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Narra Soo Jin:
Al salir de la habitación, mi mente estaba inundada de todo lo que podría llegar a pasar. Odiaba ser así, pero desde que tengo memoria soy una persona que imagina todos los posibles escenarios de lo que sucederá.
Podría ser que al llegar a la cena me pusiera tan nerviosa que nadie me tomaría en serio, o quizá ser tan buena que todos consideren que soy una sabelotodo, o quizá haya tanto tráfico que llegaré tarde y eso me quitará puntos con mi jefe... ¡OK, ya basta! Todo saldrá bien, llegaré ahí y todos me adoraran, o bueno no espero que todos, pero que al menos unos 3 se porten amables no me hará daño.

Miré mi teléfono para corroborar el nombre del restaurante, estaba tan cerca del hotel que me reí de mi inseguridad de hace un rato. Me encontraba en la puerta de dicho lugar y una señorita de unos 30 me miró sonriente.

-¿Alguien la espera?-dijo para luego mirar de reojo hacía adentro.

-Ah, sí... - contesté algo insegura.

-Puedo deducir por su vestimenta que tiene una cita importante, ¿quizá algún afortunado chico la espera?

-No, no, nada de eso, estoy aquí para ver a Kim Namjoon... - dije para luego yo mirar hacía adentro.

-Con gusto le enseñaré su mesa... - dijo mientras me indicaba el paso con su brazo. Yo le agradecí el gesto. - aunque si me permite, creo que su acompañante es bastante apuesto... - guiñó un ojo con algo de timidez. Yo sólo reí nerviosa.

Una vez dentro, divisé a Namjoon, quien me hizo una seña para que me acercara.

-Bueno, creo que ya la encontraron... - dijo la chica que iba conmigo.

-Sí, muchas gracias de todas formas.

-Oye y si no sueno muy atrevida, ¿podrías quizá darle mi número a tu amigo...?- tenía un papel listo en su mano, lo cual me hizo pensar cuánto tiempo llevaba esta chica viendo a Namjoon.
Asentí algo avergonzada.

-Oh, ¿tu nombre?... - pregunté antes de ir a sentarme.

-Soy Maddie. - dijo para luego irse.

Una vez frente a la mesa, me paralicé nuevamente, y el hecho de que trajera en mi mano un papel con el número de una desconocida para dárselo a uno de los presentes solo me ponía más incómoda.

-¡Justo les estaba hablando de ti! - comentó Namjoon de la nada. Yo no me inmuté, quizá solo sonreí de lado. - Chicos ella es Choi Soo Jin, nuestra corresponsal de Seúl. - hice una reverencia en cuanto terminó de hablar.

-Eh, es un gusto... - diablos timidez, no aparezcas ahora.

La gente de la mesa no parecía muy impresionada. Aunque debo admitir que yo esperaba una cena con alrededor de 50 personas, y aquí por lo mucho éramos 10. 4 chicas y 6 chicos. Todos parecíamos tener las mismas edades o al menos no mucha diferencia de.

Estuve parada por unos segundos hasta que Namjoon me indicó que me sentará con la mirada, y eso fue exactamente lo que hice.

Las preguntas comenzaron a lloverme, y admito que para algunas mis respuestas no eran las mejores. Pero mi nerviosísmo se fue desvaneciendo conforme avanzaba la velada (y debo admitir que esto se debía en gran parte a la ayuda de Namjoon, quien hasta había sido capaz de susurrarme qué decir en determinados momentos).

Al terminar la cena yo estaba exhausta mentalmente. Me despedí de manera cordial de todos los presentes y ellos igual. Al levantarme para irme Nam se ofreció a acompañarme hasta el hotel, yo le dije que eso no era necesario, pues este estaba ridículamente cerca de aquí, pero después recordé que yo no conocía cómo estaban las cosas en Nueva York en cuanto a inseguridad así que me tragué mi orgullo y acepté su oferta.

Una vez dentro del hotel caminé hasta los elevadores y en lo que esperaba a que se abrieran las puertas rompí el silencio que reinaba entre nosotros.

-Te agradezco por todo lo que has hecho por mí hasta ahora- comenté intentando esconder mi cansancio.

-No fue nada-comentó mientras metía sus manos en los bolsillo de su saco. - aunque debo admitir que supiste controlar tus nervios muy bien... - yo reí ante su comentario.

-¿Bromeas? Casi puedo jurar que una de las chicas me rodó los ojos más de una vez durante la cena, y todo por mi poca elocuencia... - dije frustrada.

-Pues a mí me parece que tienes un talento nato.-comentó ofreciéndome una sonrisa sincera. Justo en ese momento las puertas del ascensor se abrieron.

-Descansa Namjoon-dije entre bostezo, él rió y se despidió con su mano.

Las puertas estaban por cerrarse hasta que recordé que aún traía el número de Maddie en mi bolsillo. Las detuve rápidamente provocando confusión en mi colega.

-¡Casi lo olvido! Ten, esto es para ti- extendí mi mano y le di el papel que ahora estaba algo arrugado.

-¿Y esto? - lo miró extrañado.

-Es de parte de una de las chicas del restaurante, dijo que eras lindo... - en cuanto dije eso su cara enrojeció en cuestión de segundos. Aclaró su garganta y asintió como diciendo: "gracias", se había avergonzado y admito que era algo bastante adorable.

Una vez que llegué a mi piso intenté hacer el menor ruido posible pues no sabía si Jungkook ya estaba dormido.
Las luces de la entrada de la habitación se encendieron automáticamente y yo maldije en voz baja. Miré rápidamente la cama y noté que efectivamente el ya estaba dormido, y al parecer no había notado mi presencia (lo cual me alegró porque a nadie le gusta que lo despierten a las 2 de la mañana).
Me quité mis tacones para hacer aún menos ruido, rebusqué en la maleta para sacar mi pijama y me encerré en el baño para poder cambiarme.
Una vez lista salí de ahí y apagué la luz. Levanté las cobijas lentamente y me metí a la cama. Intenté divisar el rostro de Kookie en la oscuridad, pero me era muy difícil, pero me consoló saber que dormía plácidamente, o al menos eso me decía su respiración relajada. Cerré mis ojos para después sentir como un brazo se posaba en cintura atrayéndome hacía él.

-¿Te desperté? - dije en un susurro. Él respondió con un ronco: "hmm hmm".

-Quería darte las buenas noches, eso es todo-dijo bajito para luego con su mano buscar mi rostro, lo cual me hizo reír un poco-perdona, es que está oscuro y no sé a qué altura está tu cara-dijo para luego él reír.

-¿Sabes que hasta medio dormida disfruto tus payasadas? - dije para después acurrucarme en su pecho, él suspiró.

-Sí, sí lo sé... - contestó arrogante, a lo cual yo respondí con un leve golpe en su pecho. Escuché un leve quejido, que fue tan débil que casi me causó lástima. Estaba luchando por quedarse despierto y esto era todo mi culpa.

-Duérmete ya niño, ya estoy aquí y puedes estar tranquilo...-susurré nuevamente.
Él besó mi frente y asintió.
Luego de un rato ambos caímos en los brazos de morfeo.

A la mañana siguiente yo fui la primera en despertar, los rayos de sol apenas y se colgaban por la cortina, intenté moverme pero el brazo de Jungkook seguía abrazándome por la cintura así que solo me giré para poder verlo mejor. Se veía pacífico y por un momento casi te podías olvidar del chico hiperactivo que era realmente. Al verlo noté que un mechón rebelde caía en su frente, así que lo aparté para después besar sus párpados, aunque creo que eso le causó cosquillas porque en cuanto dejé de hacerlo él arrugó el rostro y se removió un poco.

-Perdona, es que a veces me provocas darte mucho amor-dije para luego pellizcar su nariz, al sentir esto él tomó mi mano y con su fuerza bruta me rodó para que quedara encima suyo.

-A mí también me provocas bastantes cosas Choi, pero creo que te sonrojarías si te las dijera... - dijo con los ojos completamente abiertos y llenos de un inexplicable deseo, se veía tan despierto que hasta me parecía difícil de creer que había estado dormido hace escasos segundos. Tragué saliva de manera pesada, pues había una parte de mí que moría de curiosidad por saber que era todo lo que este chico tenía en mente. Pero el beso que le siguió a su accionar, me quitó esa duda.

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