CAPITULO XLVI

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Luna había revisado los apuntes de su madre sobre los informes del campamento. Hasta el momento no había nada nuevo en ellos, o al menos nada que no supieran ya.

Se sorprendió ante la cantidad de casos que habían desarrollado alguna peculiaridad psíquica, y la mayoría de ellos coincidían con los de sus amigos.

Algunos de ellos tenían una percepción extraordinaria de lo que sucedía a su alrededor, como era el caso de Eric.

Otros, en cambio, podían mover objetos tan solo con desearlo, al igual que Elena.

También había algunos casos de personas que eran capaces de comunicarse mentalmente entre ellos.

Pero hasta ahora no había aparecido nadie que pudiera leer las mentes de todos los que le rodeaban como le sucedía a Chris.

Los resultados de las pruebas físicas demostraban que sus cuerpos eran mucho más fuertes y resistentes que lo eran antes.

Y algunos de los estudios que se estaban realizando, pero que todavía estaban por confirmar, parecían indicar que algunas células de su cuerpo se estaban regenerando continuamente.

El sonido de su intercomunicador la sacó de su concentración. Se levantó de la silla y aprovechó para ir a la cocina y tomar algo.

Mientras caminaba por el pasillo pulsó el aparato.

—¿Luna?

—¿Sí?

—Soy Kyle

—¿Kyle? ¡Pero que sorpresa! ¿Ocurre algo? ¿Le pasa algo a Tana?

Kyle se mordió el labio para no responderle lo que realmente estaba pasando, pero no podía traicionar la confianza de Tana.

—Bueno, no exactamente.

—No entiendo, ¿para que me necesitas?

—Verás, he estado sin parar de comprobar algunas pruebas en el hospital. Sabes que Tana y yo nos ocupamos de controlar todas las muestras que se obtienen allí de los pacientes.

—Sí, lo sé. ¿Y?

—Directa como siempre, —Kyle no pudo evitar sonréir— bueno hay una paciente que está embarazada, y tiene algunos síntomas que se salen de lo común. Quería saber si podrías ayudarme con este caso, se que no estás en tu mejor momento, y se lo hubiera pedido a tu madre, pero me consta que está demasiado ocupada con su trabajo, y lo cierto es que yo no puedo dedicarle todo el tiempo necesario a un solo caso. Por eso quería proponerte, si te parece bien, claro, que en nuestras horas libres investiguemos juntos este caso en particular. No sé, pero tiene pinta de que algo tiene que ver con el virus RENACER.

Luna le escuchaba con atención mientras rebuscaba en los armarios de la cocina. Agarró un tazón de uno de los armarios y una caja de cereales de otro, luego sacó la leche de la cámara de refrigeración y lo llenó hasta arriba.

Dudó unos segundos antes de contestar a Kyle. Ella ya había llenado todo su tiempo libre en las investigaciones de su madre, pero no quería dejar perder ninguna posibilidad. Además, no quería fallarle a Kyle, él siempre había estado allí cuando le había necesitado.

—Está bien, Kyle, solo tienes que llamarme cuando te venga bien, y estaré allí para echar una mano.

—Sabía que podía contar contigo, gracias, Luna. Yo te llamo, ¿esta misma tarde al terminar tu turno te vendría bien?

—Sí, llámame.

—Entonces hasta luego.

Luna cerró el intercomunicador y se sentó en una banqueta de la cocina para tomarse los cereales sin dejar de pensar en todo lo que había visto en esos informes.

AMANECEWhere stories live. Discover now