También existen chicas malas |EDITANDO|

Capítulo 7

-¿Lo conoces? preguntó John acomodándose la ropa mientras salíamos del baño.

-Sí, es un tarado que conocí en un centro. ¿Oye naco? Te aburriste de espantar adolescentes y ahora decidiste estudiar?- lo miré fijamente.

-No es de tu problema niña.- se marchó.

-Irina estúpido, ¡me llamo Irina!- dije apretando mi mandíbula.

-Tranquila muñeca, yo te protejo de ese imbécil.- John acarició mi cabello.

-John que hayamos tenido sexo, no significa que seamos novios y tampoco significa que me gustes ¿ok?

Me fui dejándolo con la palabra en la boca. John era mujeriégo, pero cada vez que estaba conmigo parecía un maldito psyco.

**************

Ya había llegado a mi casa. Me tiré en mi cama y puse música. Escuché que tocaban la puerta. Ughh!

-¡Adelante!- dije mientras tenía mi cabeza en la esquina de la cama, dejando que mi cabello tocara el suelo.

-Hola Irina.

-Hola papá.

-¿Cómo te fue hoy?- se sentó a mi lado.

-Bien.

-Que bueno hija. Solo quería informarte que contraté a una persona para que sea tu profesor después de la escuela.

-¿Que harás qué?- grité sobresaltada.

-Sí Irina. Busqué tus calificaciones y no están nada bien. Así que contraté a un muchacho. El está repitiendo un año por cosas personales pero es muy brillante.

-Papá por favor no hagas eso. Tengo una vida después de la escuela.

-Lo siento Irina, eso lo hubieras pensado antes. El profesor llega en unas horas.- me miró y se marchó de mi cuarto.

Lo que me faltaba. Maldita sea.

Llamé a Esteban necesitaba salir, pero el maldito no contestó. Tendría que quedarme encerrada en estas cuatro paredes hasta que llegara el maldito profesor.

**************

Me había quedado dormida. Cuando me iba a levantar de mi cama...

-Aaahhhh!!! Maldito imbécil, me asustaste.

-Lo siento señorita, no fue mi intención.

-¿Qué carajos haces aquí, idiota?

-Señorita, vine porque su padre me contrató para...- lo interrumpí.

-No, no, no, no. Cállate, cállate.- puse mis manos sobre mi cabeza.

-¿Qué ocurre señorita?- preguntó. Se veía confundido.

-¿Señorita? En la escuela casi ni me hablas, y cuando lo haces me contestas de mala gana. ¿A qué estás jugando naco?- lo miré seria.

-Señorita Irina, soy una persona normal. Soy quien soy en la escuela, pero aquí debo respetarla porque soy su profesor.

-¡Pero si tienes mi edad!- contesté furiosa.

-Tengo 18 y eso me hace mayor que usted.

No lo podía creer. Éste idiota se me aparecía en todos lados. En el centro, en las tiendas, en la escuela y ahora aquí en ¡MI CUARTO! Esto era demasiado.

-Mira Fabio..-

-Fabián.- me interrumpió dándole más énfasis al "an"

-Fabián, o como te llames. Esta es mi casa y aquí se hace lo que yo diga. ¿e acuerdo?

El suspiró.

-Yo no vengo a pelear con usted, vine a hacer mi trabajo.

-Y tu trabajo es cuidarme y sino lo haces..- me cruce de brazos.

-Yo no soy su niñero, soy su profesor.- me interrumpió otra vez.

Éste imbécil aprenderá a conocer de lo que soy capaz.

-Oye, no, no me siento bien.- caí en mi cama.

-¿Señorita? Por favor no estoy para juegos levantece. ¿Señorita?

Fabián

No puede ser, se había desmayado. ¿Qué hago? ¿Le digo a su padre?

Bajé lo más rápido que pude. Encontré a Raquel hablando por teléfono.

-Hola Raquel, ¿dónde está tu papá?- pregunté nervioso

-Hola guapo. ¿Mi papá? Jaja el no es mi papá, es solo el esposo de mi madre. Y no sé, ¿porqué?- dijo acercándose a mi.

-Irina se desmayó y no se que hacer. Estaba muy molesta porque yo iba a ser su profesor y de momento se desmayó.- dije con las manos en la cabeza.

-No me sorprende.- dijo con su voz fría.- Pero, ¿qué te parece si mientras despierta tu y yo nos divertimos? dijo acariciando mi cuello.

-Oye, no. Debo hacer algo.

Corrí hacia la habitación de nuevo a ver si se había despertado. Entré pero no había nadie. Maldita niña malcriada, me engañó. Maldita sea, ¿dónde estás niñita?