Capítulo 13

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Siempre escuche a las  personas de mi alrededor hablar sobre el amor, incluso a Annie, hoy en día era normal para los estudiantes.
Sinceramente, nunca lo había sentido, hasta que ingresé a la escuela secundaria.
La escuela secundaria es uno de los peores años, pensé que no me pasarían muchas cosas, o solo si ... eres muy afortunado para las aventuras.
Por suerte, tal vez me sucediera, a mí , Helena Vieira, de 16 años, una estudiante tranquila y siempre en un grupo pequeño.

—Cierra la puerta.— después de aquella palabra, sentí un escalofrío atravesar mi cuerpo y después obedeciendo, giré la llave, decidí acercarme  quedándome a su lado, viendo como sus ojos me miraban fijamente. Sin prisa sentí sus manos tocar mi cintura y ponerme sobre el  escritorio.

—Me perdí tus clases. Perdón por no haber asistido.— susurré y terminé cerrando los ojos, mientras ella acariciaba lentamente cada parte de mi cintura. —Y también...

— Admite que me extrañaste.— su voz era un poco más ronca de lo normal y eso me parecía genial.
El olor del cigarrillo era fuerte, se podía notar fácilmente y eso lo hacía más atractivo para mis ojos.

—Extrañé tus toques, te extrañé.— hablé suavemente, y me puse más adelante dejándola en  medio de mis piernas, nuestros rostros se encontraban muy cerca. Extrañaba esa sensación, la de un corazón acelerado cuando estaba cerca de ella.

Con las manos apoyadas en en el escritorio, dirigí una de ellas hacia su cara y tuve la iniciativa de besarla primero con calma y luego con intensidad. Probé sus labios, esta vez no fue tan intenso como lo fue la primera.
Sentí sus manos bajar a mis muslos, terminamos con un beso más profundo y húmedo.

Por cuenta de Zahir.

Zahir; significa en árabe: visible, presente, incapaz de pasar desapercibido. Algo o alguien con el que, una vez entramos en contacto, acaba ocupando poco a poco nuestro pensamiento, hasta que no somos capaces de concentrarnos en nada más.

Y eso nunca lo olvidaría, incluso si quisiera. La dificultad para respirar estaba presente, pero ninguna tuvo la iniciativa de alejarse para recomponerse.
Mi boca solo seguía su ritmo.
Zulema se alejó y retrocedió mientras respiraba profundamente.

—¿Por qué faltaste toda la semana?.

—Tenía gripe ... — me eché el cabello hacia atrás y presté atención a la mujer frente a mí que se encontraba a escasos centímetros.
Nos quedamos calladas por unos minutos. Las clases habían terminado, la mayoría de los estudiantes ya estaban saliendo de la escuela y casi nadie usaba este laboratorio, teníamos suficiente tiempo.

—¿Copiaste las lecciones de árabe?. Comencé un nuevo contenido, si tienes alguna duda ...— la forma en que la profesora Zahir explicaba las cosas me parecía surrealista, podía entender perfectamente, pero me era fácil desviar la atención hacia ella, en lugar de poner atención.

—Copié todo, solo necesito hacer los ejercicios...— hablando en voz baja, miré hacia abajo sin ver ningún taburete para poder bajar, este escritorio estaba demasiado alto.
Zahir se dio cuenta de que quería bajar, así que me levantó y me colocó cuidadosamente en el suelo.

—Me gustaría pasar más tiempo con usted, pero tengo que irme.

—Ten cuidado en el camino de regreso.— le di mi mejor sonrisa y salí de la habitación.

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Mientras estaba parada frente al espejo, me las arreglé para quitarme la sudadera que llevaba puesta. El aroma de Zulema todavía estaba concentrado en ella y decidí seguir usándola.
Mi madre entró en la habitación diciendo que su amiga estaba llegando y estaba estacionando el auto.

Oh, my teacher. Where stories live. Discover now