CAPITULO LIII

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Luna se estaba vistiendo para ir al hospital, había pasado media noche despierta estudiando el caso que Kyle le había pasado. Después de salir del laboratorio estuvieron juntos hasta altas horas de la madrugada, pero al final él tuvo que marcharse, y Luna se quedó en su dormitorio con su unidad portátil.

Habían llegado juntos a algunas conclusiones que quería comentar con Carla y con Dan, tanto uno como otro les habían echado una mano con aquel caso tan especial.

Se sujetó el pelo en una cola alta y se puso sus pantalones y una sencilla camiseta de manga corta negra.

Cuando agarró su cazadora para salir del dormitorio el olor que desprendió le golpeó con fuerza. Todavía olía a él, era su olor mezclado con su desodorante. Luna la atrajo hacia su cara y hundió su nariz en ella aspirando con fuerza intentando retener aquel olor. Cuando la apartó, dos gruesas lágrimas resbalaron por sus mejillas.

Se las limpió con el revés de su mano y carraspeó. Estaba enfadada con él. No pensaba derramar lágrimas por aquella situación.

Tenía mucho trabajo que hacer, y estaba dispuesta a esperar la llegada de una explicación por su parte. Él le debía al menos eso.

En la cocina se encontró con Carla que estaba sirviendo un poco de chocolate caliente en tazas, mientras Dan preparaba algo de zumo.

—Buenos días.

—Buenos días cariño.

Dan se acercó a ella y le dio un beso en la parte superior de su cabeza entregándole un vaso de zumo recién exprimido.

—¿Qué tal has dormido hoy?

—Regular. –Luna hizo un mohín al responderle.

Carla se acercó con las tazas a la mesa y las dispuso es su lugar mientras los tres se sentaban.

Luna pegó un sorbo de su taza, pero seguía dándole vueltas al asunto.

—¿Mamá? Necesito que me ayudes con el caso que estoy investigando con Kyle, es el mismo que revisasteis ayer en el laboratorio, ¿recuerdas? es algo peculiar.

—Está bien, ¿me puedes pasar el portátil?

Luna salió un momento de la cocina para regresar con el portátil bajo el brazo, y se lo tendió a Carla.

—Mira, —le dijo mientras se lo mostraba en la pantalla— es una reacción un tanto peculiar la de las células de esta paciente.

—Más bien es el virus el que está teniendo una reacción peculiar. –Añadió Carla entornando los ojos mientras se concentraba en las imágenes de los exámenes que tenía en el monitor. — He visto algo parecido en otros estudios que me pasó Carley desde el campamento.

Luna carraspeó, tenía la sospecha de que aquello podía ser muy importante en sus investigaciones, y necesitaba la ayuda de sus padres.

—La paciente de Kyle, al parecer está vacunada, pero nunca contrajo el virus, y ahora está embarazada de alguien que, si lo tuvo o lo tiene, y aparece en su sangre como si estuviera atacándola, pero no es así.

—Comprendo, —Carla comenzó a teclear el portátil, aquel programa era capaz de recrear cualquier situación que ella quisiera estudiar, lo conocía a la perfección ya que era uno de los que ella utilizaba constantemente en el centro de investigaciones— acércate a ver esto Dan.

Él tomó su taza de chocolate en una mano y se situó de pie detrás de ella.

—Es curioso, ¿dime que te parece a ti?

—Uhmm, yo diría que el virus no está atacando las células, está haciendo que se regeneren.

—Podría ser, eso es exactamente lo que me pareció a mí. Pero al mismo tiempo las células lo identifican como un extraño y le atacan, de seguir así pronto acabarán con él.

Luna se apoyo con ambos codos sobre la mesa y se inclinó hacia delante para preguntar con entusiasmo.

—¿Y que hay del tratamiento que le recetaisteis ayer? ¿Permitirá que sus células no destruyan ese virus?

—Sí, —Dan dejó la taza sobre la mesa, de repente ninguno de los tres tenía otra cosa en mente que no fuera aquello— la paciente quedará infectada por el virus, pero en realidad, no importa, porque el virus no está atacando su organismo, es solo como si intentara que fuera su huésped.

Luna abrió mucho los ojos al darse cuenta de lo que eso significaba.

—En ese caso, —Luna expuso sus conclusiones— el virus podría hacer que sus células no dejaran de regenerarse, y eso puede significar que su organismo no envejezca.

—Exacto, si esto llega a saberse, esa chica está perdida, se convertirá en un conejillo de indias.

—Pues tendremos que mantener oculto este caso. –Agregó Luna, y Carla le sonrió.

—Tranquilízate, hemos estudiado un caso parecido a este, ella no será la única, al parecer hay más.

—¿Cómo?

—Dan y yo estudiamos ayer unas muestras que Carley nos envió desde el campamento sobre un caso parecido. Y llegamos a la misma conclusión. El paciente está infectado con varios virus, entre ellos el de RENACER, y al igual que en este caso, él estaba vacunado con anterioridad, sin embargo, su organismo los bloquea y sus células se regeneran constantemente. Eso significaría inmortalidad e inmunidad, los dos objetivos que tan ansiosamente ha buscado la Gobernación.

Dan se acercó a Luna y le colocó una mano sobre su hombro mientras le advertía.

—Si, Luna, después de todo, parece que el doctor Jacob Kappelhoff sí descubrió lo que andaba investigando. Pero por la seguridad de todos, esto no debe de saberse, y en especial por la seguridad de estas personas en particular.

—Pero si esto es en realidad lo que estamos pensando, no podrán esconderlo por mucho tiempo. La gente terminará dándose cuenta de que no envejecen.

—Esperemos que, para entonces, y después de sopesar las consecuencias, estemos preparados para afrontarlo.

Carla tomó las manos de Luna entre las suyas, sin saber que en realidad a quien estaban intentando proteger era a Tana y a Risk.

—Creo que no es necesario pedirte que no le digas nada a Kyle de todo esto, es mejor que tan solo Carley y nosotros estemos enterados de momento.

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