Capítulo 36

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Cada segundo que pasa voy perdiendo más fuerzas. Siento como la montaña rusa vuelve a moverse y grité lo más fuerte que pude. En ese instante siento unas manos halando mi camisa. Fabián me había sujetado por la camisa y llevándome hacia el. ¡Gracias a Dios! ¡gracias Dios! Tengo un fuerte dolor de brazos y de cuello. Todo esto ha sido como una maldita pesadilla.

Bajamos poco a poco de la montaña, Fabián me sostenía de la cintura ya que casi no podía caminar. Mis piernas tiemblan, mis manos tiemblan, todo mi cuerpo está temblando. Jamás había sentido tanto miedo desde la veces que abusaban de mi.

-Maldito infeliz, ¿No se dio cuenta que casi moriamos allá arriba? Juro que si pasaba algo usted iba a estar pudriéndose en la cárcel.- dijo Fabián gritándole al encargado de la montaña.

Yo lo halé hacía mi pidiéndole que se tranqulizara. Necesito distraerme ésta noche fue tan horrible.

***

Llegamos a mi casa. Me bajé de la moto con lágrimas en mis ojos.

-Irina, no llores por favor. Ya todo pasó. Gracias a Dios estamos vivos.- dijo secando mis lágrimas una a una.

-Lo sé Fabián, pero no sabes lo que sentía mientras estaba allí a punto de caer y morir.- bajé la cabeza.

Fabián se salió de la moto y me abrazó. Ese fuerte y tierno abrazo que no quería que terminara nunca. A su lado me siento tan débil. Pero no débil en la forma mala, sino en la buena. Con él puedo ser la niña tierna que solía ser, no la Irina atrevida y sin vergüenza de siempre.

-¿Quisieras acompañarme a mi habitación? No quiero que me dejes.- dije aún abrazandolo.

Fabián

Cuando Irina me dijo eso, me sentí tan bien. Sentí algo raro en mi cuerpo. No puedo dejarla sola, no quiero. Sé que ella necesita de mi y yo necesito de ella. A veces puede ser una egocéntrica mimada, pero sé que dentro de ella aún ahi una Irina dulce y amorosa. Para mi es una niña hermosa a la cual debo cuidar con mi vida.

Tomé su mano y nos dirigimos hacia la puerta de su casa. Aún estaba temblando así que le pedí sus llaves y abrí la puerta. Ya he estado aquí, así que no se me hará difícil recorrer el lugar. Pasé mi brazo sobre sus hombros y la ayudé a subir las escaleras. Cuando ya estabamos frente a su cuarto ella lo abrió y entramos.

-Ve y date un baño, así te relajarás un poco.-le dije.

Ella asintió, se quitó su jacket y su cartera y entró al baño. Me quedé sentado en su cama observando su habitación. Las paredes estaban pintadas de un color rosa barbie y azul turquesa. Una cama grande y un escritorio con una computadora. En las paredes colgaban algunas fotos de Irina. De cuando era niña, con su papá y con Esteban. Era tan tierna con sus pecas y una sonrisa sin dientes, ya que era pequeña.

Pasaron diez minutos e Irina no había salido de la ducha. Ya me estaba preocupando. Saqué mi teléfono y le envié un mensaje a mi mamá para que no estuviera preocupada por mi hora de llegada. Miré el reloj y eran la 1:30 de la madrugada. En ese instante escuché la puerta del baño abrirse. Miré hacia la puerta y de ahí salía una Irina con una pijama de conejos y su pelo mojado. Sonreí al verla.

-Por favor, no te rías. Se me olvidó buscar una pijama decente en mi armario. Así que cogí la única pijama que había en el baño.- dijo

-No te preocupes, no me burlaré.- contesté. -Bueno, ya sé que estás bien. Así que me iré y te dejaré descansar.-

-No, por favor. No me dejes, quédate conmigo.-

-Irina, no creo que sea buena idea. Tú papá podría pensar cosas que no son.- dije acariciando su cara.

Ella tomó mi mano y la acarició.

-Por mi padre no te preocupes, el no se dará cuenta. Si quieres puedes quedarte a dormir e irte muy temprano.- me miró con esos hermosos ojos.

-Cómo decirte que no Irina. De acuerdo, pero me iré muy temprano.- toqué su nariz y la arrugó.

Ella sonrió y me abrazó. Me encanta la Irina dulce e indefensa.

***
Irina

-Ven, acuestate aquí conmigo. No muerdo.- le dije a Fabián

Estoy tan agredecida con él. Él me salvó la vida. Siento que es como un hermano mayor para mí. Tal vez sienta más que eso, pero aún no quiero mentirle a mi corazón. Quiero estar segura de lo que siento.

-No tengo ropa, ¿Te importa si me quedo en ropa interior?- preguntó.

Yo solo negué. Por Dios jamás había dormido toda una noche con un hombre, esto será raro. Fabián se quitó su camisa y su pantalón. Su cuerpo estaba tan marcado y sus piernas igual. Estaba para chuparse los dedos. ¡Irina, basta!

Se acostó al lado mio y besó mi mejilla. Juro que no pude aguantar y lo besé. Besé esos labios carnosos y sexys. El respondió el beso y me atrajo más hacia el. Se sentía tan bien sentirlo junto a mi. Bajó a mi cuello y comenzó a besarlo lentamente. Me hizo sentir una rica y hermosa sensación. Me trepé encima de él y comencé a besarlo ferozmente. Estuvimos así por varios minutos, cuando comencé a quitarme la camisa Fabián me detuvo. Me sorprendí mucho.

-¿Qué sucede Fabián?- pregunté.

-Irina no quiero seguir. Haz tenido sexo con muchos hombres sin amor. Y sé que con todos sientes lo mismo, solo placer. Yo quiero que cuando te entregues a mí, te entregues porque me amas, no por placer. Y sobre todo que después seas solo mía.- dijo mirándome a los ojos.

Me sentí tan mal. Estaba jugando de nuevo, y yo debo cambiar. Fabián es todo un caballero y sé que lograré amarlo. Le sonreí y me acosté encima de su pecho. Sentía como acariciaba mi cabello y con esa hermosa sensación quedé completamente dormida.

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Aquí otro pequeño cap.

Y a ustedes ¿Les gusta la Irina indefensa como a Fabián o la rebelde?

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Besos ❤

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