Lazos Tentadores

18-. La verdad del pasado

Kyle, seis años atrás.

—Esa chica, te gusta, ¿cierto?

Observo a mi madre de reojo.

—Tiene quince —le recuerdo como si no fuese capaz de recordarlo —ni siquiera tiene la mayoría.

—¿Sabes que los acuerdos de matrimonio a veces se hacen desde antes de nacer? —la observo con fastidio.

Mamá parece tener una gran obsesión por los matrimonios, según ella, dice que son el medio perfecto para unir a dos almas y asegurar la felicidad. He tratado de decirle que, el hecho de que ella resultara felizmente casada con mi padre, no quiere decir que todos tengamos el mismo final.

—Sabes que si te agrada, tu padre puede hablar con los Anderson —añade como si fuese la cosa más sencilla del mundo. —Hay una alianza en proceso, sería mucho más beneficiosos si nuestros hijos se casan.

Resoplo.

—Le he dicho a papá que debe tener cuidado —me acomodo el traje —nunca se debe confiar tanto en un nuevo socio. ¿Quién sabe si los Anderson en verdad tienen buenas intenciones?

—Kyle, cielo —su mano envuelve alrededor de la mía —a veces tenemos que darles un voto de confianza a las personas, no todo el mundo tiene malas intenciones.

Trato de debatir pero ella me detiene.

—Sé que te preocupas por papá y por Johnson, pero son hombres de negocios, saben bien como cuidarse.

Me permito dudarlo un segundo, no es que desconfíe de la habilidad de mi padre o mi hermano, sé que ellos juntos son como dos tiburones que no dejan pasar ni un solo pez en el océano, pero me preocupa la nueva alianza que intentan hacer.

El abuelo lo intentó una vez y terminó mal porque jamás pudieron llegar a un acuerdo, ahora, con la nueva idea de mi padre, no sé qué tan factible sea el intentarlo otra vez. Es bien sabido que las empresas Beckham son líderes en el mercado automotriz, sin embargo, mi abuelo intentó incursionar en el mercado inmobiliario, para lo cual necesitaba de expertos.

¿Su error? Acudir a hombres que se sienten intimidados cuando un nuevo gigante aparece.

—Sigo creyendo que no los necesitamos —me encojo de hombros —¿por qué papá quiere una alianza en todo caso? Estamos bien ahora. No necesitamos un nuevo sector de inversión.

—Tu padre cree que es una buena forma de asegurar el capital, quiere expandirse, las industrias inmobiliarias junto con una familia experta en el área, es la mejor decisión.

Un sonido parecido a una afirmación es todo lo que mi madre obtiene como respuesta.

—Pero eres hábil para desviar el tema —se burla —hablábamos de Aria.

Suelto un quejido mientras echo la cabeza hacia atrás.

—Vi la forma en la que la miraste en la pasarela, es bonita, mucho.

—Tiene quince.

—Y tu veinticuatro —responde —pueden iniciar una relación...

La miro con horror.

—Mamá, es apenas una niña —establezco horrorizado —es preciosa, sí. Y probablemente sea bellísima cuando crezca pero eso no quiere decir que deba prometerme con ella...ahora. Si lo hiciera ahora me meterían preso por andar con una chica menor de edad, ¿eso quieres?

Se ríe, claramente divertida ante la situación.

—Le diré a tu padre que hable con los Anderson —dice palmeando mi hombro —estoy segura de que podemos esperar y ellos estarán encantados con que un matrimonio entre ustedes se pacte.