ARIA
Hace un clima precioso hoy en Washington, creo que no hemos podido escoger un mejor día para llevar a cabo la celebración por la que hemos esperado los últimos doce meses. El ambiente está lleno de colores, el aroma floral llega hasta mí y sonrío al saber que se trata de los cientos de rosas que Kyle ha traído específicamente para el día de hoy.
A veces me cuesta creer que esto realmente esté sucediendo, esta mañana realmente pensé que no era más que un sueño, más que una ilusión de la que despertaría pronto pero sé que no es así, esta es mi realidad, nuestra realidad.
—¿Cómo está la novia más hermosa del universo? —sonrío cuando Bea ingresa a la habitación, el vestido de seda rosa se ajusta perfectamente a su figura, lleva el cabello recogido en una coleta alta que se mueve a cada paso que da y la sonrisa radiante que lleva en el rostro se me contagia.
La he escogido para ser mi dama de honor, junto con Lauren. Ambas serían las que caminarían delante de mí hacia el altar, y me sentía afortunada de poder tenerlas a mi lado en este momento.
—No puedo creer que esto realmente esté sucediendo —admito —creo que estoy un poco nerviosa.
—Me preocuparía que no lo estés —mi atención se desliza hacia Lauren quien ingresa en ese momento —estás preciosa, Dolly.
Volteo hacia el espejo, mi reflejo me devuelve la mirada y el estallido de emoción que se produce en mi pecho es incomparable. Hoy, después de un año de espera, finalmente es el día de mi boda con Kyle.
Me he pasado los últimos doce meses planeando este momento, cuidado cada detalle, asegurándome que todo salga completa y absolutamente perfecto. Y creo que lo he conseguido.
El vestido que porto a pesar de ser sencillo, consigue darme una apariencia impresionante. Pasé semanas recorriendo Washington tratando de encontrarlo, es un corte A, con los hombros caídos y una especie de corsé que me acentúa la cintura. Tuvimos que hacerle algunas modificaciones para que consiguiera quedar completamente a mi gusto, por ejemplo, la falda del vestido es menos voluminosa y he añadido una capa de un fino encaje brillante que con el movimiento parece como si tuviera una cortina luminosa sobre la tela. El velo tiene rosas bordadas en hilo blanco, con piedras esparcidas a lo largo, además tiene una abertura en la parte de la pierna derecha, lo que le da cierto aire sexi pero sin perder la elegancia.
No quise que Kyle viera el resultado final, le di algunas descripciones pero fue todo, quería sorprenderlo.
—Estoy segura de que va a enamorarse más de ti apenas te vea —la voz de Bea me devuelve a la realidad —¿estás lista?
Escucho las voces al otro lado de la puerta, estas se abren pocos segundos después y mi sonrisa se ensancha al mirar a mi pequeña hija dar pasos inestables mientras mi abuela la sostiene.
—Hola, cariño mío —me aparto de la plataforma en la que me encuentro para poder acercarme. Camille porta un bonito vestido blanco pero con una cinta celeste rodeándole la pequeña cintura, un lazo se ajusta en la parte de atrás y lleva una corona de flores que la hace lucir adorable.
Su cabello ha comenzado a ondularse, y sus ojos se vuelven cada día más celestes como los de su padre, y son tan expresivos y llenos de vida,
—Ha estado bastante inquieta —informa mi abuela —supongo que ha echado de menos a su madre.
—Oh, pero claro que si —la tomo en brazos consiguiendo que una sonrisa se adueñe de sus pequeños labios —¿has visto a papá?
—Papá —repite tratando de tomar una de las partes del velo.
—Seguro que está tan apuesto —murmuro —¿ya casi es hora?
Me giro para obtener una respuesta de mi abuela pero no es necesario porque en ese momento Celia, la organizadora de toda la boda, ingresa con una sonrisa.
—Parece que todos estamos listos —dice con satisfacción —es momento, señoritas, todos a sus puestos.
Le doy un beso a Camille antes de entregársela a mi abuela, los nervios me recorren la espina cuando todas salen y me quedo aguardando en la habitación, esperando mi momento. Cuando la puerta se abre otra vez un par de minutos después y Johnson aparece, los nervios explotan en mi pecho.
—Cuñada —dice con una sonrisa —estás preciosa, mi hermano va a caer ante ti.
—Gracias John, ¿es hora?
Asiente, se acerca ofreciéndome su brazo. Deslizo mi brazo por la curva de su codo y tomo una inhalación.
—¿Nerviosa?
Volteo hacia Johnson cuando lo escucho preguntar aquello, hemos llegado al pasillo que nos conducirá directamente a la capilla, donde los invitados aguardan por mi entrada.
—Como nunca antes —admito aferrándome a su brazo.
Johnson me proporciona la firmeza que necesito, tomo un par de inhalaciones repitiéndome que todo va a salir bien, siento los nervios crecer en mi pecho pero esta vez...esta vez no me hacen querer salir huyendo. Esta vez quiero que las puertas se abran, y deseo tanto verlo al final de ese pasillo, esperando por mí.
Cuando al final las puertas se abren, creo que mi corazón se detiene. Johnson aguarda a que de el primer paso, me aferro a su brazo tratando de mantener mis nervios a raya y volteo brevemente encontrándome con la misma mirada cálida que Kyle posee.
Me basta ese gesto y la sonrisa casi paternalista que me dedica para calmarme, y cuando miro al frente...ahí está él.
Mi sonrisa se vuelve más sincera, más genuina. Los nervios poco a poco van desapareciendo para ser sustituidos por una felicidad que amenaza con desbordarse.
Porta el traje que diseñé para él. El color celeste lo hace resaltar mucho más, lleva una corbata de rayas a juego, su cabello se encuentra perfectamente peinado y la barba recortada, pero sobre todo...tiene una sonrisa preciosa en los labios.
Mientras avanzo, me doy cuenta de la forma en la que me mira, como no aparta la mirada de mí y en el movimiento nervioso de sus manos. Está vez no se está conteniendo, está dejándome ver todos sus sentimientos de una forma tan clara como el agua.
—Querida —susurra con adoración cuando al fin llego —estás preciosa.
—Tú estás guapísimo —respondo con una sonrisa.
—Gracias, John.
—Solo asegúrate de hacerla feliz esta vez —pide su hermano —es tu oportunidad.
Ambos hermanos se miran por un par de segundos antes de que mi futuro esposo vuelva su atención a mí, su mano envuelve la mía y se inclina levemente para dejar un beso sobre mis nudillos. El corazón se me acelera ante el gesto y mi sonrisa se vuelve más resplandeciente.
Me ayuda a subir la plataforma, su mano no abandona la mía en ningún momento, se aferra como si no quisiera dejarme ir, como si quisiera asegurarse que voy a permanecer a su lado en todo momento.
La ceremonia comienza pero soy incapaz de escuchar lo que el padre dice porque mis pensamientos solo pueden concentrarse en el hecho de que estoy aquí, compartiendo uno de los mejores momentos con el hombre que nunca creí poder amar.
Me mira brevemente, encuentro en sus ojos un sentimiento tan sincero que me acelera el corazón a un ritmo que estoy segura no es sano en lo absoluto, pero que me hace sentir viva, me hace sentir aquello que siempre esperé que un hombre provocara en mí.
No puedo evitar pensar en la última vez que estuvimos en un sitio como este, en lo diferente que es ahora, en este momento, en este preciso instante...no creo poder desear estar en otro sitio.
Este es mi lugar.
Es donde quiero estar.
Cuando me doy cuenta, el momento de los votos ha llegado. Hemos optado por escribir los nuestros así que cuando el padre lo indica, Lauren se acerca con las tarjetas correspondientes.
—Querida —Kyle sostiene su tarjeta con una de sus manos mientras con la otra sigue sujetando mi mano. —He pensado mucho lo que podría decirte, pero creo que las palabras no me dan para explicar todo lo que siento por ti justo ahora. Llegaste a mi vida de una forma inesperada, desde el momento en el que te vi supe que significarías un antes y un después de todo lo que conocía, y no me equivoqué. Llegaste para cambiar todo, para regresarme a la vida, tu presencia en mi vida fue tan indispensable que ahora no puedo imaginar una vida en la que Camille y tú no estén a mi lado.
Se detiene un momento con la emoción desbordándose en sus ojos.
—Hoy, delante del altar, y de todas las personas que nos aprecian, quiero jurar que pasaré el resto de mi vida haciéndote la mujer más feliz sobre la tierra. Dedicaré mis días a darte el amor que mereces, a ser un hombre digno de ti, hoy te prometo que pondré todo mi esfuerzo en ser un esposo que merezca el tenerte a ti como esposa, prometo amarte, cuidarte y protegerte, así como a nuestra familia, prometo estar contigo en las buenas y en las malas, cuando desees mi cercanía pero también cuando los momentos tensos lleguen y no quieras verme, siempre cuidaré de ti. Llegaste para demostrarme que amar vale la pena, y que ser amado por una mujer como tú, es un auténtico privilegio.
Las lágrimas se acumulan en mis ojos y tengo que tomarme un momento para reponerme. Me olvido de la tarjeta y de lo que pasé noches escribiendo porque ahora no puedo simplemente leer lo que dice una hoja de papel.
—Kyle, ahora me es imposible imaginar otro escenario que no sea este, el escenario en donde tú y yo estamos aquí tomados de las manos hablando de nuestro amor. Hoy nuestras vidas se unen y sé que la aventura apenas comienza, pero quiero que sepas que ser tu compañera en este viaje es sin duda alguna un hecho que me hace absolutamente feliz, estoy lista para ser tu esposa, compañera, amiga, confidente, estoy lista para ser todo lo que necesites y para comenzar con la vida que merecemos, te prometo que voy a amarte incluso cuando diga no hacerlo, voy a amarte en las buenas, en las malas y en esos momentos en donde no queramos saber el uno del otro, mi amor por ti, siempre va a estar ahí.
Una sonrisa crispa sus labios, una tan bonita y sincera.
—Quiero que Camille nos vea y encuentre en nosotros la definición del amor. Quiero que aprenda de sus padres que amar y ser amado es sin duda uno de las mejores cosas que pueden ocurrir, quiero que crea en los finales felices al vernos porque nosotros lo hemos conseguido. Y quiero que cuando el tiempo pase y las arrugas lleguen, seas tú quien aún sostiene mi mano y me sonría al despertar, quiero que terminemos este camino de la misma manera que lo comenzamos, tomados de la mano, y amándonos sin reparos, simplemente amando con total libertad.
Lo miro tomar una inhalación y me doy cuenta de la humedad en sus ojos, sonrío y sus manos se aferran a las mías. El padre continúa y cuando el momento de entregar los anillos llegan, esto se siente como sellar nuestra unión de manera definitiva.
—Kyle, ¿aceptas a Aria como tu legitima esposa, para amarla y respetarla, todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe?
—Acepto —responde de inmediato.
—Aria, ¿Aceptas a Kyle como tu legítimo esposo, para amarlo y respetarlo, todos los días de tu vida hasta que la muerte los separe?
—Acepto. —mi sonrisa se hace más grande cuando ambos deslizamos los anillos, la ansiedad crece mientras el padre dice las últimas indicaciones y luego... luego dice aquello que he esperado en los últimos meses.
—Por el poder que la iglesia me confiere, yo los declaro, marido y mujer. Que lo que Dios ha unido, el hombre jamás pueda separarlo, puede besar a la novia.
Kyle se acerca, su sonrisa me deslumbra mientras sus manos envuelven mi cintura y se apodera de mis labios, la ola de gritos nos envuelve, los aplausos y vítores llegan hasta nosotros, aumentando nuestra felicidad.
Kyle se aparta, aún me sostiene contra su cuerpo cuando susurra:
—Bienvenida al primero, de los mejores días del resto de tu vida conmigo, esposa.
Y sé que es verdad, y que nuestra verdadera historia, está a punto de comenzar.
____________________________________________________________________________
No puedo decirles lo emocionada que me encuentro por haber llegado a este punto, Kyle y Aria se han adueñado por completo de mi corazón que no quiero dejarlos ir, pero no quiero extender más su historia y terminar en un punto muerto.
Solo quiero decir lo agradecida que estoy con todas y cada una de ustedes por estar aquí, por apoyarme y por siempre leerme <3
¡NOS FALTA EL EXTRA!
Así que esto aún no acaba.