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El pasto era completamente verde, estaba bien cuidado. El cielo estaba azul y despejado. Cada mesa, bandeja y copa estaba en su lugar. Fácilmente podía pasar como la recepción de una boda, una lujosa y de buen gusto pero iba mucho más allá. Se trataba de expectativa, de la emoción y ansias que significaba una nueva vida.

Justo al centro, bajó de un toldo con lindos sillones se creaba una fila para acariciar la gran panza de Jeongyeon.

Y era en momentos como este, momentos en los que Jimin era testigo, un simple espectador, que comprendía la verdad tras las palabras de Jungkook. Tanto así que Jimin deseaba poder tomar la mano del azabache, mirarlo a los ojos y decir un gran, tienes razón. Porque sabia que en el mundo no existía un ser capaz de tener un cuarto de la belleza que se cargaba Kim Jeongyeon.

La manera en que sus regordetas mejillas se abultaban cuando sonreía o como su cabello resplandecía bajó el sol de primavera o como su vestido resultaba mil veces más adorable con aquel bulto que lo levantaba.

Daba igual, porque era imposible no ser golpeado con una ola de orgullo que le sacudía cada hueso del cuerpo. Era imposible no sentirse contento al ver que aquella tonta niña que siempre iba de vestido, se había convertido en la mejor mujer del mundo (después de su madre).

Nada podría arruinarle el día.

Sonrío amplio cuando por fin fue su turno.

—Hola, bebé Kai~

La muchacha se quejó.

—No tu también—le golpeo el hombro para que dejara de acuclillarse frente a su panza—Es lindo el apoyo, lo apreció, en serio pero podrías, por favor no hablar de vomito, parto natural y cualquier cosa relacionada directa o indirectamente con esta sanguijuela.

Jimin pretendío pensar pero no pudo suprimir la carcajada.

—¡No le digas así!—recibió un bufido.

—Puedo decirle como quiera, es mío—de pronto la chica rebusco algo en sus bolsillos.

—¿Perdiste algo? Aparte de tu virginidad, claramente.

No alcanzo a correr lejos manotazo que se había ganado.

—Uno, la virginidad no existe y ni siquiera debo explicarlo, segundo, ¿me ayudas a buscar mi celular? Lo necesito.

—¿Para qué?—Jeongyeon se dejo caer en el asiento más cercano.

—Para terminar con este gran caso de ansiedad por separación—poco a poco la chica hizo un puchero—Mamá me lo arrebato cuando llegaron los primeros invitados—pretendió llorar—necesito a mi bebé~

—Bebé y sanguijuela. Me alegra saber que tus prioridades siguen en orden—recibió una linda sonrisita—voy por algo de beber, ¿te traigo algo?

Jeongyeon se hundió en el asiento mientras examinaba con cuidado sus opciones.

—Aquella bandeja con pasteles y jugo estaría bien—se mordió la lengua y alejó mientras negaba la cabeza. Poco después rodó los ojos cuando Taehyung le siguió de cerca con un sombrero y lentes oscuros.

—Todo listo, jefe. El ratón entró a la ratonera- oh, ¿me das uno de esos?—señaló un empaderado, Jimin lo puso en su plato.

Hey baby! • KookminWhere stories live. Discover now