CAPITULO LXX

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El general Conrad, se puso en pie enfrente de todos los asistentes para decir unas palabras en honor a Sam.

Le alabó e hizo referencia a su impecable carrera en el cuerpo de las fuerzas especiales, y subrayó que su expulsión había sido un error, del que ahora querían retractarse, y para ello habían solicitado al consejo presidencial de la Gobernación que la nueva academia en Destroya para los afectados del campamento, llevara su nombre, ya que la idea había sido propuesta por él.

Todos los presentes aplaudieron la idea, y cuando el general hubo terminado, Lenox también hizo una pequeña intervención para hablar de Sam.

El cuerpo fue incinerado según la costumbre, y las cenizas guardadas para ser exparcidas llegado el momento.

Los asistentes se fueron marchando, hasta que solo quedaron unos pocos. Entre ellos el general Conrad, que se acercó a Tana para darle la noticia.

—Tana, al fin hemos conseguido que el consejo presidencial cese en su cargo a Grieg, ahora le interrogaran y le abriran un expediente.

—¿Y Kyle?

—Le han soltado por falta de pruebas, y sobre lo que dijo, han comprobado que no está infectado, simplemente han considerado que se trataba de una venganza por lo de la academia, todos se dieron cuenta en la reunión de que Grieg no estaba de acuerdo con ella.

—Me alegro mucho por él ¿Le importaría decírselo?

—Claro, pero seguramente él querrá venir a verte en cuanto le sea posible.

Carla se acercó a ellos y agarró a Tana por el codo.

—Creo que será mejor que nos marchemos, Tana. Necesitas descansar.

Tana se sintió aliviada por las noticias que el general acababa de darle, además de muy agradecida por el respeto que había mostrado hacia su padre. Suspiró aliviada y se acercó para darle un beso en la mejilla y despedirse de él.

Carla, Dan y Tana se marcharon a casa de Dan. Carla llevó a Tana a uno de los dormitorios, que Tana reconoció, era el de Luna, "¡Como la extrañaba!"

—Tumbate y descansa Tana, Dan se encargará de traerte algo de ropa de tu casa y tus objetos personales.

—Carla, hay algo que necesito decirte.

Carla le acarició la mejilla y le colocó un mechon de pelo rojo detrás de su oreja.

—No te preocupes cariño, ya lo se, se que estas embarazada, y se que el caso de Kyle era el tuyo. Resultó evidente después de todo lo que ha pasado.

A Tana se le llenaron los ojos de lágrimas al ver la bondad y la ternura que Carla le dispensaba, sin enorjarse con ella por nada.

—Carla, siento no habertelo dicho antes, pero tenía miedo.

—Te comprendo perfectamente, y por eso vamos a intentar solucionarlo. —le dio un apretón de manos mientras hablaban— Hemos hablado con Lenox y te ha conseguido un trabajo en la nueva academia de Destroya, en el hospital. Nadie te hará preguntas sobre tu embarazo, y además podrás estar con Eric. Ahora mismo saldrás para alla junto con del general Rippy que ha venido para el funeral.

Tana empezó a llorar y se abrazó a Carla agradecida, ella había sido como una madre para ella desde que llegó con sus hijos a la ciudad, y no solo era agradecimiento, la quería muchisimo.

Por fin podría estar al lado de Eric, el corazón le bombeaba con fuerza al pensar en ello.

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AMANECEWhere stories live. Discover now