"Champagne con un color especial."

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Capitulo 98: 

—Por favor sean bienvenidos siempre a esta institución, estamos orgullosos del gran compañerismo que han formado, supieron integrar a las nuevas personas y a pesar de antis y bajos, salieron a flote.Un gran aplauso para este gran curso. — El preceptor baja el micrófono y todos aplaudimos. Definitivamente todos habían sido grandes compañeros.

El acto por fin esta terminado y todos se apresuran a salir.Parecia que este año para ellos había sido un infierno, es entendible, ¿Quién no querria disfrutar de las vacaciones?.Esta vez ellos se corren a un lado y me dejan pasar.Las miradas negativas aun seguían estando pero me enfoco en responderle a las chicas que prometo verlas en el Baby Shower.

— ¿A que me vas a extrañar o no? — Lautaro tiende un chocolate frente a mí.

— ¡No me olvides, idiota! — Le saco la lengua.

— Jamas chiquita — Frunzo el ceño — Cierto, ese apodo.. ¿Crees que sere un buen tio?

— El mejor definitivamente — Acepto su chocolate y se agacha para besar mi abdomen. — ¿Van a decir que si será uno o dos? 

— Si, en el Baby Shower, será dentro de unas semanas — Él me da un beso en la frente y acomoda su mochila en la espalda.

— Prometo estar ahí. — Rodea mi cuerpo con sus brazos y yo también lo abrazo.

Camina entre la multitud y gira la cabeza para mirarme y sonreírme. Alzo mi mano y lo saludo y anoto mentalmente una salida para conversar.Era un buen chico.

— ¡Zorrita! ¿No te vas a despedir de mi? — Candelaria pone sus manos en la cintura y hace mohín.

— ¿Y de mi? — Maia alza la cabeza por detrás de ella y tiene una dulce sonrisa.

— ¡Las voy a extrañar! — Lloriqueo.

— ¡Nada de llantos! ¡Están los chicos lindos de turno tarde! — Susurra y le echo una mirada a los chicos, realmente eran lindos.

— ¡Pero si yo soy una embarazada! — Tapo mi cara y vuelvo a mirarlas.

— Pero lloraremos contigo y mi rímel esta perfecto, dejemos todo para el Baby Shower — Maia mira hacia ellos y uno la saluda.

— ¿Lo has follado? — Pregunta Candela.

— ¡No importa! — Maia intenta no mirarnos pero ya sabíamos que seguramente si había pasado.

— ¿Cuándo van a decir el sexo de o los bebes? — Insiste por decima vez Candelaria.

Me tiro al suelo y dejo la mochila delante de mí, comienzo a buscar un marcador y cuando por fin lo encuentro exijo que tiendan sus manos delante de mí. Ellas se miran dudosas pero lo hacen. Entonces dibujo en cada una de sus palmas, lo que querían hacer.

— ¡Lo sabia! Me debes un helado — Candelaria le saca la lengua a Maia pero aun seguía sorprendida.

— ¡He perdido! — Me mira tristemente pero sonríe.

Me paro acomodando mi cabello y ellas besan mi abdomen delante de todos. Algunos se dan vuelta a mirarlas, creerían que estaban locas pero verdaderamente era una amistad, era amor.

— ¡Estamos felices por ti! — Ambas me dan un beso en la mejilla. Candelaria señala con su dedo índice hacia atrás de mí y Justin estaba hablando con dos preciosas rubias. Me pilla mirándolo y niega con la cabeza, sí debe creer que soy una posesiva así que sonrió. Ambas alzan las manos saludándome y acto seguido cuelgan de los brazos de Justin para darle un largo abrazo. Él camina hacia mí y al darme vuelta las chicas ya no están. 

— ¿Les has dicho, verdad? — Asiento con la cabeza. Diviso a las chicas charlando animadamente con los lindos chicos. — Los chicos también lo hacen, se han puesto como locos, me han alzado en el pasillo.

— Ow, no lo vi — Estiro mi mano para sacarle una pelusa del cabello y lo sacude.

— Que no te impacte mi belleza — Me guiña un ojo. 

— Estúpido — Le tiro un besito pero capta mis labios para besarme. Mmm, delicioso.

— ¿Ningún dolor? — Pregunta.

— Ninguno, por suerte. — Acaricio mi abdomen y él me rodea los hombros con su brazo. Todos se detienen a saludarlo y las chicas aun siguen suspirando por él pero entendían que su vida ya era demasiado diferente. Una intenta pedirle el número de teléfono frente a mí pero él bromea dándole el de Matías. 

Llegamos a casa y todos nuestros familiares estaban esperándonos. Estaban igual de ansiosos por saber el sexo del bebé y habíamos elegido una forma original para anunciarlo. Habíamos tenido ideas locas pero creíamos que esta era única. Tiramos las mochilas al suelo y todos nos abrazan. Qué lindo era todo, por dios. 

Justin corre a la cocina y abre el refrigerador y llega con un champagne en la mano.

Tiende una copa y la acepto. Todos miran atentos y entonces Justin sirve el champagne que anuncia el sexo del bebé. Todos miran sorpresivamente y Justin alza su copa con el alcohol del color que todos preguntaban. Matías es el primero en correr a abrazar a Justin.

Twins (Segunda temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora