. Des del desastre del collar maldito, se había hecho claro que traer a los mortífagos al castillo era la única opción.
Nos estábamos dirigiendo hacia el pasillo de la Sala de los Menesteres, solos porque era tarde por la noche. Eve estaba riendo por primera vez en una larga temporada mientras me decía algo que Flint había hecho en Pociones.
─...así que el calderón se volcó, y todas las cosas se esparcieron por todos lados ─ella rio, sosteniendo una mano hacia arriba para cubrir su sonrisa─ Y Slughorn solamente se paró allí por unos cuantos minutos en shock mientras se le empapaban los zapatos... eran unos zapatos bonitos también, ¿puedes imaginarte lo que le pudieron haber costado? De todas formas, Flint empezó a reírse, lo que fue totalmente un mal movimiento porque le ha costado un castigo doble, al fin y al cabo. ¿No es de locos? Es la cosa más emocionante que ha pasado en meses.
─Flint es un idiota ─resoplé mientras girábamos al siguiente pasillo, solo sonriendo porque Eve pensaba que era divertido─ Probablemente lo ha hecho a propósito así que ya sabes. Piensa que es regocijante.
Eve rio de nuevo, mirándome.
─Bueno, estuvo magnífico de todas formas. Pero, Pociones no es tan buena sin ti. Puede.
─Nada puede ser mejor que Pociones conmigo ─le dije arrogantemente, pero le hizo sonreír y entrelacé sus dedos a través de los míos igualmente.
─Mantén diciéndote eso a ti mismo ─ella se burló.
Justamente habíamos entrado al siguiente pasillo, riéndonos silenciosamente juntos, cuando de repente vi una sobra de alguien reflejada contra la pared más alejada, dirigiéndose directamente hacia el pasillo en el que estábamos. Era bastante después de nuestro toque de queda, así que automáticamente cogí el brazo de Eve y empecé a empujarla contra el hueco de la escalera a nuestra izquierda. No teníamos ninguna excusa de estar fuera tan tarde.
Eve se tropezó mientras la empujaba dentro de la entrada del hueco de la escalera, y empezó a susurrar: ─¿Qué estás haciendo...?
Estaba solamente a medio camino detrás de ella cuando una voz llamó: ─¿Quién anda ahí? Puedo verte, para justo ahí.
Sin pensar, empujé a Eve de vuelta dentro del hueco de la escalera y me giré, alejándome de ella. Me aparté de la entrada de la pared con una expresión fría mientras Flich cojeaba hacia mí, una linterna balanceándose en su mano.
─¿Qué crees que estás haciendo aquí fuera, Malfoy? ─espetó, mirando a mi alrededor sospechosamente─ ¿Y con quién estabas hablando?
─Conmigo mismo ─le contesté cortamente, colocando mis manos en los bolsillos para parecer más relajado.
Flich se burló, mirándome.
─¿Crees que soy estúpido? ¿Estabas hablando contigo mismo?
─Soy muy interesante ─le contesté fríamente.
Él sacudió su cabeza y se abalanzó hacia mí para cogerme del brazo, diciéndome enfadadamente─ Vamos, Malfoy. Estás fuera después del toque de queda... creo que puedo hacer que se vuelva en tres castigos en vez de solo uno.
─Puedo andar por mí mismo ─espeté cuando empezó a alejarme del hueco de la escalera hacía donde habíamos venido, pero Flich pretendió no oírme. Mientras me dirigía hacia su oficina, recé que Eve no saliera del hueco de la escalera hasta después de que nos hubiéramos ido; porque sabía que no querría meterme en problemas mientras ella salía intacta. Esperé que supiera que se vería mucho peor si nos pillaban a ambos fuera de hora.
No llegamos a hacer todo el camino hacia la oficina de Flich; Snape estaba rodeando la esquina del Pasillo de Entrada cuando nos vio, mirándome con una ceja alzada. Su tono sonó solo levemente interesado cuando preguntó: ─¿Qué ha hecho el Señorito Malfoy esta vez?
─Estaba fuera después de horas ─Flich sonrió, una mano aún en mi brazo─ Calculo que eso da a tres castigos por un comportamiento sospechoso, ¿no cree?
Snape me miró por medio momento mientras lo miraba, entonces él arrastró las palabras fácilmente: ─Déjame a mí al Señorito Malfoy. Me aseguraré que tiene el castigo correcto.
Flich parpadeó, pero yo ya estaba apartando mi brazo de su agarre y alejándome de él. Mientras empezaba a seguir a Snape, Flich empezó a farfullar ─Espera, ¿ibas a...?
─Eso será todo, Flich ─Snape dijo fríamente, dirigiéndome lejos de él y girando a la derecha a un lado del pasillo.
Estaba empezando a alejarme de él de nuevo a donde había dejado a Eve cuando Snape me agarró del hombro rápidamente, forzando que me parara y lo mirara.
─Draco ─susurró─ ¿Qué demonios crees que estás haciendo?
─¿Qué parece? ─espeté, queriendo nada más que volver de nuevo con Eve─ Estoy...
─No puedes dejar que te vean después del toque de queda ─Snape me dijo fríamente, su voz baja en caso de que Flich estuviera por los alrededores─ Podría haberte visto entrando.
Su cara estaba cerca de mí, y no quería nada más que recular alejándome de él.
─¿Realmente crees que sería lo suficientemente estúpido para dejar que nos viera entrar? No soy un idiota.
─Podrías haberme engañado ─Snape se mofó, pero no me dio la oportunidad de interrumpir─ No es la primera vez que haces un desastre de las cosas. Si no hubiera estado allí después de que Potter te atacara, estarías muerto. Estás haciendo errores, Draco, déjame ayudarte.
─No necesito tu ayuda ─le dije furiosamente─ Déjame solo.
─Hice un Juramento Inquebrantable ─él susurró, su agarre fuerte en mi brazo─ Juré protegerte.
Mi expresión se desvaneció por un momento, dándome cuenta después de un largo rato que mi madre habría sido la que le había ido hacia él. Ni siquiera estaba enfadado ante el hecho de que ella pensó que necesitaría la ayuda de Snape; estaba enfadado porque ni siquiera se había preocupado de pedirle que protegiera a Eve. Mi voz era baja y peligrosa mientras le decía: ─No necesitamos tu protección. No soy solamente yo el elegido para esto, en caso de que te hayas olvidado. Podemos hacerlo nosotros mismos.
─¿Podéis? ─Snape arrastró las palabras, una ceja levantada en medio de la oscuridad.
─Sí ─le dije acaloradamente, finalmente apartando mi brazo de él y mirándolo odiosamente─ Sí, podemos. Déjanos solos.
Y entonces me alejé de él, empezando a volver de nuevo al pasillo donde había dejado a Eve.