Little Bird

נכתב על ידי overmyheart

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Es más difícil esconderse del Señor Oscuro cuando estás enamorada de un mortífago. Los padres de Evelyn... עוד

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Epílogo

Capítulo 23

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נכתב על ידי overmyheart

Punto de vista de Evelyn Hawkings

Cuando me levanté el sábado por la mañana, podía escuchar el diluvio hasta en mi dormitorio que estaba colocado por debajo del castillo. Rodé fuera de la cama, frotando mis ojos fuertemente y preguntándome cuánto de fuerte estaba lloviendo. Fue ahí que recordé que jugaría en el partido de Quidditch al mediodía, y mi corazón se hundió. Jugar mientras lluvia nunca había sido bueno; hacía demasiado fácil caerse de la escoba.

Me cambié rápidamente, manteniéndome silenciosa porque Millicent aún estaba durmiendo, y nunca era bueno si la despertabas antes de que ella lo hiciera. Me vestí con gusto y me até el pelo en una coleta, sabiendo que habría viento aún si la tormenta paraba para el tiempo en el que el partido empezara.

Cuando finalmente hice mi camino a la sala común, Draco estaba hablando rápidamente con Flint junto a la chimenea. Empecé a hacer mi camino hacia ellos lentamente, insegura de si debería ponerme a mí misma en su conversación o solamente salir de la sala.

─Malfoy, estas siendo ridículo ─Flint decía exasperadamente mientras me acercaba─ No está lloviendo tanto...

─¿Qué estás ciego? ¡Es horrible! Eres tú el que está siendo estúpido ─Malfoy respondió─ Solo dile a Hooch que lo aplace, nadie quiere jugar en esta...

Se cortó cuando finalmente me vio, y hasta yo podía ver cuánto de molesto estaba. Draco me dio una sonrisa cansada antes de continuar hablando con Flint.

─No entiendo porque solo no cancelas el partido. Sé que odias jugar cuando llueve, tío.

─Sí, pero lo voy a hacer de todas formas ─Flint espetó, mirando a Draco como si se hubiera vuelto loco─ No es la primera vez que llueve durante un partido, no lo entiendo. Solo encárgate, vamos. Tenemos un partido que jugar, fin de la historia.

─Bien ─Draco se puso furioso, cogiendo mi brazo y girándonos hacia la salida. Miré sobre mi hombro mientras me llevaba fuera de la sala común, viendo como Flint nos miraba a ambos con símbolo de interrogación.

Cuando salimos de la entrada del portal, Draco soltó mi brazo y empezó a caminar hasta las escaleras, dejándome ninguna otra opción que seguirlo.

─¿De qué iba todo eso? ─pregunté, teniendo que trotar cada cinco segundos para mantenerme sobre sus pasos largos.

─Estoy intentando que Flint aplace el partido ─Draco suspiró enfadado, pasándose una mano por su pelo─ Es una mierda toda la lluvia, pero está siendo un idiota y no me escucha.

─Pero no lo entiendo ─empecé cuidadosamente─ La gente juega a Quidditch cuando el tiempo está mal como hoy.

─Sí, y normalmente no me importa ─dijo Draco, manteniendo su mirada fija en un punto lejano mientras caminaba por el pasillo hacia el Gran Salón─ Es diferente esta vez. Joder, no entiendo por qué él no solo...

─¿Por qué es diferente esta vez? ─le interrumpí inexpresivamente, pero sabía que era cuando presionó su boca en una fina línea y no dijo nada─ Espera, es porque voy a jugar, ¿verdad?

Cuando Draco siguió sin decir nada, cogí su brazo y forcé a que parara de caminar. Finalmente logré que me mirara y dije: ─Draco, sabes que he jugado en la lluvia antes, ¿no?

Él rodó los ojos, diciendo: ─Sé que lo has hecho. Pero esta tronando muy fuerte, no quiero que tú...

─Estaré bien ─dije firmemente, cruzando mis brazos mientras finalmente hacía contacto visual conmigo─ No es como si este fuera mi primer partido. Sé lo que estoy haciendo, ¿sabes?

La agria expresión de Draco me hizo sacar una pequeña sonrisa, y él se burló de mi ligeramente: ─Pero, ¿Qué pasaría si el viento te tira?

No pude evitar reír, sobando su hombro y rodando mis ojos.

─Eres tan tonto.

─Yo solo lo digo ─Draco se encogió de hombros, sonriéndose a sí mismo─ Puede pasar.

─Creo que estaré bien ─le dije, sacudiendo mi cabeza y empezando a girarme para seguir caminando─ ¿Podemos comer ahora o sigues queriendo que Flint posponga el partido?

Él refunfuñó algo por debajo de su respiración que no pude escuchar, pero me siguió, pillándome fácilmente y entrelazando nuestras manos. Draco se inclinó hacia abajo y besó mi mejilla, casi como si no lo hubiera ni pensado.

Cuando entramos en el Gran Salón juntos, aún no había separado su mano de la mía.

*

Me cambié y me puse el uniforme prestado rápidamente, sola, en el vacío vestuario, con el sonido de la lluvia golpeando contra el techo. Draco no estaba exagerando, la tormenta era muy fuerte, y me sorprendía que hasta alguien fuera a ver el partido. Había visto grandes multitudes de gente corriendo por las escaleras antes con una gran cantidad de paraguas para protegerse de la lluvia, aunque el viento impedía que nadie se quedara seco. Até mi pelo en una coleta, sabiendo que, en mi antiguo colegio, si el tiempo hubiera continuado así, hubiera sido aplazado. En una tormenta como aquella, no podía pasar nada bueno.

Pero a pesar de lo mal que sonaba la tormenta y cuanto de molesto estaba Draco porque el partido seguía planeado, estaba un poco emocionada por jugar de nuevo. No me había esperado tener otra oportunidad para jugar a Quidditch después del anterior partido, y no podía evitar negar que quería jugar mucho mejor de lo que lo hice la última vez. Seguía estando nerviosa, claramente, pero no tanto para vomitar como la vez anterior. Me sentía un poco más relajada ahora que no necesitaba probarme a mí misma al resto del equipo de Slytherin.

Cerré con fuerza la puerta del vestuario y cogí mi escoba del banco, tomando una profunda bocanada de aire y preparándome a mí misma por la violenta tormenta de fuera. Finalmente, apoyé la escoba debajo de mi brazo y me dirigí a la puerta, diciéndome a mí misma que solo era una pequeña lluvia.

Tuve que luchar contra el viento en mi camino hacia el estadio de Quidditch, sabiendo que el resto del equipo ya estaba probablemente allí y que no me podía permitir llegar tarde. Cuando finalmente alcancé el estadio, ya sentía como la lluvia había mojado todas mis prendas.

Estaba todo seco debajo de las gradas. Me encontré con el resto de los Slytherins rápidamente y me paré al lado de Draco junto al final del grupo mientras Flint hacia su discurso y yo me apartaba la lluvia de mis ojos. Draco me sonrió con satisfacción mientras escurría el agua de mi túnica, articulando silenciosamente: ─Eso no va a ayudarte.

Le saqué la lengua en vez de responder, ya temiendo salir de nuevo al aire libre. Intenté escuchar lo que Flint estaba diciendo, pero en todo lo que podía pensar era en como de difícil sería mantenerse en la escoba con aquel tiempo.

Las puertas se abrieron antes de que estuviera preparada, y tomé una temblorosa respiración mientras Flint empezaba a salir al campo. Draco se inclinó hacia mí y me dijo silenciosamente: ─Ten cuidado, ¿vale? De verdad.

─Tú también ─le dije, y luego estábamos caminando en hacia la lluvia torrencial y no podía escuchar otra cosa que el viento.

Parpadeando para poder quitar el agua de mis ojos, seguí a Christian ciegamente hasta el centro de la pista, de pie a través del equipo de Hufflepuff. Nos montamos en nuestras escobas y nos levantamos del suelo sobre unos diez metros, el aire haciendo difícil quedarse en el mismo lugar. Flint se chocó contra mí accidentalmente, y creo que se disculpó, pero no pude estar segura.

Hooch sostenía la Quaffle debajo de nosotros y gritando algo, pero no creo que ninguno de nosotros pudiera escucharla. Apreté mis manos sobre la escoba, inclinándome cerca de ella y respirando profundamente una y otra vez. Draco estaba a mi lado, y lo miré para comprobar si estaba intentando decirme algo. En el momento que intenté escucharlo, un trueno estalló y Hooch dejo la Quaffle en el aire.

Me lancé sin siquiera pensar, alcanzándola ciegamente y cogiéndola en el aire. Mis dedos se cerraron sobre el duro lado de la Quaffle y la coloqué debajo de mi brazo instantáneamente, agachándome debajo de los jugadores de Hufflepuff que habían ido a cogerla al mismo tiempo que yo. Rodé fuera del camino, rápidamente pasándome a otro jugador, quien quiera que fuera, y aceleré a la portería de Hufflepuff. La lluvia azotaba contra mi cara, pero podía casi sentirla mientras sostenía la Quaffle cerca de mí e intentaba mantener la mirada en la portería.

No tenía ni idea si ya estaba suficientemente cerca para el lanzamiento, pero podía ver un Hufflepuff viniendo hacia mí por el otro lado así que la arrojé lo más fuerte que pude. Finalmente, reduje la velocidad, mirando mientras el guardián llegaba hasta intentar alcanzarla y cogerla, pero la Quaffle se deslizó sobre sus dedos por culpa de la lluvia, provocando que entrara en la portería.

El público estaba animando, pero casi no podía escucharlo sobre el rugido del viento. Me di la vuelta y fui hacia el centro de la pista, el viento haciendo que mi escoba se sacudiera peligrosamente. Parpadeando para apartar las gotas, entrecerré los ojos para ver a través de la lluvia a los otros jugadores. También había nubes así que era difícil ver mucho, pero casi podía distinguir a Draco volando sobre las puntas, apartándose del camino mientras buscaba la Snitch. Esperé que no se estuviera preocupando más por mí que por el partido en sí.

Un Bludger batió contra mí en aquel momento, y yo rodé fuera del camino sin siquiera pensarlo. Había estado tan cerca que había sentido como el agua de la lluvia se rompía de la superficie. Christian pasó por mi lado siguiendo al jugador de Hufflepuff que tenía la Quaffle, y fui detrás de ellos, el viento azotando mi trenza contra mi espalda.

Mi escoba ahora estaba tan resbaladiza que podía sentirme a mí misma como me deslizaba contra ella, y apreté el agarré con mis entumecidos dedos. Si me caía, había una buena posibilidad de que nadie pudiera siquiera verme a tiempo para ayudarme. Con el viento tirando a través del aire, rodé sobre un jugador mientras me daba cuenta de que Christian había robado la Quaffle del jugador de Hufflepuff.

Giré sobre el terreno tan rápidamente que el estadio se inclinó hacia los lados, pero me las alegré para sostenerme a mí misma en lugar. Christian me pasó la Quaffle, y yo la lancé hacia abajo para cogerla en el aire lo más rápido que pude, agachándome y rodando sobre cualquier jugador en mi camino. Lancé la Quaffle por segunda vez, pero el guardián de Hufflepuff se las arregló para pararla esta vez.

El parido continuó a ciegas en una vertiginosa velocidad, todos volando a través de la lluvia torrencial y el despiadado viento con el público a nuestro alrededor apagado por la tormenta. Ahora tenía tanto frío que sentía como si mi cara estuviera congelada, y mis manos estaban escarchadas en la escoba. No podía estar segura de cuanto íbamos, pero sabía que nosotros éramos los líderes. Me las había arreglado para anotar dos veces más, y creo que Christian había sido quien había anotado otro punto; ahora solo estaba rogando para que alguien cogiera la Snitch para poder irnos adentro.

Zabini había anotado para nosotros de nuevo, y mientras él pasaba por mi camino de vuelta a nuestro campo, lo pille sonriéndome a través de la lluvia. Solté una rabieta enfadada ante aquello, algo que ni siquiera yo pude oír a través del viento, y fui detrás de él. Estaba agradecida de que no estuviera permanentemente en el equipo y no tuviera que lidiar con él fuera de clases cada día, y al menos este era mi último partido de Quidditch que jugaría con él.

Zabini estaba persiguiendo a un jugador de Hufflepuff, que tenía la Quaffle colocada debajo de su brazo, así que me lancé detrás de ambos para ver si podía bloquear alguno de sus pases. Aceleré a un lado de ellos mientras corrían a través del aire, mirando cuidadosamente sobre la lluvia torrencial para ver si el jugador de Hufflepuff iba a intentar pasar la pelota. El jugador perdió la Quaffle cuando Zabini estuvo muy cerca, y cayó por el aire hacia Christian, quien la cogió antes de que pudiera ir demasiado lejos.

El chico de Hufflepuff se giró y empezó a volver hacia atrás, casi causando que chocara contra mí a causa de la velocidad en la que iba. Rodé de su camino, el mundo girando a mí alrededor y el agua de la lluvia desdibujando mi visión. Cuando finalmente me enderecé a mí misma, Zabini estaba aún a mi lado y un Bludger estaba dirigiéndose hacia él.

Vi como chocaba contra el lado de su hombro derecho, estrechamente esquivando fuera de su camino a sí mismo. Zabini chilló una especie de insulto que no pude escuchar sobre el rugido del viento, pero estaba ya empezando a deslizarse de su escoba a causa del impacto.

Yo estaba solo a unos metros alejada; podía alcanzarlo y devolverlo a su escoba fácilmente antes de que pudiera caer. Pero mientras el tiempo se ralentizaba y miraba como su cuerpo empezaba a ladearse hacia el suelo, hubo un horrible momento donde una pequeña voz en mi interior susurró, puedes solamente dejarlo caer.

Pero medio segundo, consideré el hecho de dejar que Zabini se deslizara de su escoba y cayera a través del aire hacia el suelo.

Pero luego me di cuenta de lo que estaba pensando y automáticamente azoté hacia fuera mi brazo para cogerlo de su hombro.

El tiempo pareció volver a la normalidad mientras colocaba a Zabini de vuelta en su escoba, el viento lanzándonos levemente a través del aire y causando que casi perdiera mi propio agarre de mi escoba. Él se aferró al borde de su escoba con paso inseguro, endureciéndose a sí mismo y sosteniendo su hombro lesionado con su mano libre. Zabini miró en mi dirección mientras dejaba mi agarre, y a través de la oscuridad de la tormenta y de la lluvia torrencial, vi la pura incredulidad en su cara.

Con mi corazón latiendo rápidamente y el frío sentimiento en mis venas, aceleré, alejándome de él sin ni siquiera queriendo ver si iba a intentar agradecérmelo.

Mi mente estaba corriendo tan rápidamente que me sentí mareada, y estaba preguntándome a mí misma si iba a ponerme mala cuando escuché el desgarrador sonido del silbado de Hooch que ni siquiera el viento podía ocultar. Me giré, mi cabeza dando vueltas, y vi como Draco estaba sosteniendo la Snitch en una de sus manos mientras empezaba a bajar hacia el suelo. Casi procesando lo que acababa de pasar, aceleré hacia el suelo con el resto de los jugadores.

El viento azotaba contra mí mientras aterrizaba, y casi me caigo de mi escoba cuando golpeé el suelo debajo de mí. Mis manos estaban temblando mientras me desmontaba de la escoba, pero no podía estar segura si era por el frio o por lo asustada que estaba.

El resto de los Slytherins estaban corriendo por del barro hacia Draco, pero yo estaba empezando a llorar a través de las gotas de lluvia. El viento estaba azotando mi pelo sobre mis congeladas mejillas, mis ojos se llenaron de lágrimas y mi visión de desdibujó.

Como podía haber vacilado... ¿cómo podía haber pensado por un segundo...?

Estaba temblando incontrolablemente ahora, y sabía que no era a causa del frio. Estaba empezando a llorar mientras me daba cuenta de que casi dejo que un tipo del lado oscuro me tomara y dejara que Zabini cayera del suelo. ¿Qué estaba mal conmigo?

De repente me aborrecí a mí misma; de repente odié ser un Slytherin, odiaba estar en la casa donde todos acababan conectados a Tú-Sabes-Quién de una manera u otra. Algo como esto no hubiera pasado cuatro meses atrás. No me había dado cuenta, pero puede que estando aquí, estando rodeada de todos los Slytherins, estaba convirtiéndome en una mala persona.

Y eso me asustaba más que nada.

Con la violenta tormenta rodeándome, me giré y empecé a caminar hacia las puertas para salir del estadio. Estaba llorando tanto que ni siquiera podía ver, y tuve que proteger mi cara de la lluvia torrencial y del viento para mantener la puerta recta delante de mí. Todo lo que quería hacer era salir de allí, ir a mi habitación, y olvidar todo lo que casi sucede con Zabini.

Alguien estaba chillándome a mis espaldas, y me giré levemente para ver que Draco estaba corriendo detrás de mí. Él chilló sobre el rugido del viento: ─¿Qué estás haciendo? ¿Qué está mal?

Pero todo lo que pude hacer fue continuar llorando y girarme, atravesando las puertas abiertas y desapareciendo del estadio. No podía estar cerca de él; no ahora, no después de lo que había pasado.

Creo que lo que más me asustaba era la posibilidad de que Draco fuera quien me convirtiera en alguien diferente... aunque él no lo quisiera.

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