Elliot siempre ha sido fan de las series, películas, la música y en especial de todo lo que tenga que ver con el romance; en varias oportunidades ha mirado su televisión preguntándose ¿Como se siente realmente el amor? Ya que él a sus 17 años, nunca...
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Elliot guardaba en su bolso la gran mayoría de libros que debía usar en las clases del día, su teléfono comenzó a sonar ya que iba atrasado a la grabación de algunas escenas en el Colegio, salió al patio de recreación donde podía llegar más pronto a la zona trasera, caminó apresurado hasta que los chicos que siempre le molestaban lo vieron, los tres se pusieron de pie desde el césped y aprovechando que no existía nadie alrededor y solo ellos habían escapado de clases, se pararon frente al pelinegro.
—Perdón, necesito... pasar —dijo algo nervioso.
—¿No tienes clases? Bonito.
—No, tengo permiso para... —uno de ellos lo empujó al suelo y Elliot se asustó.
—¡Oh cierto! Eres actor ahora, hasta te cambiaste el peinado, como si el que no uses gafas te hiciera ver menos horroroso.
—Pero si yo solo quiero... —Uno de ellos le tomó de la remera, lo levantó desde el suelo y lo volvió a empujar, esta vez contra la pared.
—No te vayas a enamorar de mí —el chico comenzó a acercarse, el menor entró en pánico y puso las manos sobre su pecho para mantenerlo lejos. Allí fue cuando le llegó un puñetazo en la mejilla.
Mientras tanto Irene le marcaba al teléfono millones de veces, pero Elliot no respondía.
—Tal vez un inspector no lo deja salir.
—Imposible, tiene todos los permisos —exclamó Ryan.
—¿Y si ya no quiere trabajar? —Todos se voltearon hacia Robert tras su comentario —Puede ser ¿No?
—Voy a ir por él —dijo Irene, guardando su teléfono pero deteniéndose cuando la puerta de uno de los pasillos se abrió, Elliot caminó apresurado y todos se le acercaron asustados.
—Lo siento —dijo —Tuve un problema y...
—¡¿Qué te pasó?! —gritó Ryan perplejo, al ver como tenía tierra en su mejilla y una herida que sangraba lentamente, además del labio roto —¡Cintia! —la chica de primeros auxilios llegó rápido, Elliot tomó asiento y Robert caminó para ver que sucedía, al notar los golpes reconoció un nudo en su estómago.
—No ha sido nada grave, es solo que...
—¿Nada grave? ¿Quién fue? Dímelo ahora mismo.
—Irene no es necesario que... de verdad no tiene importancia —balbuceó Elliot nervioso, sin querer hablar.
—Yo sé —dijo Mellisa —Han sido los mismos tres de siempre, estoy segura ¿No? —Elliot se quedó en silencio, Irene se puso de pie y junto a la chica fue hacia la oficina del Director del Colegio, Ryan les siguió y Elliot tomó asiento en su camerino mientras le limpiaban las heridas.
