CAPITULO L

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A Carla le preocupaba la seguridad de las pruebas que tenía que llevar a acabo en aquella minuciosa investigación, de manera que había propuesto a Lenox la creación de un laboratorio de investigación exclusivamente de la Liga.

Lenox estaba al tanto de la urgencia de aquel asunto, así que se centró exclusivamente en buscar un lugar seguro. Gracias a sus numerosos contactos consiguió encontrarles uno completamente montado y en funcionamiento. Se trataba de los laboratorios de uno de los miembros de la LAL y que discretamente estaba dispuesto a poner a su servicio. Sobre todo, por el prestigio que para su negocio supondría el que la doctora Albani y el doctor Grieg hicieran públicas sus pequeñas colaboraciones en su empresa.

Pero Carla hablo con el propietario para convencerle de que aquello, lejos de beneficiarle, le pondría en el punto de mira del general Grieg, y que la absoluta discreción era fundamental para obtener el éxito. Al fin el propietario terminó por entender que ella tenía razón.

De manera que aquella misma tarde, y en el más absoluto secreto, Dan y ella habían estado trabajando en las investigaciones que les habían enviado desde el campamento en el nuevo laboratorio.

Luna fue allí al terminar su turno en el hospital para reunirse con ellos y colaborar en lo que le fuera posible.

Le había pedido a Dan el poder llevar a Kyle con ella, con el fin de que estudiaran juntos el caso que él mismo le había relatado por teléfono a penas unas horas antes.

Dan estuvo de acuerdo, a pesar de que Kyle Conrad, no era militante de la Liga, y de que su familia, empezando por su padre el general Andrew Conrad, pertenecieran a los centrales.

Sin embargo, Dan, sabía que era más una cuestión accidental que de ideas, ya que tanto Kyle como su padre, no parecían estar muy de acuerdo con la marginación que se llevaba a cabo con ciertos sectores de la población.

Kyle había llevado con él las muestras que le extrajo a Tana, pero por supuesto, las había etiquetado con un nombre diferente a fin de protegerla.

Después de realizar algunos ensayos, y de llegar a algunas conclusiones, decidieron pedir consejo a Carla, ya que ella estaba más familiarizada con aquel virus y con el desarrollo de fármacos para contrarrestar sus efectos.

Las reacciones que mostraban aquellas muestras eran sorprendentes y llamaron la atención de todos ellos.

Kyle terminó por explicar que la paciente había quedado embarazada por alguien que estaba contagiado con el virus, pero que en realidad ella estaba completamente sana.

Carla buscó entre los diversos medicamentos que habían diseñado contra el virus, y preparó un tratamiento específico de prueba para la paciente, sin saber que se trataba de Tana.

Aquella misma noche Tana comenzaría a tomarlo.

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