CAPITULO XVII

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Tana había sido una buena amiga para él, y le había comprendido y apoyado en los peores bajones que había tenido desde que renunciara a Luna, no le deseaba que tuviera que pasar por algo parecido.

Llegó delante de la puerta de entrada del apartamento y repitió la operación con la tarjeta identificadora, cuando la puerta se abrió entró con pasos largos por el pasillo llamando a sus hermanos por su nombre.

Al pararse delante de la puerta del dormitorio de Elena esta se abrió.

Elena estaba inclinada sobre la maleta que había sobre su cama, colocando su ropa en el interior y se volvió hacia Chris al escuchar como le llamaba.

—¡Hola, Chris, imagino que ya te has enterado!

Chris se fijó en el rostro de la que consideraba su hermana, estaba seria, pero parecía mantener el control, no dejaba que las facciones de su cara transmitieran lo que estaba sintiendo. Se acercó hasta donde estaba ella y la abrazó contra su pecho en silencio, pero Elena no soltó una sola lágrima.

—¿Has recibido la notificación? – casi le susurró cerca del oído.

—Sí, ¿y tú?

—Me la acaban de entregar en la puerta.

Elena se soltó de su abrazo para continuar haciendo la maleta, manteniendo la compostura.

—Tendremos que pasarnos por el hotel antes de marcharnos.

Chris asintió, podía leer los pensamientos de su hermana. Lenox quería verlos a todos antes de que dejaran la ciudad. La cita era para el mediodía, tendrían que apresurarse.

—¿Dónde está Eric?

—Ha ido a buscar a Tana al hospital, creo que en estos momentos se estará despidiendo.

Chris apretó la mandíbula.

—¿Y Mario?

—Creo que se encuentra entrenando en la academia con su grupo.

—¿Sabes si alguien le habrá informado de lo que está ocurriendo?

Elena se colgó la gran mochila que había preparado y se quedó muda unos minutos, no podía ni pensar en el momento en que ella y Mario tuvieran que despedirse.

—Es muy probable que antes de que podamos despedirnos él ya lo sepa.

—Estoy seguro de que todavía no ha sucedido, de lo contrario ya le tendrías aquí.

Elena asintió apretando los dientes, mientras se daba media vuelta y se dirigía al pasillo.

—Es mejor que prepares tu equipaje, Chris. ¡Vamos, te ayudaré a hacerlo!

                                                                                * * *

Carley se dispuso a salir hacia el apartamento de Dan para encontrarse con la doctora Albani, pero no quería marcharse sin despedirse de Lenox.

Salió del dormitorio que tenía en el hotel y se encaminó a su despacho con la esperanza de poder hablar con él a solas antes de marcharse.

Cerró la puerta de la habitación al salir intentando no mirar hacia las sábanas que todavía estaban revueltas. La relación entre ella y Lenox había prosperado en poco tiempo.

Él le había ayudado mucho cuando tuvo que abandonar la ciudad después de la muerte de su padre. Se había encargado amablemente de preparar todo el funeral y de que a ella no le faltara de nada. Carley había crecido en Destroya junto con su padre, mientras el trabajaba en las investigaciones de la Gobernación de Sunshine city, y a pesar de que habían estado viviendo en otras ciudades, cuando ella pensaba en su hogar, pensaba en Destroya.

AMANECEWhere stories live. Discover now