Capítulo 22

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Fabián estuvo casi dos horas hablándome de historia. Sinceramente no puse atención a nada de lo que dijo. Mi mente estaba en lo que había pasado ayer. ¿Porqué salió antes de la cárcel? Le dieron ocho años en prisión y solo han pasado cuatro. De verdad no entiendo nada.

-Irina, ¿me estás escuchando?- dijo Fabián.

-¿Humm? Sí, disculpa es que me distraje unos segundos.- dije sin importancia y concentrándom
e en los libros que estaban en mi cama.

Fabián

Estuve bastante tiempo explicándole a Irina de historia. Ella piensa que es fácil para mi explicar todo esto. Pero no es así. Aunque tenga diez y ocho años sigo siendo un estudiante y por decirlo así "un adolescente". Así que darle clases a una chica engreída como ella no es nada fácil. Todo el tiempo que estuve dando la clase, no me prestó atención. Sinceramente no entiendo en donde tiene su cabeza.

-Bueno Irina, ya que no estoy teniendo tu atención es mejor que me valla.- ella me miró directo a los ojos. Odio que haga eso.

-Fabián no sé porqué estoy haciendo esto, pero creo que ya es tiempo de que sepas la razón de porqué soy así tan...- se detuvo y respiró. -Tan puta.- dijo y bajó su cabeza.

Tragué duro. ¿Porqué me quería contar? Yo pensaba que solo era así por caprichosa pero ya veo que hay algo más que solo un capricho.

-No tienes porqué hacerlo Irina, no soy nadie para que..- me interrumpió.

-Meserito quiero hacerlo.- dijo. Por una extraña razón sonreí, creo que extrañaba que me dijera meserito.

Yo solo asentí para que continuara. Ella tomó aire, se veía muy nerviosa.

-Bueno, te contaré. Mis papás se separaron cuando yo tenía diez años. Mi padre se enamoró de Sara al año de separarse de mi madre. Ella sufrió mucho por esa separación. Aveces mi madre no dejaba que viera a mi papá. Luego de dos años mi mamá conoció a un hombre.- rápido que dijo eso sus ojos se llenaron de lágrimas. Jamás la había visto tan frágil. Sentía impotencia al no poder hacer nada.

-Irina no tienes porque seguir. Esto te hace daño.- dije pero ella me ignoró.

-Ese hombre tenía dos hijos. Ellos vivían con su padre porque su mamá había muerto. Ellos eran mayores que yo. Nunca me agradaron, ni siquiera el esposo de mi mamá. No se lo dije porque sabía que estaba muy enamorada de él, así que preferí quedarme callada. Luego de unos meses me sentía incómoda. El asqueroso esposo de mi madre me miraba de una manera muy rara. Pasaron unos días y comenzó a tocarme. Luego sus hijos también lo hacían. Primero eran caricias, luego me rozaba hasta que me violó.- puso sus manos en su cabeza, estaba llorando desconsoladamente.

Por Dios, no lo podía creer. La habían violado cuando era muy niña. Me siento tan culpable, quisiera matar a esos malditos hijos de puta. Dios, que impotencia siento en estos momentos. Puse mi mano sobre su hombro pero ella lo quitó.

-Por favor no, no quiero tu lástima. De ti no por favor.- me miró con lágrimas en los ojos y yo solo asentí. Ella continuó.

-Él me decía que era un juego. Que él era mi jefe y que por eso tenía que hacer todo lo que el dijera. Yo sentía tanto asco cada vez que me tocaban. Hubo una noche en la que mi madre salió a comprar comida. Y ellos tres..- lloró más fuerte. -Los tres me violaron a la vez. Se lo decía a mi madre y ella me decía que era una mentirosa. Que era una niña caprichosa. Luego de unas semanas ella vio a su esposo mientras me estaba violando. La muy perra lo vio y no hizo nada. Yo le gritaba para que me salvara, le lloraba de rodillas pero nunca me hizo caso. Ella solo me decía que era un juego.- secó sus lágrimas y me miró. -Fabián por eso soy así. Yo crecí pensando que el sexo era un juego y que sino lo juegas pierdes. Esos malditos me marcaron para toda la vida. Ayer cuando fui a la fiesta de la abuelita de Tom, la vi. Mi madre estaba allí, por eso me viste tan mal. No entiendo porqué había salido tan pronto de la cárcel- dijo en un suspiro.

Me quedé en shock. No puedo creer que su madre, su propia madre no hizo nada por protegerla. Sentí un gran dolor en el pecho. Necesitaba protegerla. Yo juzgandola y no sabía lo que había vivido.

-Irina yo lo siento tanto, jamás pensé algo así.- dije tocando su mano. Ella sonrió de lado.

-Fabián, ¿te puedo pedir un gran favor?- dijo sin quitar la vista de mi mano.

-Claro, el que quieras.- contesté.

-No quiero tu lástima. Me encanta que discutamos. Solo te conté esto porque tienes una visión muy mala de mí. Y bueno también quería sacar esto que tenía dentro de mí.- me miró con sus ojos rojos. Como quiera se veían hermosos.

-Te lo prometo Irina.- dije y acaricié su mejilla. ¿Puedo hacerte una pregunta y no te sientes mal?- dije y ella asintió.

-¿Porqué tu madre estaba en la cárcel?- dije y ella suspiró de nuevo.

-Mi padre se había hartado de que mi madre me escondiera de él sin ninguna razón. Así que fue un día a mi escuela, lo vi y salí corriendo a sus brazos y allí le conté todo. Mi padre estaba furioso, llegó a la casa donde vivíamos y casi mata al esposo de mi mamá. Le pegó y lo dejó inconsciente. Mi padre llamó a la policía y los encerraron, incluyendo a mi madre porqué jamás lo detuvo. A ella le dieron ocho años y a ellos trece.- contestó.

Solo la miré, era tan frágil. Me acerqué hacia ella y la abracé. Nos abrazamos muy fuerte. Ella lloraba en mi hombro mientras yo acariciaba su cabello.

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Chan chaaaaan. Ahí tienen el secreto de Irina. ¿Triste no? :(

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