Capitulo 51:
Su sujetador va a parar en alguna parte de la casa.Eso no importaba.Ríe junto a mi oído y siento entrar al paraíso.
Mis manos juguetean con sus pechos dentro de su remera.Echa su cabeza hacía atrás y comienzo a besar su cuello.Diablos, era perfecta.
Despejo mi suéter junto con mi remera y también esta fuera de plano, la de ella.El choque eléctrico de nuestros cuerpos al sentirse, es increíble, inexplicable de describir, todo era magnifico.
— Si supieras..— Susurro en su oído.Quería contarle toda la jodida verdad, pero no podía.
— ¿Si supiera, que? — Intenta fijar sus ojos con los míos pero no se lo permito, sigo ocupándome de su cuello.
— Nada, solo que te amo.— Acaricio su cintura y la apego más a mi.Jodido mentiroso.Quería estrellar mi cabeza contra la pared y decirle la verdad pero no podía.Aún no.Nada estaba preparado, todavía..
La besó.Intento que olvide el estúpido error que había cometido en abrir la boca.Gime en mi boca a causa de las caricias en sus pechos y yo también lo hago.La llevo hasta mi habitación y siento familiar el acto de recostarla en mi cama, ella sonríe al caer de espaldas contra el colchón y las miles de almohadas que la rodeaban.Gira su cabeza hacía la pequeña mesita de luz y mira por unos instantes el retrato mío y de Melanie.
¡Estúpido! ¡Estúpido! ¡Estúpido!.Repetía mi mente.Lo toma entre sus manos y temo en acercarme, podría lanzarlo contra mi cabeza.Sonríe y vuelve a dejarlo en su lugar, esta vez, la foto esta boca abajo.
— No es bueno que te vea con otra chica. — Sonríe.Y hago lo mismo, solo que a medias.
Me acerco con cuidado, pongo mis rodillas contra la cama y por fin me tiro contra ella, ambos riendo.Quería que este momento sea eterno.
Me deshago de mis pantalones y ella tira los suyos por encima de una silla detrás mío.Ríe.Todo es gracioso.Todo es mágico.Todo es nuestro.
Ella, se volvió el ángel en mi ser y yo un demonio hiriente en su corazón.Pero por un extraño motivo, al juntarnos, la energía era calma y amorosa.
Juego con su última prenda, sus bragas, las deslizo recorriendo el camino de sus largas piernas y por fin con un pequeño movimiento de su pie izquierdo, esta fuera de juego.
Me hace girar en un veloz movimiento y esta encima de mí.Intento besar sus pechos pero se aparta riendo.
— La reina soy yo.— Levanta su cabeza, como si se tratase de una persona superior.Era mi gesto usual, pero en ella, quedaba igual de bien.
— Una reina no gobierna sin un rey.— Le guiño un ojo.
— No importa que le pase al rey, ella jamás debe caer.— Pone sus manos sobre mi pecho y me acaricia.Diablos nena, sí.
— Sí, eso, perfecto mi amor.— Tomo de sus muñecas y tiro de ella.Cae frente a mí y la beso.Se delibera de mi agarre y siento sus manos deslizar de un tirón mis bóxers hasta mis rodillas, con el talón de mi pie izquierdo, ayudo a que estén fuera de juego.
Se desliza dentro de mí y la acompaño haciendo movimientos circulares.Esto era el infierno mismo.Sus manos agarradas fuertemente a mis hombros, y una, dos, y una, dos y repitiendo el movimiento hasta que todo acaba.