Epílogo

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Antes que nada quiero pedirles que por favor lean la nota al final, ¡es importante!

¡Gracias! Y sin más que decir por ahora, sigamos...

Demetrius

Hoy era el turno de Megan para entrenar a Vanessa, por lo que yo podría dedicarme a buscar a las Moiras. Hasta ahora no había encontrado un solo rastro de ellas pero recientemente logré llegar a un acuerdo con Chronos. Hace poco se enteró de la existencia de Vanessa, los rumores dicen que posee un don de cada dios, no tengo idea de dónde obtuvieron esa información ya que ni yo mismo la sabía, en realidad no estoy seguro de que sea cierta... las personas inventan demasiadas cosas... En fin, el trato es que yo debo averiguar si Vanessa tiene algún don como los de Chronos y sin importar la respuesta, él buscará el paradero de las Moiras desde el pasado hasta el presente y de ser necesario, el futuro.

Acordamos que llevaríamos esto a cabo dentro de dos días. Él investigaría la locación de las hermanas mientras yo descubría algo nuevo respecto a los dones de Vanessa.

Necesitaba hablar con ella pero supuse que aún estaría ocupada con Megan. Para asegurarme de ello, entre en su mente y vi a través de sus ojos, me sorprendió que no se diera cuenta y que fuera tan sencillo para mi entrar en su cabeza, últimamente me costaba más de lo normal. La cuestión es que Megan realmente hizo sufrir a Vanessa, a causa de eso no detectó mi invasión en su mente. Admito que me sentía mal viéndola sufrir pero sabía que era lo correcto, ella sería toda una guerrera si seguía trabajando tan arduamente. Todo valdría la pena.

Salí de su mente y me mantuve ocupado mientras esperaba que ellas hubieran terminado su jornada. Por fortuna, el tiempo no pasó muy lento y al cabo de unas horas decidí que ya era tiempo de hablar con Vanessa, por lo que me dirigí a mi casa, busqué mi Mustang y conduje hasta llegar a su casa. Bajé del auto y toqué el timbre, desgraciadamente quien abrió la puerta no era quien esperaba.

-Hola, bombón. -sonrió con falsedad la molesta amiga de Vanessa.

-¿Está Vanessa? -fui directo al punto.

-No, dijo que tenía que irse. -¿irse? ¿A dónde?

-Pasa, tal vez llegue luego. -dijo Lexie acercándose a la puerta después de notar mi presencia- Si quieres espera en su habitación.

Rebecca se apartó con mala cara y fue al salón, yo entré, cerré la puerta principal, me encaminé a la habitación de Vanessa y me senté en su silla flotante mientras la esperaba. Entonces noté una pequeña nota junto a una rosa igual a la que usó cuando le enseñé el conjuro para asesinar a los de nuestra clase. Apenas comenzaba a procesar la información cuando la morena de la otra noche entró en la habitación, creo que su nombre era Mónica.

-Ella se ha ido. -dijo mientras cerraba la puerta.

-¿Sabes a dónde? -pregunté inquieto.

-No, pero no podrás ayudarla. -ella sonaba calmada y segura, ¿cómo podía estar tan segura? Además, tenía una voz y rostro angelicales.

-¿Por qué no?

-Ella no debía ir sola, -negó con la  cabeza como si Vanessa hubiera cometido un error. Pero... ¿ir a dónde?- ahora debe hacerse cargo de lo que ha hecho.

-¿A qué te refieres?

-El destino está escrito y si la buscas, podrías hacer que esté en peligro. No debes ir tras ella. -ella no era humana.

-¿Cómo sabes eso? ¿Quién eres?

-Soy una mensajera de Ava. -¿Ava? ¿Quién es Ava?- mi deber era pedirle que no fuera sola y aunque lo hice, ella siguió su camino. Ahora debo decirte a ti que no la busques.

Dioses de Sangre ✔️Where stories live. Discover now