ARIA
El hombre me odia y ni siquiera se molesta en ocultarlo.
Sabía que no debí de haber ido detrás de él cuando lo escuché salir de la habitación, pero estaba hambrienta y consideré por un segundo que tal vez esa era la mecánica que seguiríamos.
Claramente no esperé escuchar la conversación con su hermana, ni la manera en la que dejaron muy en claro, que Kyle Beckham no me desea ni un poco.
Una parte de mí se siente aliviada por eso, es decir, la noche anterior estaba lo suficientemente aterrada por si él decidía hacerme "cumplir con mi deber", Kyle Beckham no es un hombre amable, ni considerado.
Y su exacta definición de "sexo salvaje", no me consuela ni un poco.
Sin embargo, luego del desayuno, uno incómodo tengo que decir, parece tener la completa intención de dejarme en paz, al menos por hoy.
Ceci, la mujer que se presentó a si misma como la nana de los "niños Beckham", parece ser el único ser dispuesto a ser amable conmigo. Me ha dado un recorrido por la casa, enseñándome los pasillos que parecen conducir a habitaciones secretas, cuartos con todo tipo de decoraciones, y grandes ventanales que dejan ver el precioso jardín del exterior. Hay pinturas decorando las paredes y objetos que seguramente cuestan una fortuna en cada rincón. También me he dado cuenta de que, aunque mi esposo parece completamente frío y un completo monstro, la casa se siente...cálida.
Los colores son claros, las decoraciones aunque son elegantes, también le dan a cada pasillo, y a cada pared un toque hogareño. Sin embargo, pese a eso es tan...silenciosa.
—¿Solo Kyle vive aquí? —inquiero mientras nos detenemos en uno de los balcones.
—Kyle, y yo —sonríe con calidez —el resto de los empleados tienen sus propias habitaciones en la otra ala de la casa. Si tengo oportunidad, también se lo enseñaré, señora.
—Oh, no me hables tan formal —me atrevo a extender la mano y colocarla sobre su brazo —apenas tengo veintiuno, no me llames señora, por favor, solo Aria.
Su sonrisa se vuelve un poco más suave mientras asiente con lentitud.
—De acuerdo, Aria. ¿Quieres seguir recorriendo la casa o prefieres comenzar a instalarte?
Lo considero, con la guía de Ceci ahora cuento con la información suficiente como para poder transitar la casa yo sola, explorar, algo que me fascina hacer. Así que opto por dejar el recorrido para después, e intentar acoplarme a esta casa que se convertiría en mi hogar.
—Creo que prefiero instalarme, Kyle dijo que mis cosas han llegado, ¿cierto?
—Sí, una parte está en la habitación y hay algunas maletas más en una de las habitaciones para invitados. Haré que alguien te las lleve.
Le agradezco con una sonrisa y con eso salimos del balcón. Unos minutos más tarde, me encuentro de vuelta en mi habitación. Al parecer Kyle ya ha salido del baño pero no parece estar por ningún sitio, así que un poco más aliviada, me concentro en desempacar.
La mayor parte de mis cosas están aquí, así que saco la ropa, ordenándola por los colores, y las coloco en los ganchos antes de meterlas al armario. Recuerdo las indicaciones de Kyle, el espacio en sí ya es lo suficientemente grande como para almacenar toda la ropa sin ningún problema.
Al abrir las puertas de madera, el lado izquierdo está completamente vacío, mientras el derecho se encuentra lleno de toda clase de trajes, camisas, y suéteres. Hay también una fila de zapatos perfectamente escorada, y un par de cajones cerrados que supongo continente tanta ropa como los ganchos.
ESTÁS LEYENDO
Lazos Tentadores
RomanceLibro 1 "Bilogía tentación" Se supone que las bodas son un momento especial, el más esperado por la mayoría de las personas, ¿no es verdad? Se supone que eliges a esa persona para pasar el resto de tu vida, que es para siempre. Pero, ¿qué ocurre c...