49 (últimos capítulos)

0 0 0
                                    

Me encontraba sentada en mi sala comiendo cereal en un tazón de Mickey Mouse, aún no tenía televisión así que estaba viendo una serie en mi laptop.
Pero que mi falsa tranquilidad no los engañe, quizá lo que les describo suena a que no tengo ninguna preocupación pero eso no podría estar más alejado de la realidad.
Honestamente me sentía aterrada, hoy Jin me llevaría a buscar al que posiblemente es el amor de mi vida, y no sabía que iba a decirle para recuperarlo.
Sabía que un lo siento tenía que estar presente, pero era lo único que mi mente pensaba.

Jin se había encargado de intentar levantar mi ánimo estos últimos días. Yo ya llevaba una semana de regreso, y aún así mi mentalidad no parecía mejorar mucho, había practicado los posibles escenarios de lo que puede suceder al volvernos a encontrar:
1) Llego a verlo y él me ve a lo lejos pero me ignora, porque no le importó más.
2) Termina su presentación y al bajar del escenario una chica lo abraza y lo felicita, entonces yo no me acerco, solo me voy de ahí.
3) Me ve pero me dice que no quiere saber nada de mí... O 4...no mejor ya no quiero seguirlos deprimiendo.

Me fui a dar una ducha antes del gran "evento", tenía ropa que había comprado en Nueva York que sólo me había puesto una vez o que ni siquiera había salido de su caja. No era que no tuviera que usar, pero mi confianza como ya les recalqué unas 300 veces está por los suelos. Frustrada, me senté a la orilla de mi cama provisional, mi ropa estaba esparcida por todo el suelo de la habitación, parecía un basurero, pero uno lindo.
Entonces pensé, supongo que el atuendo no es lo que importa, sino lo que irradio al usarlo, así que me levanté y comencé a recoger mi desastre.

Había encontrado (luego de arduas horas de esfuerzo) el atuendo ideal, bueno no ideal, pero que más me convenció. Un vestido pastel floreado de tirantes delgados, debajo una blusa color blanco y una chaqueta de mezclilla. Usaría mis tennis color durazno y mi maquillaje con tonos cálidos. Me sentía mucho mejor después de elegir el conjunto.

Jin pasaría por mí en sólo unos minutos y yo temblaba cual perro Chihuahua. Miraba el reloj una y otra vez, aún sabiendo que el tiempo no correría más despacio por más que yo quisiera (y tampoco más rápido).
En eso mis pensamientos locos se vieron interrumpidos por el timbre de mi nuevo hogar. Miré la puerta y no sé por qué no fui capaz de moverme ni un centímetro.

-¿Soo Jin? ¿Estás ahí? - preguntó un Seok Jin con su voz escandalosa.

-Sí... - contesté desde el sillón en lugar de levantarme y dejarlo pasar.

-Pues abre niña, Jungkook terminará de ensayar en un rato... Y le dije que lo vería para la cena, pero si no sales ahora me temo que tendré que verlo para el desayuno de mañana-comentó en tono de reclamo.

Corrí hasta la puerta y le abrí a mi molesto pero buen amigo.

-Ya, ¡¿estás contento?! - dije cruzada de brazos y rodando los ojos.

-¡Cielos! Te ves tan linda que volví a recordar que eres una chica... - dijo mirándome de arriba abajo de manera algo sugerente.

-¿Disculpa que no sé supone que vienes a ayudarme a recuperar a tu amigo? - lo mire de manera acusatoria.

-Pues sí, esa es la prioridad, pero recuerda que si no funciona yo siempre soy una opción-dijo mientras guiñaba el ojo. Le golpeé en el hombro y un quejido agudo se manifestó.- bueno, bueno, creo que alguien no tolera una bromista inocente... - me miró serio.

-Vamos Seok, tú mismo dijiste que tenemos poco tiempo antes de cenar ¿no?

-Sí ya vámonos, pero hablando en serio, te ves linda Choi, si Jeon no te acepta de vuelta es porque está loco- me ofreció una sonrisa sincera.

Ya en el auto Jin puso algo de música para intentar despejar mi mente un poco, cantábamos juntos al ritmo de los Backstreet Boys, y por un momento en serio me sentí en paz conmigo misma. O al menos hasta que giramos y pude divisar el restaurante al que iríamos a cenar.
Parecía bonito, o al menos por fuera (aunque conociendo a Jin, no me llevaría a cualquier lugar, y menos dada la ocasión).

Llegamos a la entrada y el valet parking nos recibió con una sonrisa.

-Jin amigo, ¡no sabía que ya tenías novia! ¿Quién es la bella dama? - preguntó un joven que se veía mas o menos de nuestra edad.

-No te emociones todavía Hoseok, es solo una amiga... - dijo fingiendo desánimo.

-Oh en ese caso- su tono alegre de hace unos segundo cambió a uno seductor rápidamente.

-Ni tú puedes ilusionarte tampoco, vengo a reunirla con el amor de su vida... - dijo y al parecer Hoseok se emocionó aún más.

-¡Eso es algo bastante romántico amigo! ¿Acaso ahora la haces de cupido? - dijo dándole unos codazos de manera juguetona.

-Algo así... - intervine.

-Bueno pues, mucha suerte señorita... - dijo en un tono alegre pero sin dejar de lado la cortesía (me imagino que porque a fin de cuentas se encontraba trabajando y no quería dar una mala impresión).

Entramos al restaurante y estaba repleto de personas, no sé cómo rayos iba a poder conversar con Jungkook en esta jungla. Me temía que no iba a ser para nada íntimo.

-Jin, no quiero ser aguafiestas, pero... ¿No crees que hay demasiadas personas aquí?-pregunté mientras me arrinconaba yo sola detrás suyo, para darle el paso a todos los clientes que entraban y salían.

-No te preocupes, arriba hay otro restaurante, ahí es a donde iremos Choi... No te iba a traer a HONDAE'S en un viernes, no estoy loco-dijo con aires de inteligente.

La señorita de la entrada nos llevó hasta la parte de atrás, casi tuvimos que salir del edificio para poder encontrar la puerta que nos llevaría al "verdadero destino". Subimos unas escaleras metálicas negras de caracol para poder llegar a una especie de mezzanine. Tenía un letrero de luz con letras neón en el que se leía: "Moonlight on Hondae" (asumí que era la versión un poco menos sofisticada del que estaba abajo).

Una vez ahí, mi mirada comenzó a rondar por todo el lugar, había a lo mucho 10 personas, todas enfocadas en lo suyo, pero no había rastro de él.

-Jin... -tomé su mano de manera involuntaria y él la apretó en señal de apoyo. Me miró a los ojos.

-Tranquila, yo estoy contigo y si algo sale mal no tengo problema con golpear a Kookie, además me la debe. - nuevamente su tono juguetón se hacía presente.

Caminamos hasta llegar a una mesa algo apartada, era más bajita que una mesa común de restaurante y en lugar de sillas contaba con sillones individuales color púrpura y rojo (ambas aterciopeladas).

-Tu príncipe azul no debe tardar, me mandó un mensaje cuando estábamos en la entrada... - comentó mientras miraba la pantalla de su celular.

-Ok... - respiré.

Pasados unos minutos, Jin y yo ya moríamos de hambre, y hasta ahora lo único que estaba en nuestro sistema eran 2 vasos de soda y uno que otro sorbo de cerveza (no la suficiente como para emborracharse). Miré a Jin por un momento y noté que su mirada estaba fija en la entrada del lugar, así que me giré rápidamente para ver de qué se trataba. Estaba aquí. Jungkook había llegado. No podía respirar y mis manos sudaban de manera incontrolable. Me incliné para darle un último sorbo al vaso con soda que ya estaba más que diluida por la enorme cantidad de hielo que le habían puesto.

Jin se levantó y me pidió que aguardara un momento, yo ni siquiera le contesté nada, pero él igual se fue. Pensé que tendría que hablar con Jungkook y quizá preparlo para la noticia, pero al voltearme noté que ninguno de los 2 estaba ahí. ¿Acaso se habían ido? ¿Podría ser que Jungkook me vio y salió huyendo? O quizá ambos se fueron y me dejaron aquí... No, Jin no me haría eso... ¿O sí?

Welcome to Nam I VillaWhere stories live. Discover now