Elliot siempre ha sido fan de las series, películas, la música y en especial de todo lo que tenga que ver con el romance; en varias oportunidades ha mirado su televisión preguntándose ¿Como se siente realmente el amor? Ya que él a sus 17 años, nunca...
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Andrés llegaba al Departamento con muchas revistas y periódicos, había recorrido toda la ciudad comprando lo que Robert le había pedido.
—No tienen todas las revistas que encuentras en California, pero hay varias de las que lees.
—¿Algunas hablan del fracaso que será esta puta serie? —dijo mientras se levantaba de la cama y comenzaba a revisarlas.
—Sobre eso —dijo incómodo —Ya hay coprotagonista, el chico aceptó.
—¿Y quién es? —preguntó furioso.
—No lo sé, lo van a presentar oficialmente en las redes sociales en un par de horas, eso sí, las grabaciones comienzan hoy por la tarde.
—¿Qué? ¿Tan pronto? Creí que no era hasta el fin de semana.
—Ahora que el chico aceptó, está todo listo. Así que por favor, repasa el guión, dúchate y cámbiate de ropa, un auto vendrá por ti a las 11:00 AM.
—Joder ¿Qué hice para merecer esto? —El chico se dejó caer en la cama, miró la pila de revistas que Andrés le había comprado y tomó su móvil, esperando que la cuenta oficial de la serie informara sobre el nuevo talento. No había noticias, por lo que se levantó y fue a la ducha sin conocer a su compañero.
Mientras tanto, un poco más temprano, Elliot salió de casa cuando un auto pasó por él, su Madre se despidió con un beso en la mejilla, el turno en el hospital le impedía acompañarlo.
—Deséame suerte
—Brilla Elliot, brilla —ella le volvió a besar y Elliot saludó al conductor del vehículo color negro, el hombre regresó el saludo de forma cordial y dejó al chico donde lo estaban esperando.
La producción había tomado un salón de belleza completo solo para él, Elliot entró asustado pero se tranquilizó al notar la presencia de Irene.
—Cariño —dijo ella —Te he dicho que podías traer un amigo, ¿Has venido solo?
—No, traje mi mejor amigo conmigo —El chico sacó su teléfono del bolsillo y sonrió con algo de nostalgia. Irene entendió de inmediato y solo sonrió para que el momento no fuera incómodo, al medio del salón lo esperaba Kendall, el maquillista jefe de la serie —Hola, mucho gusto conocerlo.
—Chico desearía decir lo mismo, ¿Siempre vistes así para el Colegio?
—Creo que... si.
—¡Esos jeans hay que quemarlos! —dijo, Elliot miró a Irene y ella señaló entre risas que todo estaría bien.
Nervioso, Elliot tomó asiento en una silla donde le lavarían el cabello, se lo mojaron con agua tibia y cuando Kendall lo tocó soltó un grito.
