09. El Club

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—¿Por qué? —lo miré confundida.

—Te he dicho una pizca lo peligroso que puedo ser y me preguntas por qué —apoyó sus manos en el banco y sonrió.

—Si.

—Eres increíble.

—¿Gracias?

—De nada.

Miré la luna. Estaba más arriba que antes y la historia que Demetrius me acaba de contar tiene sentido. Me parece una historia interesante. Aunque mi preferida es en la que el sol y la luna son dos amantes que estarán juntos por la eternidad.

—Demetrius.

—Dime.

—Deberías darte a conocer. Así como hiciste conmigo.

—Tu eres un caso especial.

—¿Por ser de los tuyos?

—Eso aún no lo sabemos.

—Pero estás un noventa y nueve por ciento seguro.

Me miró extrañado.

—De hecho es el número exacto que pensaba.

—Tal vez sea adivina.

—Asegúrate de no decir eso frente a nadie que no sea yo —se rió—.

—¿Por qué? ¿Me matarían?

—Tampoco digas eso. Lo tomarían como un reto y lo de ser una adivina sería ofensivo.

—Ustedes son muy agresivos.

—Soy consciente de ello.

—Prácticamente podrían matarme porque les provocó.

—Es cierto. —se río mientras negaba con la cabeza— Pero no creo que sea tan fácil matarte.

—¿Ah, no?

—No.

—¿Por qué lo dices?

—La otra noche te lancé una bola de fuego y con solo cubrirte con tus brazos, la detuviste. Para no tener conocimiento de qué eres ni saber cuáles son tus habilidades, estuvo bastante bien.

—Solo fue un sueño.

—Un sueño en el que te protegiste de la muerte sola. Si hubiera visto que no reaccionabas o que el fuego te quemaría, no me hubiera quedado de pie sonriendo.

—¿Osea que sabías que podría hacerlo?

—No estaba seguro pero tenía la esperanza de que así fuera.

Nos miramos a los ojos por varios minutos, hasta que vi la hora. Ya eran las nueve y cincuenta y siete.

—Deberíamos irnos.

—Vamos.

Les avisé a Derek que iba en camino. Fuimos al auto y me llevó al club. Puso el freno de mano y esperó a que bajara.

—¿Quieres venir?

—Tranquila, puedo hacer algo más.

—No respondiste mi pregunta.

—¿Quieres que vaya?

—Si, solo tenemos que inventar sobre qué hablábamos y listo.

—De acuerdo. Iré a estacionar. ¿Vienes o esperas aquí?

—Prefiero ir contigo.

Arrancó el motor y fuimos hacia el estacionamiento. Aparcamos y bajamos del auto. Iba a ponerme en la fila pero Demetrius le dijo algo al vigilante, me hizo una seña para que lo siguiera y entramos al club. ¿Conocerá el club? ¿Será reconocido aquí?

Dioses de Sangre ✔️Where stories live. Discover now