Capítulo 19

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Mis ojos se sentían pesados, apenas podía contener la felicidad. El gran día había llegado y viajaría hacia mi gran sueño con alguien muy especial. Todo estaba listo, estaba tomando mi maleta y otra mochila que estaba en mi espalda, la profesora Zahir dijo que me recogería en mi casa para ir al aeropuerto.Y como siempre, me encontraba sola en casa, a veces creo que el trabajo de mis padres los sobrecarga demasiado, y eso nos mantiene alejados, pero es nuestro sustento para poder vivir.

Una bocina resonó frente a mi casa y, deduciendo que sería Zulema, mi corazón se aceleró dejándome sin reacción. Me tomó un tiempo recoger mis cosas e ir al auto, y cuando veo a la mujer salir con naturalidad de su auto y, con toda la clase y calma que la representan, me doy cuenta de que algo en ella ha cambiado.

La profesora ha cambiado el color de su cabello. El color rojizo se ha ido y lo ha reemplazado por uno negro, y también puedo ver que su corte lo ha hecho. No podía moverme, me había quedado parada observando a la mujer que se encontraba frente a mí, ella era tan ... maravillosa. Zulema me ayudó a poner mis maletas en su auto y luego ambas subimos.

El viaje tomó mucho tiempo, y dentro del avión, Zahir insistió en escoger el mejor servicio, cosas que realmente no me interesaban, lo que realmente me interesaba es que ella estaba conmigo. Me asusté un poco en el avión, porque nunca había viajado en uno.

—Cálmate, cariño.— en cambio ella parecía estar tranquila, me ofreció su mano y su hombro  para recargar mi cabeza.

—No es tan fácil...— dije entre susurros cerca de su cuello, en cualquier turbulencia por la que pasábamos apretaba su mano y en respuesta sólo recibía una risa que me  hacia estremecer.

El cambio en el clima ya era evidente, podía sentir el frío y como siempre, había elegido mal mi ropa. Mi maleta no estaba conmigo y allí se encontraban todos los abrigos que necesitaría. Zulema tenía un abrigo grueso en su regazo y me lo puso, ya que tenía uno delgado debajo.

—No necesita...— recibí un  "shhh" de sus labios, tomé el abrigo y lo puse sobre mí a forma de cobija, me acomodé de nuevo en el asiento y cerré los ojos, no pasaría mucho tiempo antes de que llegáramos. Habíamos estado volando ya durante algunas horas, había conseguido dormir solo una vez, pero me desperté asustada. Le había pedido a Zulema que cambiara de lugar conmigo, ya que ya no podía mirar por la ventana.

La azafata venía hacia nosotras con su carrito con cosas para comer y beber, sonriendo. Terminé pidiendo un jugo y solo un sándwich.
Zulema con voz somnolienta, abrió los ojos, y pidió agua junto con una pequeña porción de fruta. Cuando alcancé el vaso, no sé si estaba mal cerrado o algo así, pero sentí que el líquido frío cayó sobre mi pecho causando que me asustara.

—¿Cómo puedes darme un vaso con agua mal
cerrado?.— se quejó Zulema, y escuché como la chica se disculpaba varias veces.

Terminé levantando la cabeza y hablando con la chica.
—De acuerdo, está bien, estas cosas suceden.— le sonreí a la chica y veo que Zahir comienza a hablar de nuevo, pero se detiene al colocar mi mano sobre su pierna, por impulso.—Fue involuntariamente, Zulema.

Al escuchar un profundo suspiro de la misma, me mordí el labio pensando en cómo me cambiaría de ropa.
Zulema miró mi torso, estaba
con una blusa blanca que ahora era ciertamente transparente.

—Necesito cambiarme, ¿vendrías conmigo? Por favor.— susurré, ahora enfocándome en sus ojos. Asintiendo con la cabeza, Zahir se levantó y me tomó de la mano dirigiéndome al baño, mi mano temblaba un poco y solo suspiré tratando de pensar que no estaba en un avión.

Al llegar al baño, me doy cuenta de que no tengo a la mano un cambio de ropa, me he olvidado de eso, cosa que Zulema no pasó desapercibida, ya que me ve con una sonrisa burlona. Ambas nos encontramos dentro del pequeño baño y caminé hacia la pequeña esquina de la pared, pensé que se quedaría esperándome afuera.
Zulema se volteó y se aseguró que la puerta tuviera puesto el seguro, caminó hacia mí y sentí sus manos sobre mi cintura, pronto estuve sobre el lavabo del baño.

Oh, my teacher. Where stories live. Discover now