Capítulo 54

1K 52 1
                                    

Fui detrás de él. Les juro que casi me caigo al suelo por culpa de mi traje y los tacones. Como estaba corriendo pisé mi vestido y casi caigo de cara al suelo. Gracias a Dios nadie me vio.

Cuando al fin logré encontrarlo estaba sentado en el césped como un niño pequeño. Juro que a veces quisiera ahorcarlo, pero luego recuerdo que lo amo y se me pasa.

-¿Se puede saber qué te pasa?- dije quitandome los tacones y sentándome a su lado.

-¿Qué? No, no me pasa nada, creo que te confundes.-rió

Sé que esa risita fue muy hipócrita de su parte. ¿Qué le ocurre a mi Fabián?

-Fabián te conozco muy bien, sé que algo te ocurre. Por favor dime, ¿Acaso ya no quieres estar conmigo?- pregunto nerviosa.

Fabián me mira fijamente y se levanta. Vuelve a mirarme y se marcha.

Mataré a este hombre. A estado muy raro desde que bajé para la fiesta. ¿Acaso ya no me ama? ¿Se habrá aburrido de mí? Puse mis manos sobre mi cara tapandola por completo. Me sentía tan malditamente frustrada ante ésta situación. Jamás me había enamorado como lo hago en éste momento, quizás por mi mala experiencia en el amor, Fabián se haya aburrido. En ese instante escuché a unos... ¿Mariachis? ¿Mariachis en mi fiesta?

Miré poco a poco hacia aquella dirección en dónde escuchaba la música. Por Dios, se escuchan tan malditamente hermosos. Y yo aquí sufriendo por amor el día de mi cumpleaños.

-Buenas noches, necesito toda su atención por favor.- por Dios ¿Qué está haciendo?¿Acaso quiere terminar conmigo en público?

Fabián estaba parado en la tarima con un micrófono en mano. Mis piernas comenzaron a temblar, no sabía lo que me estaba esperando.

-Gracias. Bueno, no sé como empezar. Estamos todos reunidos celebrando el cumpleaños 18 de Irina Mackenzie y pienso que no hay mejor momento para sacar todo esto que siento.- Dice Fabián. -Conocí a una Irina caprichosa, rebelde, segura de sí misma y jamás pensé amarla como lo hago.- dijo mirándome desde dónde estaba. -Cuando hablaba con ella quería halarme los pelos o solo tirarla por un maldito risco para que se callara.- Risas. -Pero bueno, soy un caballero y los caballeros no hacen eso.-ríe. -En éste tiempo que la conozco a hecho que mi vida de un cambio de ciento ochenta grados y me encanta. Aprovecho de que ya es mayor de edad y quiero preguntarle algo en éste preciso momento.-

Fabián bajó hacia donde estaba... ¿Esteban? Sí, y tomó un ramo de rosas y algo más pero no vi lo que era. Todos los invitados sonreían. Cuando al fin se acercó a mí se arrodilló. ¡Oh por Dios, por Dios, por Dios!

-Irina Mackenzie ¿Aceptas ser mi esposa?- sacó una cajita pequeña que contenía un hermoso anillo.

-Sí, claro que sí.- dije con lágrimas en mis ojos. Colocó el anillo en mi dedo anular y comenzó a besarme. Todos aplaudían y yo solo no podía sacar la estúpida sonrisa de mi rostro. Todo mi cuerpo temblaba. No sé como describir lo que estoy sintiendo ahora mismo, pero les juro que es lo más hermoso que he sentido en años.

-Y tú pensando en que no te amaba.- rió colocando sus manos en mi cintura.

Le di un pequeño golpe en su hombro y volví a besarlo. Nuestro labios encajaban a la perfección, nuestras lenguas rozandoce lentamente. Juro que ya no aguanto mis pies, siento que estoy en el cielo. Jamás me imaginé casandome, pero miren por Dios ¡ME VOY A CASAR CON EL IDIOTA MÁS GRANDE! ¡CON FABIÁN CLAYTON! ¡Con mi mesero!

****

-Ósea que tú lo sabías...- dije.

Estaba en mi habitación con Esteban, ya habían pasado dos días desde lo ocurrido, aún no me lo creo. Fabián habló conmigo y quiere que la boda sea lo más rápido posible. Debe de irse en un mes para California a trabajar. Su jefe lo mandó hasta allá, y pues quiere que vayamos a vivir los dos juntos como un matrimonio a California.

-Una sorpresa es una sorpresa ¿No?- rió. -No puedo creer que el mesero te lleve de mi lado de nuevo.- puso su mano en su frente y se tumbó tipo película. Es un exagerado.

-No seas exagerado. Además me puedes visitar cuando quieras, yo también vendré a verte, porque solo estamos a nueve horas de distancia. Y no creas que no te llamaré todos los días.- sonreí.

Después de mi padre, Esteban es lo más importante que he tenido. Mi madre está feliz por mi boda, pero solo la veo como una tía que casi nunca vez, pero apesar de eso le tienes cariño. Creo que eso es lo que siento por la mujer que me trajo al mundo, no la odio, pero solo me siento así. Quizás solo me acostumbré a vivir sin ella.

-¡Tengo una idea!- grita Esteban.

Puse mis ojos en blanco y lo miré.

-¡Despedida de solteraaaaaa!- grita más fuerte.

-¿Una despedida de soltera? No se escucha mal.- río. -Pero eres hombre, no podrás estar.-

-Querida, sabes que no soy ningún macho. Pero sí me gustan los machos.- ríe. -Quizás invitemos a pocas personas, solo quiero a muchos machos bailando encima de mi.- suspira.

-Esteban por Dios. Además ¿Y si me da tentación? No quiero lastimar a Fabián.- digo algo cabreada.

-Irina querida, amas más a ese hombre de lo que yo amo a Brad Pitt y créeme, eso es mucho querida. Así que sé que te controlarás.- dice con una mano en mi hombro y otra en su pecho.

Bueno, espero que todo esto salga bien. Además no tengo amigas, no sé a quienes invitará éste loco.

Pero bueno, tengo demasiadas cosas en la cabeza. El vestido, los zapatos, el lugar, la recepción, los invitados, las flores... Si sigo, no termino.

Pienso que mi vida al lado de Fabián será magnífica. A sido mi primer amor. No a sido mi primer hombre, pero a mi me basta con que sea mi primer y único amor.

-Oye ingrata, ¿Me darás el privilegio de ser tío?- pregunta Esteban.

Me quedé con la boca hecha un "o". Ni siquiera me he casado y ya quiere sobrinos, puff. Pero pensándolo bien, jamás me he hecho esa pregunta. Quizás a Fabián le agrade tener hijos. ¿Qué nombre les pondré? ¿O será niño o niña? Por Dios, hablo como una mujer a punto de dar a luz. Creo que éste mes tendré mucho en que pensar.

-No e hablado con Fabián de ese tema.- me encojo de hombros. -Quizás seas tío, pero debo hablar primero con el padre.- río.

Esteban asiente y me sigue platicando de su loca idea. Quizás sea buena idea, sé que no decepcionaré a Fabián, solo despejaré mi mente un poco.

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora