Capitulo 97:
Habían transcurrido alrededor de dos meses y hoy era el último día de clases. El curso estaba repleto de comida y bebidas, la música sonada con gran potencia y todos reían. La mejor etapa de nuestras vidas. Observo alrededor y quiero grabar esto en mi memoria por siempre. Me paro con cuidado y voy a mi anterior curso. Las chicas allí eran grandiosas y se abalanzan a tocar con dulzura mi abdomen, miles de uñas de colores dando suaves caricias y sus voces cariñosas.
— ¿Has venido por la torta de Poli? — Poli era una chica extremadamente buena. Una gran cocinera.
— No — Suelto una risa. — Pero si quieren convidarme...
Todas ellas ríen conmigo y una coge un pedazo de torta y me lo ofrece. Acepto encantada y meto un pedazo en mi boca con desesperación. Era demasiado mimada. Camino hacia mi antiguo banco y toco suavemente la fría madera.
— ¿Recuerdas cuando te sentabas conmigo? — Evelyn aparece de sorpesa por detrás. Su cabello caía en una larga trenza, recuerdo que le gustaba llevarlo así en los días de verano.
— Si — Sonrío. — Buenos tiempos..
— Felicitaciones, él chico cautivo tu corazón, yo lo dije. — Se encoge de hombros graciosa y espero que no se trate de un comentario sarcástico.
— Tenias razón definitivamente — Vuelvo a meter un pedazo de torta a mi boca y cierro los ojos saboreando. Exquisita.
Le echa una mirada al banco y da un paso hacia mí y estira su mano. Oh ella quería… Niega con la cabeza y vuelve hacia atrás, me ofrece una linda sonrisa y camina hacia la puerta.
Acaricio nuevamente el banco y el recuerdo agridulce vuelve a mí. Todavía recordaba la huida de ella del colegio en busca de ayuda y deseo abrazarla. Sus ojos frágiles pedían ayuda y creía que nadie la entendía. Oh cariño, te deseo lo mejor. Recuerdo apoyar mi cabeza contra el banco y esperar que volviese y charlas sobre locas historias. Recuerdo a Justin girando la cabeza hacia atrás con una mirada intrigante y no diciendo ninguna palabra.
Aquellos días habían sido un fiasco entonces nosotros hablamos y él me saco de aquella depresión. Ella apareció y la relación cambio. Todos preguntaban qué había ocurrido y solo salían sucias palabras acerca de la amistad, sí, me permito llamarlo así...
Recuerdo la mirada de Florencia detrás del banco y yo como una idiota creyendo que ellos podrían ser algo. Él tan cerca de ella, sus ojos posando en sus labios y atento a cada movimiento de su cabello deslizándose por detrás de su hombro. Entonces él toma su mano y ella lo mira enamorada. Sus ojos la delataban, quería besarlo y hacerle saber al mundo que era suyo.
— ¡Acá estas! — Justin me sorprende por detrás y pego un saltito.
— Si, si — Balbuceo.
— ¿Recordando? — Mira hacia el banco y niega con la cabeza.
— ¿Qué? — Pregunto intrigada.
— Recuerdo cuando te bese debajo de la campera — Ríe.
— Muy romántico — Pongo los ojos en blanco y suelto un suspiro.
— Muy original diría.. — Pone las manos en mi abdomen. Creía que si no las tenias posadas ahí, podría dañarme. Era divertido ver a Justin tan protector. — Siempre diré que seremos una bonita historia para contar…
— También lo creo — Me corro de sus manos y me siento. Me mira fijamente y no podía creer aun lo alto que era.
— Siempre mirándome chiquita... — Niega con la cabeza con una sonrisa en los labios.
— Te miramos — Le guiño un ojo y subo mi remera enseñándole un poco mi abdomen.
Pone su mano en mi hombro y me obliga a levantarme entonces él se sienta debajo de mí. Su perfume varonil me invade las fosas nasales y las hormonas amenazaban con salir a flote, este momento era cursi y demasiado nostálgico.
— Justin, creo estar pensando 300 kilos — Apoyo mi cabeza contra el frio de la madre. Entonces siento sus manos en mi falda.
— ¿También recuerdas esto? — Sube aun más y miro hacia la ventana. Esto definitivamente estaba mal. Llevó mis manos a las suyas y las bajo de un tirón.
— ¡Estás loco! — Susurro.
