CAPITULO LXV

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Eric les dirigía por la carretera en dirección a lo que parecía una ciudad abandonada.

Chris caminaba a su lado hablando sobre la forma en que podrían acceder a la ciudad para no ser vistos por nadie, cuando de repente Eric se paró en seco en medio del camino. Chris se volvió a mirarle esperando encontrar un motivo por el que lo había hecho, pero solo pudo ver la mirada de Eric perdida en el horizonte y su cara pálida con una expresión de dolor.

Mario y Elena que caminaban unos pasos por detrás se acercaron corriendo para comprobar si Eric había descubierto algo nuevo en relación a Risk.

—¿Qué ocurre Eric? ¿Qué has sentido? ¿Es Risk? ¿Le ocurre algo malo?

—Dale tiempo, —le susurró Elena sujetando a Mario de un brazo— ya nos informará de lo que pase.

Sus tres compañeros le miraban atónitos esperando una reacción por su parte. Eric parpadeó como si acabara de despertar y clavó una mirada angustiada en Chris, quien no se atrevía a preguntar.

—Es Tana, —dijo al fin rompiendo la tensión— algo malo le está ocurriendo, tengo que volver con ella, no puedo dejarla sola.

Chris le sujetó por el brazo y Elena se cruzó en su camino.

—¡Espera, Eric! Piensa un poco antes de hacer algo precipitado. Sabes que no puedes ir hasta Sunshine city, y ella no está sola, alguién cuidará de ella. Espera al menos a que terminemos con esto y volvamos al campamento, Lena puede hacer que hables con Tana y si es necesario que vuelvas, su padre se encargará de facilitarte las cosas, pero ahora no puedes marcharte y dejarlo todo así.

Eric miró a su hermana y a Mario. Elena asintió y comprendió que Chris tenía razón, tendría que esperar, aunque se muriera de angustia. Estaba seguro de que Tana estaba en peligro. A pesar de todo, intentó recuperar algo de calma, pero la sensación era tan intensa que sabía que no podría librarse de ella.

Continuaron caminando hasta llegar a las afueras de la ciudad, Eric ya había advertido la presencia de soldados apostados en los tejados y en las calles de aquella ciudad, y les había avisado por lo que se acercaron con sigilo por la zona más desprotegida siguiendo sus indicaciones.

Chris se arrastró hasta llegar a una de las calles, se ocultó en la esquina poniéndose en pie para echar un vistazo.

Un soldado vestido con un uniforme descolorido revisaba su arma con atención antes de volver a caminar hacia el otro extremo de la calle. Comprobó que el siguiente soldado más cercano estaba sobre el tejado de un edificio cercano.

Se agachó y se acercó sigilosamente al soldado por su espalda.

Cuando estuvo suficientemente cerca, con un movimiento rápido le rodeó el cuello con su brazo y le presionó hasta que le costó respirar.

Entonces le pregunto por Risk.

El soldado no podía hablar debido a la presión que Chris ejercía sobre su traquea, pero en sus pensamientos vió a Risk, junto con dos soldados más, y Chris soltó la presión de su cuello cuando reconoció a los soldados que iban con Risk. Eran Tom y Dev.

—¿Dónde estan ahora?

Chris le apuntaba con su arma, era una Glock que junto con tres más les había proporcionado Lena cuando planearon salir en busca de Risk.

El soldado cayó sobre sus rodillas y se apoyó en el suelo con sus manos respirando con dificultad, hasta que consiguió responderle.

—Risk, está en el helipuerto, los otros no lo se.

—¿Hacia donde está ese helipuerto?

El soldado levantó una mano para señalar hacia su izquierda.

AMANECEWhere stories live. Discover now