52.

7.1K 268 31
                                    

Segunda parte.
----

3 horas y 17 minutos habían pasado desde que se fue. Dejándome parado en el pasillo pensando si acababa de arruinar lo mejor que me había pasado en la vida. No sé por cuánto tiempo me quedé en el mismo lugar esperando que ella regresara, corriera hacia mis brazos y me dijera que estaríamos bien, que sabríamos arreglar esto y todo iba a estar bien.

Me debatí si debía llamarla o no, mi celular estaba justo en su contacto y cada vez que estaba a punto de apretar el botón de llamada, me arrepentía. Dejé salir un suspiro con frustración y aventé el celular al sillón. Y es que a pesar de todo, la conocía demasiado bien y sabía que si ella necesitaba espacio, quisiera o no, debía dárselo. Pero estaba a punto de volverme loco aquí, no sabiendo en dónde estaba o qué estaba pensando. Mi mente estaba yendo a un millón por hora tratando de adivinar qué tenía que hacer para arreglar lo que acababa de causar.

Estaba tumbado en el sillón con la televisión encendida pero no estaba prestando atención a ella. En todo lo que podía pensar era en mi ______, en la manera en la que me hacía sentir, la misma manera en la que yo debía hacerla sentir; pero en lugar de eso, estaba haciéndola sentir que no era amada, estaba haciéndola sentir sola, que no era importante y como si necesitara tiempo alejado de ella. Volví a dejar salir otro suspiro lleno de frustración cuando escuché la puerta principal ser abierta, me levanté de inmediato de mi lugar.

-¿______? ¿Eres tú?- Murmuré sintiendo mi corazón latir con fuerza mientras caminaba hacia la puerta, chocando contra una figura fuerte casi causando que ambos cayéramos al suelo.

-¡Maldición, Niall! ¡Ten cuidado!- Mully dijo, dando un golpe sobre mi hombro.

-Oh, solo eres tú.- Murmuré, dando vuelta y regresando al sillón para volver a tumbarme en él. Tomé mi teléfono de nuevo, debatiéndome de nuevo si debía llamarla o seguir volviéndome loco poco a poco esperando por una señal de mi chica.

-Bueno, también me alegro de verte, hombre.- Mully se quejó, rodando los ojos y sentándose a mi lado en el sillón.- ¿En dónde está _______? Dudé seriamente en venir y entrar sin tocar pensando que estaría pegada a ti o a tu pene, con eso de que acabas de regresar.- Mencionó y rió sobre su propio chiste, callándose de inmediato cuando vio que yo no lo hice.

-Se fue.- Mencioné en voz baja, aunque el solo hecho de mencionar esa frase hacia que la realidad me golpeara y me dijera que probablemente ya no regresaría.

Mully frunció el ceño, negando un poco con la cabeza, tratando de comprender si había escuchado bien.-¿Se fue? ¿Qué quieres decir con que se fue?

Inhale suficiente aire y lo dejé salir con fuerza, sentándome en el sillón y llevando mis codos hacia mis rodillas y poniendo mi cabeza sobre mis manos pasándolas por mi cabello.

-Discutimos, supongo que estaba enojada porque fui a jugar golf con Deo y Willie y los otros chicos esta mañana, llegué a casa antes de lo esperado y la escuché hablando con su amiga sobre cómo siente que nunca la tengo en mis prioridades; que siempre se queda sentada en el fondo esperando a que yo le preste atención sobre todo lo demás. Terminados discutiendo por eso y se fue, dijo que necesitaba tomar aire... eso fue hace más de tres horas.- Expliqué y pase de nuevo mis manos por mi cabello, cerrando mis ojos con fuerza cuando sentí que se llenaron de agua, no quería que Mully viera eso.

-Ah, mierda, hombre. Lo siento... a lo mejor solo necesitaba calmarse un poco, pensar las cosas y de seguro no tarda en regresar.- Mully mencionó con esperanza, pero la mirada en su cara solo me dejaba saber que él también sabía que había jodido las cosas.

-¿Qué voy a hacer? No puedo perderla... pero sé que tiene razón, Mully, he sido un completo imbécil. Estaba tan malditamente enfocado en todo que nunca me detuve siquiera para preguntarle cómo estaba. Hombre, quiero casarme con esta chica, quiero que tengamos hijos, quiero llenar a nuestros nietos con historias sobre nosotros pero probablemente nada de eso va a pasar. Se fue. ¡La dejé sola en la cama esta mañana por ir a jugar golf con el maldito de Deo!- Me quejé, dejando caer mi espalda sobre el respaldo del sillón y pasando mis manos por mi rostro.

Imaginas | NHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora