CAPITULO XVIII

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Uno de los doctores que estaba observando la evolución de Mario salió de la habitación y se quitó la mascarilla para hablar con Risk.

—¿Es usted su hermano?

—Si, así es. –respondió ansioso.

—Tengo que decirle que su hermano ha sido infectado con una variante del virus RENACER, y dado que el virus contra el que fue vacunado ha sido manipulado, tenemos la obligación de informar sobre el caso a la Gobernación. De hecho, ya ha sido informada.

Risk se envaró, mientras Storm apretaba con fuerza los puños a sus espaldas y Luna desviaba la mirada intentando ocultar su preocupación.

—Hagan lo que tengan que hacer doctor. –añadió con voz firme.

El doctor se quedó mirando de una forma inquisitoria a Risk, como si esperara que él pudiera añadir algo más sobre el asunto, pero Risk permaneció impasible ante su mirada hasta que el doctor asintió con la cabeza y dando media vuelta se marchó por el pasillo.

Luna se acercó a Risk para sujetarle una mano y darle un suave apretón.

Una enfermera salió de la habitación donde estaba Mario.

—Todos aquellos de ustedes que hayan estado en contacto con el paciente en las últimas veinticuatro horas, tendrán que ser puestos en cuarentena y en observación.

—Solo he sido yo, ellos tan solo han venido a hacerme compañía. –se apresuró a responderle Risk para protegerles.

—Pero ellos han estado en contacto con usted, y eso significa que lo han estado con el virus.

— ¡No! —le cortó Risk tajante— Le digo que ellos no corren peligro alguno de contagio.

Antes de que ninguno de ellos pudiera añadir nada más, seis soldados de la Gobernación de las fuerzas especiales a las que ellos pertenecían, doblaron la esquina del pasillo y caminaron hasta ellos. Risk agarró a Luna por el codo y se acercó a Storm obligándole a ella a hacer lo mismo, luego le habló en voz baja.

—Storm, tienes que sacarla de aquí cuanto antes, y tú también tienes que salir, por vuestra seguridad, debéis hacerlo, ya me encargaré yo del papeleo.

Luna empezó a protestar, pero Risk no la dejó y le obligó a agarrar la mano de su hermano.

—¡Llévatela, Storm! ¡Llévatela antes de que sea demasiado tarde!

Storm agarró a su hermana por el brazo y le obligó a caminar por el pasillo del hospital en dirección contraria a los soldados.

Luna se giró sin soltarse del agarre de su hermano y sin dejar de caminar. Risk seguía en pie en medio del pasillo y ella hubiera querido quedarse para acompañarlo en todo lo que pudiera pasar.

Una vez estuvieron fuera de la vista de los soldados Storm pulsó el intercomunicador para hablar con Dan. Luna le miraba con los ojos llenos de angustia, y él no podía soportar ver a su hermana en ese estado, intentó tranquilizarla, aunque sabía que no iba a conseguirlo.

—Tranquilízate, Luna, no vamos a dejar que nada les ocurra.

En ese momento Dan contestó y Storm se puso el dedo índice sobre el intercomunicador para escucharle mejor, se apartó unos pasos de su hermana mientras hablaba en voz baja. En unos segundos terminó la conversación y volvió junto a ella.

—Tenemos que encontrar a Fran, tiene que echarnos una mano, y tú y yo tenemos que salir de aquí cuanto antes, no importa que sea tu turno, Fran encontrará la forma de sustituirte.

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