Aria.
Cuatro semanas más tarde, me encuentro en mi segunda cita con el médico. A comparación de la primera vez, Kyle se encuentra a mi lado ahora. Parece nervioso aunque no sé muy bien como interpretar su estado, aunque no ha dejado de golpetear el pie contra la losa perfectamente pulida del consultorio.
—Puedes admitir que estás nervioso —lo molesto.
Su mirada se desliza hasta mí, apartándose del monitor.
—Es normal que los padres estén nerviosos —la voz de la doctora interviene —sobre todo cuando es la primera vez que están aquí.
—¿Cree que podamos saber el sexo? —pregunta hacia la doctora.
—Es demasiado pronto, y primero debemos asegurarnos de que todo está en orden con esté bebé.
Kyle comienza a golpetear la suela de su zapato contra las losas de nuevo, trato inútilmente de retener la sonrisa mientras vuelvo mi atención a la pantalla negra de mi costado. La doctora comienza a explicar algunas cosas a las que trato de prestarle atención pero que se borran de mi cerebro cuando siento la mano de Kyle envolver la mía.
Lo observo, él mantiene la mirada fija en la pantalla y parece escuchar con muchísima atención cada palabra que la doctora dice, ni siquiera se percata que lo estoy mirando y eso me da la libertad de admirarlo tanto como guste.
Desde nuestra conversación en el dormitorio, tengo que admitir que se está esforzando. Una parte de mí aún está desconfiada, esperando el momento en donde falle, donde todo se vaya a la mierda para decir "tenía razón", pero el hombre que está a mi lado ahora parece ser muy diferente al hombre con el que me casé.
Me veo obligada a prestarle atención de nuevo a la doctora cuando escucho mi nombre viniendo de ella.
—¿Les gustaría escuchar su corazón?
—¿Eso es posible? —noto la ilusión en la voz de Kyle.
—Sí, lo es. ¿Están listos?
Muevo la cabeza en un asentimiento, la doctora mueve el artefacto contra mi pequeño vientre y luego...ocurre. El sonido me taladra el pecho con una daga de ternura, suelto una exclamación mientras intento memorizar el sonido que brota de las bocinas. Es casi como el trotar de un caballo, y mis ojos se humedecen al entender que eso proviene de la pequeña vida que crece dentro de mí.
—Oh, Dios —la voz de Kyle brota conmocionada, cuando me atrevo a mirarlo tiene una sonrisa esplendida en los labios, un gesto tan sincero que nunca antes he visto en él.
Su mano sostiene con firmeza la mía.
—¿Escuchas eso? —voltea hacia mí y se encuentra con mi atención puesta en él, su sonrisa se vuelve más suave al verme asentir.
La doctora deja el sonido por varios segundos más antes de que finalmente se acabe.
—Todo parece en orden, tu embarazo marcha en excelentes condiciones así que no tienes que preocuparte por nada. Aunque es importante que tomes los medicamentos que te receté, y te alimentes bien.
—¿Entonces no hay nada por lo que debamos preocuparnos?
—En lo absoluto.
La doctora me ofrece un paño para que pueda limpiarme el gel del vientre mientras termina de explicar algunas cosas relacionadas con los síntomas, y luego dice que nos espera fuera para terminar la consulta.
Kyle se queda conmigo, me extiende la mano cuando voy a bajar de la camilla y me cuesta no sentir el revoloteo en mi pecho ante su actitud.
Cuando estamos de nuevo con la doctora, termina de explicarme los síntomas que experimentaré y me sugiere comenzar a buscar clases prenatales.
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Lazos Tentadores
RomanceLibro 1 "Bilogía tentación" Se supone que las bodas son un momento especial, el más esperado por la mayoría de las personas, ¿no es verdad? Se supone que eliges a esa persona para pasar el resto de tu vida, que es para siempre. Pero, ¿qué ocurre c...