Aria.
El embarazo trae consigo muchas cosas que nadie te dice. Conforme los meses pasan, la emoción crece, pero también se vuelve más difícil. Una parte de mí repite constantemente que todo saldrá bien, y que no tengo nada por que preocuparme, pero hay otra, una pequeña parte de mí que se siente increíblemente aterrada por lo que viene a continuación, y cuando el hijo de Bea nace, solo sé que ese miedo se vuelve muchísimo más grande.
Bea tiene un precioso niño al que llama Thiago, estuvimos con ella en el hospital aún cuando Kyle dijo que no estaba de acuerdo con que esperase en una sala pero no pudo hacer demasiado ante mi insistencia de quedarme. Bea aún no superaba del todo el hecho de que Ron no hubiese vuelto, y me partía el corazón ver a mi amiga destrozada en el nacimiento de su hijo.
Kyle no tuvo que decirme nada para que yo supiera lo que había pasado con él, algo que Bea seguramente no quería aceptar, ella prefería creer que su esposo había huido, y que nunca volvería. Supongo que eso no es algo que se supere con facilidad y ni los meses que habían pasado borraban ese hecho.
Pese a eso, estuvimos para ella, estuvimos a su lado e incluso me sorprendió cuando Kyle aceptó, algo dudoso, que seamos los padrinos del pequeño y adorable Thiago. Ahora, él tiene cerca poco más de dos meses de nacido, y yo estoy cumpliendo los nueve meses.
—No me iré de aquí aunque me eches —afirma Kyle esa noche cuando entra al departamento —no quiero tener que conducir como desquiciado cuando me llames diciendo que nuestra hija ya quiere nacer.
Sonrío cuando él deja una maleta de tamaño regular a un costado del armario.
—Y dado que no aceptarías venir a la casa, me quedaré aquí —sonríe y se cruza de brazos —¿alguna objeción?
—¿Por qué habría de tenerla? —cuestiono tratando de retener la sonrisa —no significa ningún problema para mí.
—Por primera vez me alegra que no me discutas —dice satisfecho —y aprovecharé tu disposición a no discutir para hablar el tema que no me has respondido.
Suelto un suspiro cuando lo escucho decir aquello, retrocedo hasta llegar al colchón, Kyle se mantiene en silencio, observándome, en espera de una respuesta. El tema que he estado evitando responderle, es sobre como será nuestra dinámica una vez que nuestra hija esté con nosotros.
Ahora tenemos "vidas separadas", no podría considerar apartar a Kyle porque es su padre, y sé que hay momentos que no debe perderse, momentos que tal vez solo pueda tener si estamos cerca el uno del otro.
—El tiempo se agota, querida, y no quiero agobiarte con estos temas una vez que estés en el hospital.
—Lo sé —tomo una inhalación y bajo la vista a mi abultado vientre —es solo que no he llegado a una solución, no vivimos juntos y no quiero...no quiero que los planes que tenemos tengan que modificarse para beneficio de alguno de nosotros.
—Escucha, no tienes que mudarte de nuevo, puedo quedarme aquí al menos las primeras semanas, solo por las noches para que puedas descansar, y luego...luego podremos llegar a un acuerdo.
—¿La clase de acuerdo que necesita abogados presentes?
Kyle suspira. Sus hombros se elevan y desvía la mirada, luego de nuestro divorcio, no hablamos mucho sobre como resolveríamos el hecho de la llegada de nuestra hija. Kyle se mantenía amable en el asunto, la decisión la tenía yo, pero con tantas cosas que se avecinaban, es aterrador no saber cual es la correcta.
—No he mencionado abogados en ningún momento —dice con calma —¿quieres que los haya?
—Solo digo que si vamos a tener un acuerdo, deberíamos asegurarnos que ninguno lo incumpla, ¿no crees?
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Lazos Tentadores
RomanceLibro 1 "Bilogía tentación" Se supone que las bodas son un momento especial, el más esperado por la mayoría de las personas, ¿no es verdad? Se supone que eliges a esa persona para pasar el resto de tu vida, que es para siempre. Pero, ¿qué ocurre c...