CAPITULO II

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Desde los últimos acontecimientos que habían dejado mal parada la reputación de la Gobernación, esta había tenido que tomar medidas de control más exhaustivas sobre la población, ante el temor de una sublevación.

Habían diseñado un carné de identificación que tenían que actualizar a diario y el cual debían de llevar siempre encima para poder mostrarlo a los policías de la Gobernación que custodiaban prácticamente cada entrada de cada edificio o negocio de la ciudad, al igual que academias y hospitales. En el mismo aparecía toda la información de cada individuo actualizada regularmente en la Gobernación. Su edad, profesión, lugar de trabajo, domicilio, etc. Así como también el computo de las enfermedades sufridas por cada uno de ellos, y detalladamente los virus por los que se había visto afectado el individuo.

Todo esto, sumado al hecho de que la Gobernación había comenzado unos estudios con los ocupantes de los suburbios había levantado la alarma entre la Liga.

Su director, Lenox, se había ocupado de integrar los grupos militantes de la misma entre la sociedad discretamente, y ahora no pensaba dejar a todos esos ciudadanos con los que estaban experimentando, desamparados. No estaba dispuesto a dejar que los convirtieran en conejillos de indias, y para ello estaban organizando un plan de choque.

Dan subía las escaleras del hotel Riscal en busca de la reunión a la que tenía que asistir como miembro de la Liga.

Storm, iba a su lado, cargando el portátil como de costumbre para mantenerse al tanto de cualquier nueva información que pudiera surgir.

Ahora vivía con Sasha en el apartamento que había ocupado junto con su madre y su hermana cuando llegaron a la ciudad.

Irónicamente, ahora su madre y su hermana, vivían con el padre de Sasha en su lujoso e inmenso apartamento.

Desde la última operación las cosas se habían precipitado. Storm, nunca había planeado esto. Él no quería involucrarse sentimentalmente con nadie, le gustaba el papel que tenía que desempeñar en la Liga y esto llevaba consigo un gran número de operaciones peligrosas que ponían en riesgo su vida y la de cualquiera que estuviera relacionado con él.

Pero desde que conociera a Sasha, no había podido evitar el sentir lo que sentía, y a pesar de intentar distanciarse continuamente, el ser correspondido por ella terminó por derrotar sus defensas y acabó teniendo que aceptar lo que ambos sentían.

Sasha, que, aunque no era hija biológica de Dan, había sido adoptada por él cuando aún era muy pequeña, y había crecido educada por él, con sus ideas igualitarias y libres, siempre había estado decidida a formar parte de la Liga, y Dan no se lo había impedido. Esto hacía más absurdo el intento de Storm de mantenerse separado de ella para protegerla, ya que ella se encontraba en la misma situación que él desde que ingresara en la Liga como miembro activo.

Dan estaba orgulloso de ella, y lejos de sentirse preocupado porque ella fuera uno de los componentes de su grupo, confiaba en ella y en su preparación plenamente.

Dan tenía una buena tapadera ante toda la sociedad, pero cada vez eran más los que sospechaban que llevaba una doble vida.

Era hijo, nada más y nada menos, que del general Héctor Grieg, que actualmente ostentaba el mayor poder en la Gobernación y al cual odiaba desde niño.

Su madre había sido una de las más reputadas herederas de una gran fortuna. Perteneciente a una familia muy reconocida entre los "centrales", pero había sido educada en secreto por su padre, quien fuera uno de los fundadores de la Liga, en un intento por corregir los abusos e injusticias que se cometían en esta sociedad nueva contra los más desfavorecidos.

AMANECEWhere stories live. Discover now