Capítulo 17

1.3K 75 0
                                    

Abrí mis ojos poco a poco. Sentía mi cuerpo y mis párpados pesados. Miré hacia todos lados pero no lograba reconocer el lugar en el que estaba. Giré poco a poco mi cabeza y reconocí la silueta de un hombre. Dios mio, ¿que me habrá pasado... ¿que está pasando? Pude reconocerlo, por Dios no puede ser.

-¿Qué me hicistes maldito?- grité a punto de llorar.

-Irina cálmate por favor.- dijo el meserito acercándose a mi.

-No, no te atrevas acercarte.- contesté.

-No es lo que piensas, ¿me permites explicarte por favor?- dijo.

Se veía muy mal. Parecía como sino hubiese dormido en toda la noche. Tenía su cabello despeinado. Y ojeras. Yo solo le hice una seña para que continuara.

-Bueno..- aclaró su garganta. -Yo estaba trabajando como mesero en la discoteca a la que fuiste. Estaba sirviendo tragos, pero hubo un hombre que me llamó la atención. Iba y venía buscando tragos. Pero cada trago que cogía les hechaba un líquido. Miré hacia la dirección donde caminaba y ahí te vi. Me di cuenta que esos tragos eran para ti. Veía que te ibas debilitando poco a poco. Vi que ese hombre te estaba sacando hacia afuera. Los seguí lo más rápido que pude. Cuando al fin los encontré, estabas semidesnuda sin ninguna reacción. Reaccioné y lo golpee. Después de eso, te levanté y te traje hasta acá. Y dormiste toda la noche.- dijo mirando hacia el suelo.

Dios mío no lo puedo creer. Por poco me violan y yo no podía hacer nada. La historia casi se repetía, ¿porqué me pasaba esto a mi?

-Gra..gracias Fabián. No, no sé que..- dije con lágrimas en mis ojos, pero el me interrumpió.

-No tienes que agradecer nada Irina, solo hice lo correcto.- se levantó y se marchó.

Empecé a llorar. Lloré sin consuelo, sentía un dolor horrible en mi corazón. Busqué mi teléfono y estaba entre las sábanas. Cuando lo abrí, tenía treinta y siete llamadas pérdidas y todas eran de Esteban. Marqué su número y lo llamé.

Llamada

-Maldita sea Irina me tenías muy preocupado. ¿Dónde rayos has estado? O para qué pregunto, has estado teniendo sexo mientras yo estaba como loco buscándote. Ni siquiera me pude ir con el papasito que conocí porque no sabía dónde estabas metida.- habló tan rápido que ni siquiera me dejaba hablar.

-Esteban por favor cálmate.-

Poco a poco le fui contando todo. Sólo se escuchaban sus palabrotas. Me exigió que le dijera donde estaba, en ese instante llegó Fabián y le pedí de favor que me diera la dirección para que Esteban me buscara. Se la di y colgué. Fabián había subido un vaso con jugo y unas tostadas con queso. Me las entregó y yo solo sonreí sin ganas.

-Come, te hará bien.- dijo y salió de la habitación nuevamente.

Unos minutos después llegó Esteban. Bajé rápidamente sin despedirme de Fabián y me monté en el auto. Esteban se mantuvo en silencio y agradecí mentalmente. Llegamos a mi casa, y cuando me iba a despedir de Esteban el habló.

-¿Te sientes bien Irina?- preguntó.

-Estoy bien Esteban, gracias a Dios Fabián apareció y evitó cualquier error.- bajé mi cabeza.

-Me imagino que estás en deuda ¿cierto?- preguntó.

-¿En deuda? ¿De qué hablas?

-Bueno, dijistes el nombre Fabián y siempre le decías mesero. Creo que ya es hora de que dejes de molestarlo.- contestó.

Yo solo asentí y bajé del auto. Era cierto lo que decía Esteban, estoy en deuda con Fabián. No puedo seguir de caprichosa. Entré a mi casa para bañarme. Solo quería quitarme los residuos que quedaban del tipo asqueroso que trató de violarme.

Entré al baño y restegué mi cuerpo muy duro. Sentía tanto asco. ¿Porqué esto siempre me pasaba a mi?

Me puse la pijama ya que no tenía pensado salir. Me acerqué a la habitación de Raquel y toqué. Ella me abrió y al ver que era yo su cara cambió de "normal" a "coraje".

-¿Qué quieres Irina?- preguntó.

-No quiero seguir con esa absurda apuesta. Ya no.- dije.

-Jaja ¿qué pasa? ¿Te distes cuenta que puedes perder?- dijo.

-No es cuestión de perder Raquel, es solo que no quiero jugar con Fabián ni con nadie.- dije.

Sinceramente los demás no me importaban. Solo no quería jugar con Fabián por lo que hizo por mi. Él me salvó.

-Mira Irina querida, es mejor que cumplas tú palabra. Porque sino lo haces le diré a Fabián lo que tenías en mente.- sonrió.

-No te atreverías.- contesté.

-¿Quieres apostar?

-De acuerdo Raquel, lo haré.- la miré con odio.

-¿Que pasa querida? ¿No me digas que te está gustando?- muerde su uña y ríe.

-Solo hablas estupideces.- me fui y la dejé allí parada.

No lo podía creer. Es solo que no quiero que el se entere. Hizo algo muy importante para mí, como para que se entere de esto. Jamás quedrá ser mi amigo si sabe algo así.

También existen chicas malas |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora