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Parte 2.

Niall.

Habían pasado veinte minutos desde que se fue y yo seguía sentado en la orilla de la cama, mis codos sobre mis rodillas y mi cabeza sobre mis manos. No podía hacerme a la idea de lo que había pasado. La que se supone sería una buena noche con amigos se convirtió en posiblemente la peor pesadilla de mi vida. No sé qué mierda había ocurrido en mi anoche, incluso mientras decía todas esas cosas hacia ella, ni yo mismo podía creerme lo que estaba diciendo. Una voz en mi cabeza me estaba gritando, diciéndome que me callara porque todo lo que estaba diciendo no era más que basura pero por alguna razón no pude detenerme. Incluso en mi estado ebrio la mirada de dolor que llenó sus ojos me había roto, y sabía que nunca sería capaz de perdonarme a mi mismo por haber sido el causante de eso.

Mientras miraba alrededor de la habitación que compartíamos me di cuenta que __________ es todo para mi. Los marcos de madera que sostenían sus fotos favoritas de nosotros estaban alrededor de la habitación. Las ligas para atar el cabello estaban por todos lados, los pequeños alhajeros que tanto cuidaba estaban sobre su mesita de noche, eran detalles pequeños que me recordaban a ella, la habitación se sentía vacía con su ausencia y no sabía si algún día regresaría.

Deje salir un gruñido de frustración mientras me dejaba caer en la cama, mis manos yendo directo a mi cabello para jalarlo un poco mientras me acostaba sobre mi espalda. El movimiento de mi cuerpo en la cama causó que de alguna manera las sábanas desprendieran su aroma, ese aroma de ________ que tanto me volvía loco y que me gustaba inhalar como si mi vida dependiera de ello. Y fue ahí cuando me di cuenta que no podía perderla, no iba a perderla.

Me levanté de la cama y comencé a cambiar mi ropa lo más rápido que pude para poder salir de casa e ir directo a sus brazos. Ni siquiera tenía idea de a dónde había ido __________ pero estaba más que preparado para buscar por todo Londres si eso significaba que la encontraría para decirle lo mucho que lo sentía.

Bajé las escaleras con prisa y busqué en la cocina las llaves de mi auto, maldiciendo cuando tiré un par de cosas con mis movimientos rápidos. Finalmente pude encontrarlas debajo de un par de correspondencia que ni siquiera había abierto todavía y rápidamente me dirigí hacia el garage.

Me sorprendí un poco cuando miré el auto de _________ estacionado junto al mío. Fruncí el ceño un poco completamente sorprendido pero asumiendo que ella simplemente había salido a caminar un poco en vez de conducir, abrí la puerta de mi auto y no fue hasta que escuché un sollozo que me detuve, el sonido sacándome de la burbuja de nervios en la que estaba metido para darme cuenta de lo que estaba pasando. Elevé la mirada, bajándome de mi auto y caminado hacia la puerta del piloto del auto de __________ y de inmediato sentí mi corazón caer a mi estómago. Nada hubiera podido prepararme para lo que vi. Estaba sentada en su auto, sus puños estaban sobre el volante con fuerza haciendo que sus nudillos se vieran blancos, su cabeza estaba sobre sus puños y su cuerpo entero temblaba con cada sollozo. Fue cuando me di cuenta que en realidad nunca salió de casa, probablemente fue cuando llegó a su coche que la realidad de toda esta situación la golpeó y se hizo pedazos, incapaz de hacer algo al respecto más que dejar que sus emociones se apoderaran de ella.

Cerré los ojos con fuerza, en un intento sin sentido de tratar de que todo esto se resolviera, inhale profundamente por mi nariz. Mis pasos se dirigieron hacia la puerta del copiloto de su auto, abriéndola y metiéndome en él sin hacer mucho ruido para no asustarla. Su llanto rompió aún más mi corazón ahora que no estaba de barrera el auto entre nosotros. Es como si su corazón se rompiera un poco más con cada lágrima que dejaba sus ojos.

Después de unos momentos de silencio entre nosotros, finalmente levantó la cabeza del volante, girándose lentamente hacia mi. Enfoque mi mirada en su rostro por unos segundos, asustado de hacer contacto visual con ella y ser capaz de ver cómo lucia a través de sus ojos.

Imaginas | NHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora