20. Transformaciones

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Como siempre, desperté temprano. Fui al baño, me arreglé, en fin, mi rutina. Cuando terminé bajé a la cocina, me preparé el desayuno y le escribí a Demetrius para saber a qué hora pasaría por mí. No hablábamos mucho por WhatsApp porque nos veíamos todos los días así que no sentíamos que fuese necesario. Me respondió que a las ocho, me fijé en el reloj y eran las siete, aún tenía una hora. Decidí llamar a mi mamá, hablé media hora con ella, con Melissa y con Rebe. Estaban juntas, por lo que hablé con todas de una vez. Rebe estaba ansiosa porque faltaban menos de tres semanas. Ahora que hablaba con ella me sentía mal porque no me he preocupado en escribirle más de unas tres veces. No puedo dejar a mi mejor amiga de lado por Demetrius. Tengo que repartir mejor el tiempo, sé que si le explico lo entenderá pero sigue sin parecerme justo.

Subí a cambiarme con esos pensamientos en mi cabeza, aún tenía la pijama puesta. Me puse unos jeans negros con roturas en las rodillas, camisa blanca, botas de tacón y chaqueta de cuero. Revisé el reloj y bajé al salón. Eran las siete y cincuenta y cinco, seguro ya estaría afuera. Entonces escuché el timbre y me dirigí a abrir la puerta.

-Hola, preciosa -era Demetrius.

-Hola, ¿quieres pasar o nos vamos de una vez? Los chicos están dormidos así que solo estoy yo -dije con una sonrisa torcida.

-Mejor nos vamos, así puedo estar solo contigo -dijo con una amplia sonrisa.

-¿Eso es una propuesta indecente?

-Lo siento, no me llaman Romeo, me llaman Demetrius. -reímos- He venido a ofrecerte una propuesta de entrenamiento algo... diferente.

-¿Qué tan diferente?

-Es algo que no has visto -dijo sonriente.

-Vale, vamos. -cerré la puerta y fuimos al Mustang- ¿Y qué es eso que no he visto?

-Hoy vamos a ver si puedes cambiar.

-¿Cambiar?

-Si. De forma.

-¿De forma? ¿Acaso voy a ser cuadrada o una pirámide? -dije riendo y el negó con la cabeza mientras reía- Lo siento, mal chiste pero es que no cooperas.

-¿Tienes paciencia?

-De hecho, no. Es algo de lo que carezco.

-Me di cuenta -Lo golpeé en el hombro y nos reímos.

-¿Entonces? -aparcó el auto.

-Espera a que subamos y lo ves por ti misma -bajamos del auto.

Después de entrar a su casa e ir a su despacho, me indicó que abriera el portal. Lo hice y luego lo atravesamos. Estábamos en un bosque, nos acompañaban unos cuantos árboles, el cielo azul y algunas subes.

-¿Y bien? ¿Ahora qué? -pregunté.

-Vamos a sentarnos -nos sentamos con las piernas cruzadas en el suelo a dos metros de distancia-. Ahora obsérvame. -asentí.

Cerró los ojos, activó sus dones girando sus muñecas y de ellas empezó a brotar una circunferencia de fuego. Luego, se encerró dentro de un círculo de fuego que supongo dibujó con su mente. Esto es algo que nunca lo había visto hacer.

De pronto surgió un tigre de las llamas que sobresalían del suelo. Al principio me asusté un poco, pero vi sus ojos y no eran los de un tigre, eran humanos. Me acerqué con cuidado y vi que eran los ojos de Demetrius cuando eran rojos, me relajé y me acerqué un poco más.

-¿Cómo hiciste eso? -me respondió mentalmente.

-Concentración. Ahora lo harás tú.

-No sé como hacerlo.

-Deja volar tu imaginación, solo ella podrá salvarte en las peores circunstancias.

-Vale.

Volví a sentarme y el tigre también se sentó sobre sus patas traseras. Cerré los ojos, suspiré y me concentré, activé mis dones y me encerré en un círculo de fuego como había hecho Demetrius, funcionó para aislarme del mundo, solo escuchaba el sonido de mi respiración. Pensé en un tigre de bengala y sólo me concentré en eso. Sentí como la tigresa estaba dentro de mi y quería salir, me arañaba y me gruñía por libertad. Respiré hondo y pronto el fuego empezó a salir de mi cuerpo haciendo que la tigresa se expandiera con el, entonces abrí los ojos. No vi las llamas que había creado, estaba delante de ellas y frente a mi tenía al tigre que había visto antes, seguía sentado. Bajé la cabeza buscando mis piernas, pero no las vi, habían unas patas blancas con unas pocas rayas negras, supuse que lo había logrado pero para verificarlo, le hablé mentalmente a Demetrius mirando a los ojos del tigre.

-¿Lo logré? -asintió.

-Mas rápido de lo que esperaba, para ser sincero.

-¿En serio?

-Si, lo hiciste muy bien. Solo tardaste un par de minuto y si puedes hacer esto, también puedes cambiar a un puma, a una pantera, un águila, el animal que sea con tal de que te concentres. Tienes que estar alerta todo el tiempo, dependiendo del animal al que cambies, tus sentidos mejoran así que tendrás esa ventaja, pero no te confíes. Si sientes la presencia de alguien cerca, cambias a tu forma humana, de inmediato. ¿Entiendes?

-Si.

-De acuerdo. Ahora vuelve a tu forma humana. Solo tienes que pensarlo, es mucho más sencillo y rápido.

-Vale.

Pensé en cambiar de forma y en segundos estaba sentada de nuevo sobre el suelo. Bajé la cabeza y ahí estaban mis piernas. Miré al frente y Demetrius estaba observándome.

-Buen trabajo, aunque te gané por milésimas. -dijo bromeando con una sonrisa.

-Algún día te ganaré. -sonreí.

-Ese día tardará mucho en llegar.

-No me subestimes, querido Demonio. -reímos.

-¿Quieres practicar algo más o nos vamos?

-Vámonos. -dije con una sonrisa.

Creé el portal y salimos de esa dimensión. De nuevo estábamos en su casa.

La semana pasó volando entre entrenamientos, salidas y películas. Estuve con Demetrius y también con mis primos, salimos todos juntos un par de veces y fue muy agradable, pero en un abrir y cerrar de ojos, ya era domingo y aún no le decía a mi padre ni a mis tíos que iría a una "boda" que en realidad era una reunión a donde asistían los seres más poderosos del mundo.

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Besos y abrazos 🖤. Con amor, Adrea Berdeal 💙

Dioses de Sangre ✔️Where stories live. Discover now