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Él se veía bien. Y lo odiaba por eso.

Tan solo estaba vistiendo una camisa negra y unos jeans de mezclilla pero no era su elección de ropa lo que hizo que su corazón se detuviera.

Él se veía bien. Como si todo estuviera yendo bastante bien en su vida.

Sus mejillas estaban un poco sonrojadas y sus ojos se arrugaban cuando reía por algo a la vez que disfrutaba el momento. La boca que ________ sabía era cálida y suave para besar, expresaba una gran sonrisa que solo hacía que su estómago se encogiera. Quería saber qué era lo que estaba provocando que sonriera de esa manera. Necesitaba saber por qué estaba tan feliz. Dolía ser excluida. Y su estúpido cabello, ¿por qué su tono natural castaño le quedaba tan malditamente bien?

El tono castaño tan solo hacía verlo más varonil pero, al mismo tiempo, adorable y eso solo le provocaba querer pasar sus dedos entre sus mechones.

Pero ya no tenía permitido hacer eso, solo ella podía hacerlo.

La chica que tenía su brazo alrededor del de Niall era preciosa. Sus labios estaban utilizando un labial de color rojo oscuro y _________ sabía que probablemente eso lo estaba volviendo loco; su cabello era largo y castaño claro, casi hasta llegar a rubio, y cuando volteó a verlo, sus ojos revelaron un color verde demasiado hermoso. Ella era hermosa y él era suyo, el Niall que solía ser solo de __________ y eso solo la hacía envidiarla e incluso odiarla.

-________, discúlpame pero no puedes seguir viéndolo de esa manera toda la noche.- La voz cálida de Ana murmuró en su oído, no estando consciente que la estaba sacando de sus pensamientos sobre su ex novio y su nueva novia.

Su mano le dio un suave apretón a su brazo y le dio un pequeño golpecito con su codo con el objetivo de que se diera vuelta y pusiera su atención a las personas con las que habían asistido al restaurante y que por lo menos pareciera que ella era parte de la conversación cuando la verdad no sabía de qué estaban hablando.

A pesar de eso, sabía que probablemente estaba haciendo un mal trabajo tratando de pretender que tenía interés en su conversación. ¿Cómo podía sonreír cuando tenía un corazón hecho pedazos? ¿Por qué él estaba feliz? ¿Y cómo lo había logrado? Ella estaba viviendo sin la mitad de su alma y él, por otra parte, estaba sentado ahí, teniendo una cena y una divertida conversación con una nueva novia y con una enorme sonrisa que, siendo honesta, decoraban su rostro de una manera hermosa.

-Regresaré en un minuto.

Kim, quien estaba en medio de una conversación sobre algo gracioso que le había sucedido en su trabajo, la miró con preocupación antes de mirar a Ana, quien solo asintió y le dedicó una sonrisa cálida.

-¿Irás al baño? ¿Quieres que te acompañe?- Ana preguntó.

-Sí y no, creo que puedo ir sola. Solo será un minuto.

_________ se levantó de su silla y se apresuró a llegar a los baños sin siquiera mirar a la persona que extrañaba demasiado.

La puerta del baño de mujeres se cerró detrás de su espalda y finalmente pudo respirar profundamente. No estaba llorando. Por lo menos esa era una pequeña victoria para ella en esta situación de mierda y por primera vez sus manos no estaban temblando.

La última vez que había visto a Niall había sido mucho más incómodo, todo gracias a que _________ salió corriendo y se subió a un taxi lo más rápido posible en medio de una calle transitada de Londres con el objetivo de escapar del momento lo más rápido que pudiera. Y él la vio. Por supuesto que lo hizo, y el pensamiento de él cuestionándola sobre eso solo hacía que sus mejillas se sonrojarán de vergüenza.

Imaginas | NHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora