Capítulo 24 - Huir

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Mientras Elliot caminaba por los pasillos del Colegio, recordaba que Niccolo tenía casilleros para guardar sus libros, aquello le sería muy útil para no cargar tanto peso en su bolso

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Mientras Elliot caminaba por los pasillos del Colegio, recordaba que Niccolo tenía casilleros para guardar sus libros, aquello le sería muy útil para no cargar tanto peso en su bolso. El chico salió del Colegio por la parte trasera, tropezó con la baldosa justo en el momento que los chicos que le molestaban pasaban por su lado.

—Ni siquiera te tocamos y ya casi estabas en el suelo —rieron, Elliot solo asintió presionando sus labios y continuó caminando. Pablo, uno de ellos, se preguntó en silencio como era que Elliot seguía siendo el mismo después de tan gigantesco proyecto. En su momento creyeron que se volvería engreído, pero el menor continuaba siendo fiel a sí mismo.

—¡Oye Elliot! —Jonathan corrió desde el campo de juego y se puso frente al chico —¿Estudiamos mañana? Necesito si me ayudas para el próximo examen, por favor.

—Claro, ¿Pero por qué hoy no?

—Cierto, no te he dicho —rió —Iremos de fiesta, Meli, Trini, tú y yo, al antro del centro a las nueve.

—¿Fiesta? Pero... hay que estudiar.

—Lo sé, pero también necesitamos un poco de diversión ¿No?

—Es que... —Elliot miró el horizonte mientras el brillo del sol le molestaba en sus gafas —Le dije a Robert que le vería hoy.

—Ah... había olvidado que Robert está acá, bueno... ¿Crees que quiera salir con nosotros? Podríamos invitarlo.

—Quizás... no sé, iba a llamarle ahora.

—Vale —Jonathan miró que el entrenador del equipo le llamaba para que regresara al campo de juego —Espero vayan ¿Si? Nos vemos a la noche —el chico salió corriendo, Elliot no estaba muy cómodo con todo el ambiente fiestero, pero si logró fingir diversión siendo Niccolo en las fiestas y baile, supuso que también podría hacerlo en la vida real.

Robert dejaba todas las carpetas con contratos sobre la mesa, había leído cada uno de ellos y solo aceptaría tres de los ocho; dos comerciales y una participación especial pequeña en una serie, solo eso era lo que le daba tiempo con el inicio de grabaciones de la película.

El chico se tendió en su cama, escuchó el silencio en su apartamento, miró la puerta imaginando que Andrés entraba a decirle que estaba atrasado para algo importante y necesitaba vestirse ahora mismo, era raro tener tiempo libre, pero le gustaba, por muy solitario que pudiera ser.

Luego de unos minutos, el teléfono del chico empezó a sonar, el pelinegro sonrió al ver que Elliot le marcaba tal como habían acordado.

—Hey, hola —saludó tratando de sonar casual.

—Hola... emm... ¿Cómo estás?

—Bien, ¿Qué tal tú?

—Un poco ahogado por los exámenes especiales pero bien —bromeó —Jonathan dice que hoy a las nueve podríamos vernos en el bar del centro, ¿Quieres ir?

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