9

11 2 0
                                    

Mi primer día en la pasantía había sido bastante tranquilo a decir verdad. Me levanté muy temprano y mi amiga Kathy me había preparado un desayuno típico de mamá. Hasta le había puesto una carita feliz a mis hot cakes.
Al salir de casa estaba algo nerviosa, y ni se diga cuando puse un pie en la empresa(ahí si me moría de miedo). Lo primero que vi al entrar fue una recepción que estaba llena de chicos que parecían ser de mi edad. Éramos más mujeres que chicos, pero todos parecían igual de ansiosos que yo. Y aunque todos sabíamos que aún no empezaríamos con el trabajo tal cual, los nervios nos carcomían.
Entré con el supervisor después de casi 2 horas de espera. Me dijo que por ahora sólo me encargaría de realizar encargos, como llevar café a los reporteros o salir a comprar hojas, cosas de ese estilo.
Al llegar a casa luego de un día algo ajetreado, noté que Jungkook y Kathy estaban en la sala, parecían estar viendo una película, así que intenté no hacer mucho ruido para no distraerlos. Pero en mi afán de volverme sigilosa no noté que había un pequeño banquito en el camino, así que cuando choqué con el(aparte de recibir tremendo golpe en mi dedo pequeño del pie), se movió e hizo una especie de rechinido, lo cual obviamente provocó que tanto Kathy como Jungkook voltearan.
-Lo siento chicos-dije mientras me sentaba para tallarme en el dedo que había recibido el golpe.
-No te preocupes amiga, la película está bastante aburrida de todos modos...-dijo Kathy rodando los ojos.
-¡Hey! Dijiste que podíamos ver la que yo quisiera...-salió Jungkook a la defensiva.
-Si... y yo te dije todo menos anime, y es justo lo que pusiste...-yo reí al ver su tierna riña.
-Chicos, chicos...-dije mientras agitaba mis manos para que se calmaran. Ambos me miraron y suspiraron.
-En fin... ¿cómo te fue en tu primer día?-dijo mi amiga entusiasmada, mientras se sentaba a mi lado.
-Pues todo bien... bastante agitado diría yo...
-¿Por qué?-preguntó Jungkook mientras tomaba un puño de palomitas para meterlo en su boca.
-Pues digamos que... me la pasé haciéndoles mandados a todos los que trabajan ahí.-bufé algo fastidiada.
-No juegues...-dijo Kathy de empática.-creí que sería algo un poco más...-hizo una pequeñs pausa.

-¿Entretenido?-dije divertida, ambos me miraron y asintieron.- apenas estoy empezando chicos, relájense...- dije mientras me dirigía a mi habitación. No me adentré en ella sin antes despedirme de ambos. Me hubiers gustado platicar más, pero estaba tan cansada que ni siquiera me quite mi ropa de trabajo para ponerme la pijama. 

Al día siguiente fue algo bastante similar, con la excepción de que salí a comer y me dio tiempo suficiente de pasar a la casa para cambiarme los zapatos (por que por más formales que sean los tacones, yo sólo puedo aguantarlos por un tiempo bastante limitado). 

Al llegar a casa, tomé un par de zapatos formales, que eran mucho más cómodos que los tacones. Me preparé un bowl de ramen con un huevo cocido y me lo comí tan rápido que me escoré la lengua. Tomé mi bolso estaba en la entrada y cerré la puerta de mi casa. Pero aparentemente iba tan aprisa que choqué con un chico, y me sentí bastante mal por que venía cargando unas cajas(las cuales ahora gracias a mí se encontraban en el suelo, al igual que su contenido). Me detuve rápido a recoger las cosas, no había ni siquiera mirado el rostro del chico hasta que su voz detuvo mis acciones.

-No te preocupes, yo puedo recogerlo...-dijo tomando los envoltorios de mis manos(parecían ser paquetes de galletas omde sopa instantánea). 

-No, yo los tiré dejame ayudar...-lo miré y noté que me había estado perdiendo de la vista por ir tan apurada.-te..-sonrió.

-Tranquila, parece que llevas prisa, no importa si yo lo recojo.- nos levantamos ya con las cajas llenas, las cuales él estaba cargando solo de nuevo. 

-Siento haberte hecho tropezar...-dije apenada, y probablemente ruborizada. Y es que como no ruborizarme, si era un chico muy pero muy lindo. Tenía el cabello negro, facciones afiladas, unos ojos brillantes color marrón oscuro y un pequeño lunar junto a su ojo que le daba un toque... entre tierno y me atrevería a decir sexy. 

-No hay cuidado...sería mejor que sigas tu camino, yo ya recogí todo, y acepté tu disculpa así que puedes ir, no hay cuidado-dijo sonriendo de nuevo, lo cual provocó que mi corazón saltara un latido. 

-Mu...muchas gracias-articulé de manera pobre mientras me volteaba y me dirigía de nuevo al trabajo. 

Agradezco mucho que en mi trabajo aún no me encargaran nada serio, por que mi mente no fue capaz de concentrarse ni un momento. Me la pasé pensando en ese chico casi toda la tarde. Lo cual encuentro bastante gracioso, pues ni siquiera me dijo su nombre. Y las escasa 4 oraciones que cruzamos tampoco son índice de que hallamos establecido algo. 

En fin, al llegar a casa sentí que mi día había sido más largo que ayer. Y eso que hice básicamente las mismas cosas(con la enorme excepción de que ayer no choqué con un chico lindo). Cuando entré a casa escuché risas en la cocina, no me asombré pues asumí que serían Jungkook y Kathy.

Dejé mis zapatos y abrigo en la entrada y me dirigí a la cocina, pero mi semblante cambió al notar que no solo eran mis 2 amigos los que se encontraban en la cocina, había un chico sentado de espaldas a mí. Yo me acerqué tímida y espere a que alguno de ellos notara mi presencia, cosa que pasó casi enseguida. 

-Soo Jin... ¡Llegaste!-dijo Jungkook efusivo, yo lo miré y sonreí.- perdona que esto sea tan repentino, me imagino que debes estar cansada...

-No importa eso Jeonnie-intervino mi amiga( yo estaba algo extrañada y asqueada por el apodo que había usado para referirse a Jungkook), y yo me sorprendí casi hasta el punto de desmayo cuando noté que el joven que estaba sentado en nuestro pequeño comedor era el mismo con elue había chocado hoy en la tarde. - ¿recuerdas que Jungkook te había hablado de presentarte a su compañero de cuarto?- yo asentí aún perpleja( y el chico no se quedaba atrás, pues parecía igual o más desconcertado que yo). 

- Soo Jin-dijo Jeon algo apenado- él es Yugyeom-dijo señalando a su amigo como si de un acto de magia se tratara. Él chico sonrió algo incómodo e hizo una leve reverencia en su lugar, la cual yo respondí igual de incómoda.

Miré a Jungkook y le hice señas para que me siguiera. Él extrañado me acompaño a mi habitación. Lo mataría, seguro que sí. 

Welcome to Nam I VillaWhere stories live. Discover now