Capítulo 38

1.2K 59 4
                                    

Fabián

Me siento tan malditamente impotente. Jamás pensé que Irina fuera capaz de algo así. Después de que yo la iba a ayudar, después de que quise enamorarla ¿Me hace ésto? No, no seguiré bajo su juego. Ella debe aprender a que la vida no es un juego, en el que se gana o se pierde por diversión. Me tiré literalmente en el sofá. Quería dormir o solamente pensar.

-¡Fabián! Ayúdame con las bolsas por favor.- dijo Rosa abriendo la puerta.

-¿Porqué tantas bolsas? ¿No ves que le puedes hacer daño al bebé?- pregunté. Rápidamente cogí todas las bolsas.

-No seas exagerado, solo traía cuatro. Además, son algunas cosas para comer. Quiero ayudarles. Y añadiendo que mi mamá necesitará ayuda cuando te vayas de viaje.- sonrió.

-De viaje, sí como no.- dije volviendo a tirarme en el sofá.

Rosa me miró atentamente. Se sentó a mi lado aguantando su pancita.

-¿Qué ocurre Fabián? ¿Peleaste con Irina?-preguntó.

-Sí.-

-¿Y porqué? Si puedo saber.- dijo.

-Verás, la estábamos pasando tan bien. Ya sabes lo que pasó en su vida, ya que te lo conté. Y bueno, nos comenzamos a besar y casi tuvimos sexo.- no me dejó terminar.

-¿Y cuál es el problema?- dijo sonriendo.

-No he terminado. La detuve y le pedí que no siguieramos, quería que lo hicieramos por amor, no por placer. Ella aceptó. Ésta mañana llegué aquí y dormí un poco, escuché que tocaban la puerta y cuando abrí era su hermanastra, Raquel. Ella me dijo que yo solo era una apuesta para Irina, que ella quería ver si me enamoraba primero de ella.- dije con mi brazo en mi cabeza.

Rosa se quedó analizando la situación.

-¿Y cuándo fue eso?- preguntó.

-Creo que hace unos dos meses.- dije sin entender su pregunta.

-Ahí está tu respuesta. Fue hace dos meses Fabián. En dos meses tu puedes enamorarte como loca de una persona. Tal vez ella se esté enamorando de ti. Yo veía como te miraba la vez que la conocí. Y esos ojos son de una chica enamorada, pero perdida a la vez. No dejes que te separen de lo que quieres. Sabes que tiene problemas, quizás por eso apostó tu amor.- dijo acariciando mi pierna.

Rosa tiene razón. Tal vez deba creerle, tal vez se esté enamorando de mi. Fui un idiota al cerrarle la puerta en la cara. Le di un beso enorme a Rosa y salí corriendo. Debo ir detrás de Irina antes de que haga una locura. Y esa locura es, acostarse con alguien más.

Irina

-Te estoy diciendo que estoy segura.- le dije a Esteban.

Había llamado a Esteban casi llorando. El llegó a mi casa para consolarme.

-Irina, eso no te ayudará en nada. Hará que Fabián se aleje más de ti, no seas tan tonta. Crece niña.- dijo Esteban mirandome mal.

-¿Qué acabas de decirme? Mira Esteban, yo no pienso humillarme ante ningún hombre ¿Entiendes? Fue él, el que no me quiso creer.- dije molesta.

-¿Y por eso ya vas a refugiarte en el sexo? Eres muy débil Irina. Perdón que te hable así, pero es que me das mucho coraje. Se suponía que querías cambiar, y porque Fabián no te quiere creer ¿Te vas a rendir?- dijo sentándose a mi lado.

Me quedé pensando, es cierto lo que dice mi amigo. Porque Fabián no quiera hablarme, no significa que yo no pueda cambiar por mi cuenta.

-Te haré caso. Eres un idiota, pero te haré caso.- los dos reímos.

En ese instante escuché un ruido. Parecía que le estaban pegando a la ventana. Esteban y yo nos miramos.

-Ve a ver que pasa.- le dije a Esteban mientras me tapaba con mi sudadera.

Esteban puso sus ojos en blanco y se levantó a ver que pasaba. Se acercó a la ventana y su cara se convirtió en una "o" ¿Qué está pasando?

-Irina, ¡tienes que ver esto pero ya!- dijo Esteban emocionado.

Me levanté rápidamente y me coloqué al lado de mi amigo. Oh por Dios, no lo puedo creer. Bajé corriendo las escaleras y abrí la puerta. Ahí estaba Fabián con una rosa roja en su mano y su cabeza agachada. Se veía tan malditamente sexy. Corrí hacia él y lo abracé. Sé que estaba molesta, pero fue mi culpa, yo fui la que no le contó lo de la apuesta. Fabián respondió mi abrazo.

-Perdóname Irina, me comporté como un patán.- susurró en mi oído.

-No tienes porque pedirme perdón. La que debe hacerlo soy yo. Me dejé llevar por Raquel, pero te juro que estoy empezando a sentir algo por ti. No sé que es, pero si sé que muy lindo y jamás lo había sentido.- dije mirándolo a los ojos.

Fabián sonrió como él solo sabía hacer. Puso su mano en mi mejilla y me besó. Me besó tan dulcemente. Nuestras lenguas jugaban y se completaban muy bien. Siento que sin él no hubiera sentido esto.

-Ehem, no coman delante de los pobres.- dijo Esteban haciendo que salieramos de nuestro hermoso beso.

-¿Sabes que te odio verdad?- dije limpiando mis labios.

-Lo sé.- dijo y sonrió.

***

Fabián, Esteban y yo habíamos pedido una pizza de queso y pepperoni. Estaba tan deliciosa que si no comían, yo me la comería sola.

-Y bueno, ¿Cuándo se irán a New York?- preguntó Esteban con un trozo de pizza en su boca.

-Creo que será mejor irnos lo más pronto posible. Mañana será.- sonrió Fabián.

¿Mañana? ¿Es enserio?

-¿Qué? ¿Estás loco? ¿Qué pasa con la escuela? Además necesito tiempo para empacar mi ropa. Ser mujer no es fácil, necesito empacar zapatos, ropa interior...- Esteban me interrumpió.

-Fabián, no le hagas caso. Solo está nerviosa, jamás a estado en un avión.- dijo Esteban cruzado de brazos.

-Todo estará bien, te lo prometo.- dijo Fabián mirándome y acariciando mi mano dulcemente.

Bueno, entonces mañana viajaré a New York, con el que creo, será el amor de mi vida.

—————————————

Aquí otro cap. Se está acercando el final de la novela :(

Voten y comenten!

Besos desde Puerto Rico ❤

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora