Capítulo 38

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—¿Vas a estar bien con todo lo que pasó?— preguntó Helena recostada sobre mis piernas. Ella no paraba de sollozar y habían pasado minutos desde que estaba así
—. ¡No quiero estar sin ti!— dijo en voz alta y me abrazó fuerte. Mis ojos se llenaron de lágrimas y no podía soportar verla de esa forma.

4 HORAS ANTES

POV Helena

Después de llegar del trabajo, me quité la ropa y me fui a bañar. Estaba exhausta y terminada, mayormente exhausta.

La hora del almuerzo fue increíble y mágica, Zulema logró distraerme y pasamos unos 50 minutos muy bien aprovechados, lástima que teníamos un compromiso y no pudimos prolongar ese momento. Al despedirse, lentamente selló nuestros labios y dijo que hablaríamos más tarde.

Como no podemos pasar mucho tiempo juntas, sacamos provecho del único   lugar en el que podemos tener contacto, que lamentablemente es por mensajes. Ella me enviaba fotos y videos, pero no era lo mismo, anhelaba con el alma su presencia física.
Algunos vídeos no tenían sentido, me enviaba desde fotos de su sala hasta de las paredes. Zulema era todo un caso. Pero las fotografías que más me gustaban eran sus selfies, en algunas posaba seria o usaba filtros, simplemente me encantaba.

"Me siento un poco mejor, aunque no estás a mi lado, cariño". Eso decía el último mensaje.

No estoy segura de si esto es un sueño o en realidad me está pasando... ¡Tengo tanta suerte!. Nadie más que nosotras dos somos testigos de esas hermosas emociones, como tormentas indomables
que me producían un cosquilleo en el estómago cada vez que la veía o estaba cerca. La tormenta no es tan aterradora cuando se está con alguien para atravesarla.
Como el éxtasis o la adrenalina.

A veces es muy formal, y hasta se lo había mencionado una vez y le pareció gracioso, dijo que era una costumbre. Lo peor no eran las fotos al azar que me enviaba o las palabras formales que me escribía,  incluso por mensaje, era tan sexy y sí, al final solía adjuntar emojis. Casi siempre me dejaba confundida. El asunto podría ser grave y Zulema no dudaría en elegir el amarillo sacando lágrimas de tanto reírse.

—Hoy estoy más tranquila, al menos por la tarde.— Respondí al audio de Annie, que me había preguntado cómo estaba. Pasamos poco tiempo juntas durante el descanso, porque alguien la llamó.

Mientras pasaba la crema para peinar por mi cabello mojado, miré mi cuerpo. Mirarme con cariño y admiración era acogedor, me sentía bien conmigo misma,  me gusta mi apariencia.

Me encantaba mirarme a mí misma, me encantaba ver las cosas y tratar de entenderlas por completo. Hasta el día de hoy, no puedo explicar exactamente cuándo comencé con esto. Había miedos e inseguridades en mí que aún no había descubierto, y poco a poco estaba trabajando en ello.

—I don't play the game ...

Con mi armario abierto, empiezo mirando la ropa que tenía allí, me di cuenta de que no era mucho, pero la mayoría no lo usaba y solo me ponía ropa del mismo color, como gris y negro.
Era más fácil para mí, así no tenía momentos de indecisión por saber que ponerme.

—It's hot! Let me just hop— seguí cantando. Después puse otra canción y así seguí.

Estaba inquieta, mi cuerpo no paraba ni un segundo después de llegar a casa. Era realmente diferente y sentí que el clima estaba a punto de cambiar. Qué sentimiento más loco y extraño. Llevaba jeans negros que tenían rasgaduras en el área de la rodilla, no demasiado abiertos. Una sudadera de lana del mismo color que mis tennis grises. A pesar de que la pereza siempre reinaba sobre mí, también me gustaba estar ordenando en casa, eso me animaba. Mi cabello todavía estaba húmedo y la hora en el reloj marcaba las seis y media de la tarde.

Oh, my teacher. Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum