12.

7.2K 294 43
                                    

-¡Es que siento como si tuviera una maldita correa puesta!- Niall te gritó en la cocina. -¡Siempre tienes que estar detrás de mi y no me dejas hacer nada!

-Niall, yo no te estoy prohibiendo nada, puedes hacer lo que quieras.- Dijiste mucho más calmada de lo que él estaba.

-Bien, entonces supongo que puedo ir al club con mis amigos.- Mencionó mirándote.

-Niall.- Mencionaste suspirando.

-¿Lo ves? No puedo hacerlo solo por el hecho de que ahora estamos casados y se supone que tengo que estar en casa siempre y no puedo divertirme con mis amigos.- Comenzó a levantar la voz de nuevo.

-Yo no dije eso, lo único que quiero es que si vas a salir seas más responsable en cuánta cantidad de alcohol consumes, últimamente cada vez que sales terminas vomitando por todos lados.

Niall rodó los ojos.

-A veces quisiera que nunca nos hubiéramos casado.- Murmuró más para él mismo que para ti, pero pudiste escucharlo.

No podías creer lo que había dicho, sentías una opresión en el pecho y un nudo en la garganta, ese siempre había sido tu mayor temor, que Niall se arrepintiera de casarse contigo.

-Bueno, entonces supongo que debiste pensarlo mejor antes de pedírmelo.- Mencionaste haciéndole saber que lo habías escuchado, diste la vuelta y caminaste fuera de la cocina.

-_________, lo siento.- Trató de tomar tu mano para detener tus pasos pero te soltaste de su agarre sin siquiera mirarlo.

Antes de salir de la casa, tomaste del cajón el sobre que tenía tu nombre escrito.

Cuando Niall y tú se casaron, pensaron que sería una buena idea escribirse el uno al otro una carta diciéndose lo mucho que se amaban y lo que significaban para el otro, para que el día que ocurriera una pelea como está, pudieran tomar cada uno su carta y leerla, y así recordar el por qué se enamoraron, el por qué se habían casado y simplemente el expresar sus sentimientos hacia el otro.

Caminaste hacia el pequeño café-restaurant en donde tú y Niall habían tenido su primera conversación real. Ese día estaba lloviendo y tú eras un completo desastre.

"-Hey.- Mencionó.

Sonreíste cuando lo reconociste, lo habías conocido antes porque tenían amigos en común, pero en realidad nunca habían tenido una plática más larga que un simple "Hola."

-Hola.- Contestaste.

-Tenía mucho que no te veía, ¿te importa si me siento contigo?

-¿Estás seguro que quieres sentarte con una zombie andante?- Bromeaste haciéndolo sonreír.

-Muy seguro, yo pienso que luces muy bien."

Te sentaste en una mesa y ordenaste un café para después abrir el sobre.

"Hey, amor.

Soy yo, Niall, tu esposo. Wow, eso es raro, nunca pensé que llegaría el momento en el que estaría casado, pero me alegra demasiado que sea contigo.
Como sea, si estás leyendo esto supongo que es porque jodí las cosas o dije algo malo. Debes saber que soy un idiota, aunque supongo que ya lo sabes. También espero que sepas que lo siento muchísimo y espero que me perdones por lo que sea que haya hecho. Lo siento, de verdad lo hago. Odio saber que probablemente estás llorando y más sabiendo que es por algo que yo hice.
Si me casé contigo fue porque quería hacerte feliz por el resto de mi vida, para hacerte sonreír y ser esa persona en la que puedas confiar para hablar sobre cualquier cosa, así que aunque estés enojada habla conmigo.
Realmente espero no haber jodido las cosas tanto hasta llegar al punto en el que te fuiste de la casa o incluso haber puesto una mano sobre ti, aunque te juro que eso nunca pasara.

Lo siento demasiado por lo que sea que haya hecho.

Si tú fuiste la que hizo que me enojara quiero que sepas que te perdono. Realmente espero que te perdone porque siendo honesto no sé qué sería de mi sin ti.

De verdad solo quiero que seas feliz y más sabiendo que yo soy el causante de eso. Te quiero decir que estoy demasiado contento de poder decir que eres mi esposa.

Te amo, nena, hoy y siempre. :)

Niall. xx"

Terminaste de leer la carta y las lágrimas ya estaban en tu cara.

-Disculpa, ¿te encuentras bien?- Una mesera preguntó acercándose a ti.

-Am, sí, gracias. ¿Podrías cancelar mi orden, por favor?- Pediste limpiando tu cara.

Una vez que cancelaron la orden caminaste de regreso a casa. Necesitabas disculparte con Niall. A pesar de que sentías que tú no eras la que había hecho las cosas mal, él era el que debería disculparse. Aunque estaba bien para ti porque lo amabas demasiado y no querías que dejara de ser parte de tu vida. Solo querías saber por qué se arrepentía de casarse contigo.

Entraste a casa y visualizaste a Niall acostado sobre su espalda en el sillón, tenía tu carta entre sus manos.

Se sentó cuando escucho la puerta y camino hacia ti.

-Lo siento, no quise decir eso.

No contestaste sabiendo que en cuanto una palabra saliera de tu boca comenzarías a llorar. Él se acercó incluso más a ti y envolvió sus brazos a tu alrededor, apretándote demasiado hacia él. Una vez que te abrazó comenzaste a llorar sobre su pecho. Era el único lugar en el que te sentías completa y segura.

-¿De verdad te arrepientes de casarte conmigo?- Murmuraste entre sollozos.- ¿Te arrepientes de nosotros porque el estar juntos te aleja de tus amigos?

-No, no lo hago.- Dijo mientras hacía más fuerte su agarre a tu alrededor.-No debí de haber dicho eso, ni siquiera debí de haberte gritado en primer lugar. Lo siento, no sé qué más decir para que me perdones.- Mencionó mientras su mano subía y bajaba por tu espalda.

-Está bien.

-No, no lo está.- Mencionó y te separaste un poco para mirarlo. Se veía realmente arrepentido.

-Todo está bien, Niall. Te perdono, leí tu carta y sé que de verdad lo sientes.

Te miró y volvió a abrazarte, mientras escondía su cara en tu cabello.

-Te amo, ________, demasiado.

-Yo también te amo, Niall.

Imaginas | NHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora