[17∆]

60 23 115
                                    

Días

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Días. Días habían pasado desde que la reina fue casada. Ahora en Jumbel tenía a sus reyes correctos y también buenos líderes. La ceremonia fue íntima y sin muchas personas al menos eso fue aliviador para ella y para él. Tampoco hubo mucho escándalo por ello, de hecho, fueron pasados desapercibidos. La coronación del nuevo rey y esposo de la reina sí fue llamativa, un hecho del que se celebró, los halagos y críticas por supuesto, no faltaron.

El nuevo rey de Kathyn, después de aquella noche, no volvió a aparecer. No se supo ni una sola noticia proveniente de ese reino, pero Eri buscó toda información posible del lugar, aunque fue en vano, porque la mayoría de su historia era prohibida, además de que nadie podía saber del reino si no se tenía permiso de dicho rey, lo cuál fue un total misterio.

Todo era secreto.

Prohibido. Sobretodo confuso.

—¿Por qué el rey anterior de Kathyn prohibió toda información de él? ¿No es raro? Nunca he sabido sobre un reino que prohiba su propia historia ¿cómo es eso posible? —preguntó ella ya al límite de la frustración.

—No sabría darle respuesta —contestó Soger mientras le traía otra pila de libros sobre guerras anteriores. Ella los mandó a buscar porque creyó que obtendría algo, pero nuevamente fue una perdida de tiempo.

—No quiero que se vuelva a repetir la invasión anterior. Ordeno que hayan más guardias, jóvenes reclutas, expertos en luchas ¡Lo que sea! —exclamó —No es nada normal que haya venido hasta aquí, algo debe estar planeando, y sé perfectamente que no es para nada bueno —añadió preocupada.

—Hay rumores que dicen, que planea eliminar cada reino —mencionó —.Pero la gente dice cosas sin asegurarse, muchos dicen que él mismo lo dijo, pero no sabemos si es eso lo que hará —añadió Nathanien serio quién estaba sentado a su lado en aquella mesa larga ubicada en la sala de reuniones donde últimamente habían estado.

—De todos modos tenemos que asegurarnos y planean un contraataque —insistió ella —No quiero que las cosas se hagan a último momento. Nathanien, avísales al reino Hylgen y al reino Fawer, diles lo que supuestamente planea hacer ese sujeto, que estén al tanto —exigió. La pobre estaba al borde de la desesperación, nunca había pasado por algo semejante. No estaba preparada para una posible guerra, y le preocupaba que todo su reino que tanto le costó levantar, sea pulverizado por aquel tirano.
—Si eso es todo, prepararé a los guardias y buscaré los nuevos reclutas lo antes posible. Y tenemos que prepararnos para cualquier batalla, es probable que en algún futuro no muy lejano, a ese hombre se le ocurra declarar la guerra —declaró Soger.

—Pero, hay algo que no entiendo —confesó ella —si desea eliminar los reinos uno por uno, ¿qué hará si los tres reinos se unen para luchar? Su ejército estaría acabado.

—Es un tonto si no pensó en ello, si los tres se unen sería una gran cantidad de soldados —alegó Soger —No creo que sea ingenuo, algo debe ocultar. Pero tampoco debemos esperanzarnos mucho.

Eternos finales © ✔️Libro #0Donde viven las historias. Descúbrelo ahora