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Mudarte lejos de tu ciudad natal siempre había sido el plan. Era un nuevo comienzo, con nuevas personas, lugares de interés y oportunidades.

Pero, no importaba lo mucho que amabas vivir fuera de tu ciudad natal, a veces realmente extrañabas estar en casa.

La temporada navideña había llegado con toda su fuerza, las decoraciones en cada ventana y las canciones navideñas se repetían en toda la ciudad. Y por lo general te encantaba, eras la primera persona que adornaba su casa con luces y la última en quitarlas una vez que había llegado el año nuevo. Pero esta sería tu primera navidad fuera de casa; el trabajo manteniéndote en Londres cuando todo lo que deseabas era la familiaridad nostálgica de las vacaciones en tu ciudad natal.

Como resultado, tu humor había estado un poco irritado y gruñón. Rechazaste las invitaciones para salir con amigos y optaste por quedarte en tu departamento y deprimirte aún más tu sola. Realmente no estabas haciendo nada para aliviar la sensación de nostalgia pero nunca lo admitirías a ti misma.

Niall se había dado cuenta de eso, él siempre había sido capaz de notar tus cambios de humor incluso antes de que comenzaran a salir. Así que una vez que mandaste un mensaje de texto al grupo de los amigos diciéndoles que fueran al bar sin ti, solo le tomo a Niall media hora aparecer sin previo aviso en tu puerta.

Un golpe llamó tu atención, desviando tu mirada de la película cursi que estabas viendo. En tu puerta estaba el hombre que logró capturar tu propio corazón.

-Hey, pensé que no teníamos planes para esta noche.- Le dijiste a Niall, abriendo más la puerta y dejándolo entrar. Se inclinó hacia ti para dejar un beso en tus labios antes de responder, y fue hasta que comenzó a caminar hacia la sala que notaste la bolsa de comida en su mano.

-No los teníamos, pero quería verte.- Se encogió de hombros y se dirigió a la cocina mientras cerrabas la puerta principal detrás de él. Cuando finalmente lo alcanzaste, estaba sacando contenedores de comida de la bolsa, y cuando reconociste el logo del restaurante, miraste a tu novio con sospecha.

-¿Ordenaste de Kimmy's? Nunca pides Kimmy's.- Lo interrogaste, su risa como respuesta resonando por todo el departamento silencioso. Era una vieja discusión entre ambos, tu amabas la comida de Kimmy's mientras Niall amaba la comida de otro restaurante. Vendían la misma comida y, en teoría, estaban en el mismo lugar, pero podrías jurar que era mejor Kimmy's. Incluso cuando le pedías a Niall que ordenara algo en Kimmy's, él siempre, sin falta, regresaría con una bolsa del otro restaurante.

Excepto por esta noche, aparentemente.

Niall te dedicó una sonrisa ladeada y dejó de sacar comida de la bolsa y en su lugar abrió sus brazos para un abrazo. Confundida pero sin querer dejar pasar la oportunidad de ser abrazada por tu chico favorito, obedeciste y sus brazos te rodearon en un abrazo fuerte.

-Sé que te has sentido mal por no poder ir a casa últimamente.- Empezó, meciéndote de un lado a otro. No protestaste por su declaración, porque no había nada a lo que objetar. En cambio, esperaste a que continuara.- Así que pensé que podríamos cenar de tu lugar favorito y luego ver alguna película. También tengo una sorpresa para más tarde.

-¿Esta no es la sorpresa?- Preguntaste con una sonrisa, inclinando la cabeza hacia arriba para mirarlo mientras permanecías en sus brazos. Una oleada de emociones se apoderó de ti, amabas a este chico más que a nadie en el mundo.

Y de verdad lo amabas. Te encantaba que él supiera cuándo estabas mal y cuándo necesitabas una noche de películas con él a tu lado. Te encantaba la forma en que sonreía y la forma en que reía. La manera en la que te invitaba a cada una de sus presentaciones en Londres cuando estabas disponible y te llamaba su amuleto de buena suerte. Lo amabas con todo tu ser.

Imaginas | NHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora