POEMAS PARA ZOÉ

By MoisesMayoral

115K 2.6K 566

Hay momentos en que el amor nos sorprende a una edad en la que no estamos listos para él, y sin embargo, es a... More

CAP - #1 ME LLAMO ZOÉ
CAP - #2 ZOÉ, MI AMOR A DESTIEMPO.
CAP - #3 APRENDER A ENAMORARME
CAP - #4 EL ASUNTO DE LAS CITAS
CAP - #5 SI NO SALES CON ÉL
#6 - LLEVAS EL POSTRE
#7 - NO ME PASA EL CHICO
#8 - HAZ LO QUE TÚ QUIERAS.
#9 ELLA ES MI PRINCESA
#10 - LLÁMAME: YO TE LLEVO.
#11 - TODO SE REDUCE A VERLE
#12 - POSDATA: BYE.
#14 - BUENAS NOCHES PRINCESA
#15 - MI VOLUNTAD DENTRO DE UNA VOLUNTAD MAS GRANDE
#16 - SU RIDÍCULA NOVIA DEL FUTURO
#17 - EL ASUNTO ERES TÚ, MI AMOR.
#18 - MONSTRUOSAMENTE PERFECTO.
#19 - NO QUIERO SONAR ARROGANTE.
#20 - ME PROVOCAS AMBIVALENCIA.
#21 - QUE ANGUSTIA LA DE LOS MAL CORRESPONDIDOS.
#22 - Y OTRAS COSAS QUE ME DAN MIEDO.
#23 - VAS Y LO CONQUISTAS.
#24 - EL DECÁLOGO
#25 - TRIÁNGULOS OSCUROS
#26 - ERES UN TIEMPO LINDO
#27 - ¿GUERRA DE SONRISAS? ¡HIÉRANME!
#28 -ÚNICA.
#29 - AL BORDE.
#30 - EL BAÚL.
#31 - SIGUE AQUÍ.
#32-LA OTRA PARTE DE SU VIDA.
#33-ENTRE RECUERDOS.
#34 - SIEMPRE LÉEME.
#35 - RETENERTE.
#36 - SABER DE ELLA.
#37 - LA PRIMERA VEZ QUE TE PENSÉ.
#38 - INFINITOS LATIDOS.
#39 - ESTE TIEMPO SIN ELLA.
#40 - DONDE TODO COMENZÓ.
#41 - INTEMPORALIDAD
#42 - OÍR DE TUS LABIOS MI PERDÓN.
#43 - PUEDES Ó NO VIVIR SIN ELLA.
#44 - PEDIR SU CORAZÓN

#13 - ESCRIBIENDO...

2.2K 47 8
By MoisesMayoral

Vi cómo me veía de lejos mientras su padre aceleraba y hacia avanzar el auto. No sé si se dió cuenta pero la vi, de cercas o de lejos siempre es tan bonita. Lo único feo de este momento es que no encuentro como deshacerme de estas dos chicas tan latosas.

—¿Y qué te ha parecido la escuela? —Me cuestiona Karla

—¿Te gusta Cancún? —Añade Verónica

—Ammm... en realidad no tengo ni una semana aquí, así que no puedo dar una respuesta concreta a sus preguntas.

—¿No me digas que no has salido a pasear?

Sólo tengo dos posibles conclusiones para intentar entender esto último, o yo no me expreso bien, o estas chicas no ponen atención cuando se les responde. Lo siento, quisiera ser más tolerante ante este tipo de personas, pero en casa se me enseñó a no hablar cuando no tenga nada importante que decir y estas chicas hablan mucho y no dicen nada, les respondo y no entienden o no quieren entender, lo que me lleva mostrarme rígido ante preguntas tan absurdas después de haberles respondido que acabo de llegar a la ciudad y que lo único que conozco es mi casa, el camino a la escuela, y la escuela. Y claro, a Zoé.

No me importa si no conozco nada más en toda esta ciudad, no me importa si Cancún tiene las mejores playas, los mejores antros, y asombrosos parques turísticos, la belleza podría resumirla en ella. Conocer a Zoé hizo que mi mundo girara tan rápido que terminara vomitando mis palabras "qué de bonito puede haber en Cancún", ella. Punto.

—No soy así como de... ammm... cómo me explico ¡fiestas, paseos, diversión! y esas cosas. O sea no soy aburrido, vivo la vida al máximo, la disfruto quizá como nadie más, sin sonar jactancioso. Pero quizá nuestros conceptos de diversión sean diferentes. Por tanto si me dices eso de "pasear", podría responderte claramente que desde que llegue: no. Ya sea en tu sentido, o en mi sentido. Pero si te respondo que sí salí a pasear interpretaras mis paseos como algo aburrido, ¿me expliqué? —No respondieron nada, silencio absoluto.

—Bueno olvídenlo, no se preocupen, soy nuevo, ya iré descubriendo. —Tomo mi noble corcel, mi bicicleta y empiezo a dirigirme a la salida. —Me voy que tengan lindo día. —Intento despedirme.

—Queremos ir al cine ahora, ¿no vas? —Dijo Karla.

—No gracias, tengo que llegar a casa. —Me justifico.

—Bueno pero ya será para la otra, ¿ok?

—Ya lo veremos, hasta luego. —Respondo deseando que ese día nunca llegue.

"Chao, guapo", responden. Me dirijo a casa recordando todo mi día y mi maravilloso encuentro con Zoé. Si ya tuve el privilegio de traerla a la escuela, tendré algún día el privilegio de llevarla a casa. Por el momento puedo dejar que su padre haga tan digna labor. Tomé otra calle y al parecer estoy perdido, ¡yo y mi actitud de niño explorador en medio de mi tan espantoso deseo de llegar a comer a casa! Me detengo un momento en una avenida, miro a ambos lados e intento cruzar pero el semáforo se pone en rojo, así que subo a la banqueta para avanzar y veo estacionado en un restaurant de Sushi en una pequeña plaza comercial el carro del papá de Zoé. Marco al celular de mamá...

—Qué paso, Demian. —Responde mi señora madre.

—Se dice: "hola hijo amado, en quien tengo complacencia", —bromeo.

—Cállate tonto. —Responde entre risas. —Qué ocurre ¿todo bien?

—Sí, todo bien. Sólo que tengo hambre, ¿qué hiciste de comer?

—Enchiladas. ¿Pero acaso se le ofrecía algo especial a su excelencia?

—Mamá, no es momento de bromas ¿quieres que te compre Sushi?

—¿Para qué me preguntas que hice de comer si después me ofrecerás comprarme Sushi?

—Mamá, esta platica no tiene sentido, ¡sólo dime qué rollo de sushi te llevo!

—¿Hijo estás bien? —me pregunta con ese tono de "tómame el pelo y no te sentaras en una semana".

—Sí, sí, excelente. —Respondo mientras veo desde la calle a Zoé y su papá sentados en una mesita detrás de los cristales del restaurant. —¡Vas a querer Sushi sí o no mamá!

—Hey, tranquilo "mushasho", no me eleves el tono de voz que vas a llegar a casa y nos veremos las caras. —me dice con tanta soberanía que no sé qué más decirle. —No compres nada, apresúrate que ya vamos a comer Diannela y yo.

—¿Y papá? —le cuestiono antes de que me cuelgue.

—Llegará tarde, porque pasara a la agencia a ver lo de la compra del auto.

Después de colgar, sigo mirando hacia el restaurant desde la banqueta pensando que pretexto usar para acercarme allí y verla de cerca. Bien podría esperar hasta mañana, pero de pronto surge una adicción de querer verle a todas horas, en todo momento y en todo tiempo, este es uno de esos momentos, tiempo, y horas. Los carros han estado avanzando, espero un momento y cruzo la avenida. Me escabullo hasta el carro del papá de Zoé mientras ellos siguen dentro. Me bajo de la bicicleta, me cercioro de que no haya seguridad o cámaras vigilado el lugar, saco un marcador permanente y le escribo en el cristal del copiloto:

:*

Para: Zoé.

A penas termino de cruzar la avenida para escapar y veo que sale riendo con su padre, la observo de lejos. Se queda mirando el cristal. No dice nada. Mira para todos lados pero no me vió. Si mi vista no me engaña, lo que veo de lejos es una sonrisa. Has sonreír a una mujer y tú serás doblemente feliz. Me voy.

—Ya quiero regresarme a Chihuahua mamá, —espeta Diannela durante la comida.

—Diannela, ya hablamos de eso. —Respondió mi madre.

—Es que no conozco a nadie, es... ¡súper aburrido no conocer a nadie!

—Pues a mí me encanta. —Dije sonriente.

Las dos me miraron fijamente, Diannela la latosa con una mirada de "debes morir cucaracha" y mi mamá con un enorme signo de interrogación en los ojos.

—Tú cállate adoptado...

—¡Diannela! No te expreses así cuando estemos comiendo, —la interrumpió mamá.

—Ay mamá, Demian es mi hermano, y entre hermanos nos podemos insultar bonito, ¿verdad? —Estiro su mano para jalarme un cachete como es su costumbre pero la evadí levantando una ceja y mostrándole el tenedor amenazante. Desistió.

—Mira mamá, después no respondo.

—Ya, quietos los dos. —Concluyo mamá.

Hasta el día de hoy, no puedo imaginar lo que sería mi vida sin mi hermana. Es ese pequeño monstruo bajo mi cama o en mi armario, y la tormenta de mis noches. Tenía razón, entre hermanos nos insultamos y agredimos bonito. Pero hay de aquel que osara tocarla no siendo yo. Y viceversa. Nos peleamos por todo, ambos creemos que el otro es adoptado. Ambos buscamos hacer quedar mal al otro con papá o mamá, y hasta nos reímos cuando nos regañan o castigan. Pero en el fondo sabemos que somos hermanos, y al mismo tiempo amigos de toda la vida. Diannela tiene 19 años y conoce todos mis secretos y travesuras, tenerla como enemiga seria mi mayor fracaso. Cuando éramos niños y no teníamos los mismos privilegios que hoy tenemos en casa nos peleábamos hasta por una botella de plástico: "déjale esa botella a tu hermanito Diannela, tú eres más grande" la exhortaba mamá, "y qué tiene yo la vi primero, mugre chamaco", como ninguno de los dos cedía, el resultado era un par de azotes en las nalgas con el cinturón de papá y asunto arreglado. Terminábamos frente al ventilador de nuestro cuarto, (pues compartimos habitación hasta que ella cumplió 15 años), llorando a moco suelto pidiéndonos perdón; "pídanse perdón", decía papá, "perdón", contestábamos en coro moqueando sobre el hombro del otro mientras el aire del ventilador nos refrescaba lo caliente que nos había dejado los cinturonazos que papá nos había dado, que, para nuestra edad los sentíamos poderosos. Y así, y de muchas otras formas, nuestros padres nos enseñaron a respetar al sexo opuesto y sobre todo a protegernos. Pero parece que Diannela necesita otros azotes porque hasta el día de hoy sigue de agresiva.

—¿Qué de malo tiene que me guste Cancún? ­—respondí, y añadí —¡amagada!

—Ña, ña, ña... —expresó Diannela lanzándome su servilleta hecha pelota. —¿Qué de bueno tiene?

—Ammm... mucho, —dije mientras bebía un poco de agua mirando a mi mamá que seguía con la interrogante, —Creo que conocí a tu nuera, mamá.

Las dos me acribillaron con preguntas. Sobre todo Diannela, las mujeres de su edad son más curiosas en esos asuntos. Obviamente lo tomaban a broma, pero nunca había hablado tan enserio. Les conté lo que paso el primer día cuando fui a comprar cena, el cómo me ignoro por completo el primer día de clases aunque después se disculpó y como al segundo día, es decir hoy la lleve a la escuela en bicicleta. Las dos suspiraron, o de sarcasmo, o porque en realidad consideraron linda mi micro historia de amor.

—No quiero arruinarte tu historia hijo, —dijo mamá, —Pero ¿es cristiana?

—Ufff, eso sí que no lo sé, pero parece que la canonizaron al nacer. —Rieron.

—Aww, el bebito está enamorado. ¡Llamémosle a papá para contarle! —Grito mi irreverente hermana. —¡Por fin después de 17 años!

—Diannela no seas ridícula, no le hablaré a papá para contarle eso.

—Qué, ¿por qué no? es un acontecimiento importante, —dijo en tono de burla.

Me levanté de la mesa para retirarme a mi cuarto no sin antes escuchar a mi mamá decir:

—Hijo, sé que tienes 17 años, que eres muy inteligente. Has tenido varias chicas que se han interesado en ti, cristianas y no cristianas, y gracias a Dios en ninguna te has fijado hasta ahora. Pero, si a chicas que te has dado el tiempo de tratar les has dicho que no, y ninguna ha causado tal efecto en ti, ¿qué te hace pensar que esta chica que acabas de conocer es alguien a quien mostrarle un verdadero interés?

—En serio que no lo sé. No tengo esa respuesta mamá, pero la verdad es que no creo que sea cristiana. Y de no serlo ya sabes que no tienes de que preocuparte. —Le di un beso y subí a mi cuarto a leer los ultimo capítulos de Posdata: Te amo.

Y aquí estoy, pensando en ella entre líneas, y disfruto tanto hacerlo como leer. Es como si Zoé fuera la novela más viva y bella. Como si cansada de ser letras opto por hacerse mujer, así pienso en ella y de ella. Y me gusta. Al punto de la fascinación y extravagancia de pensarla tanto que me olvido que la pienso y la hablo, entre susurros acostado en mi cama con el libro en el pecho. Estoy narrándola y viviéndola de la manera más pura.

He mirado el celular cientos de veces desde que salí de clases, son las 8:00 pm, he acabado todos mis deberes de la escuela y casa y no tengo un mensaje de ella. Bueno, no tengo porque tenerlo, pero haberle dado mi número le debe provocar aunque sea la más mínima curiosidad, sobre todo haber rayado el cristal del auto de su papá, si es que descifró que fui yo. Y es que el sólo hecho de pensarla y no tenerla es una espacie de muerte en cámara lenta. Esta adicción de verla que no se me quita ni viéndola. Es como una asfixia en medio de un campo tan verde. Sin embargo tengo un lugar privado lleno de bellezas donde camino de la mano con ella y todo se ilumina tan solo de cerrar los ojos, ese lugar es mi mente y nadie la saca de allí. Mantengo los ojos cerrado y el sueño empieza a invadirme.

"Dinggg" escucho a lo lejos bajo el efecto del sueño que está cayendo sobre mí. No abro los ojos, solo meto la mano debajo de mi almohada donde siempre pongo el celular. No encuentro nada. "dinggg" suena otro mensaje y yo no puedo abrir los ojos. Siento que me hundo en la cama y sigo buscando el celular "dinggg" suena otra vez. Lo encuentro, doy la vuelta poniéndome boca arriba para intentar abrir los ojos y un número desconocido me ha escrito en whatsapp, desbloqueo y leo:

—Oye tú, patán (mano lanzando un golpe)

—Confiésalo, ¡tú fuiste! (carita enojada)

(Envía una imagen y se está cargando)

—¿Quién eres? —le escribo más dormido que despierto, —estoy muriendo.

—Perdón, —era durmiendo, fue el autocorrector. —¿por qué tienes mi numero?

—jajaja —una larga risa se lee, —pues te vas a morir de verdad si descubro que tú fuiste el que rayo el cristal del auto de mi padre, porque se lo diré.

Reacciono al leer eso. Me levanto de la cama como un rayo, me siento y veo la foto que me envió que se ha terminado de cargar, la abro y efectivamente, es una imagen de lo que escribí en el cristal del auto de su papá para que ella lo leyera.

—Pues harías muy mal, —escribo rápidamente, —lo escribí para ti, no para tu papá.

—Pero bueno, cambiando de tema: ¿Cuántos hijos te gustaría tener conmigo? —Vuelvo a escribirle.

Me vuelvo a acomodar en mi cama, el sueño se ha ido, apago el televisor que deje encendido. No quiero distracciones. Agrego su número a mis contactos como: "Zoé de Quintana", mientras ella responde. Fijo toda mi atención en la pantalla del celular:

"escribiendo...", se lee.

Pareciera que está preparando un testamento, tarda muchísimo y para mí se hacen segundos bañados de eternidad. Creo que fui demasiado aventado al bromearle así, pero si ya dice que soy un patán, qué más da, y si se enoja le diré: "tranquila, sólo es una broma de mal gusto"

—jajaja, —la imagino riendo, —¿qué te pasa, o través fue tu autocorrector? —Responde y agrega una carita de espanto.

—No, ese fui yo.

Escribiendo...

Continue Reading

You'll Also Like

106K 5.9K 161
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...
38.1K 2.1K 18
La vida universitaria no es buena para todos, he oído, pero para mí es perfecta, te preguntarás por qué, y es fácil. Estoy descubriendo la carrera de...
102M 6.3M 35
• YA A LA VENTA EN TODAS LAS LIBRERÍAS DE LATAM Y ESPAÑA • ADAPTACIÓN AUDIOVISUAL POR WATTPAD WEBTOON STUDIOS «Es como si cada uno fuera un cielo. Un...
474K 56.5K 73
Meredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A...