XVII-Nunca confíes en Ross

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Si infierno me espera, lo tengo merecido.
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Tal vez lucía demasiado ajustado, se adhería a su silueta como miel virgen en un frasco de loza, tenía detalles de encaje y delicadas capas de transparencia, sutiles, sin inclinarse a lo vulgar.

Se levantó desabrochándose el traje y la observó acercarce.

—Luce hermosa, ese vestido fue la mejor elec...—rápidamente ella agradeció en distancia y tomó asiento ruborizada.

Después de un breve silencio, Elah tomó la palabra:
—¿Cómo es que conoce a Amin? ¿Cuál es su relación?—preguntó con serenidad tomando un poco del minúsculo aperitivo que habían servido de entrada.

Ella se atragantó y tosió en su puño.
Incluso pensar en él le revolvía el estómago de una forma desagradable.
—En realidad no lo conozco mucho, puedo apostar que menos que usted, solo le estoy haciendo algunas  entrevistas para unos asuntos de mi universidad.—respondió con franqueza rozando la boca de la copa con un dedo—, y... No tenemos ningún tipo de relación, el señor Alabi está comprometido.—le aclaró abultando los labios.

Él dejó esa sonrisa que iluminaba toda su cara, sí, como comercial de colgate.
—Cualquiera que le conozca tan solo un poco como lo hace usted, sabría que el que esté comprometido no es un impedimento para Amin, tampoco creo que conceda su tiempo de buena fe sin nada a cambio, no es tan amable.—aclaró en un sencillo tono confiado.

Alaya permaneció callada por unos segundos.

Optó por una solución más apropiada, disfrutó unos cuantos bocados del exquisito plato y tomó la misma llaneza en la cual se le refería.

—¿Me invitó para investigar a Amin?—soltó sin rodeos.

Ross entornó los ojos, eso lo tomó por sorpresa.
Los rasgos de su sonrisa posaron una forma maliciosa, algo en ella le daba... curiosidad.

—Es usted muy directa señorita Flores—tomó el cuchillo y el tenedor, cortó el filete en cuatro partes mientras le dejaba en claro:—para nada, no necesito nada que provenga de Amin.

—Es difícil comprenderlo cuando lo hace tan evidente.—quitó la sombrillita de su coctel y tomó un trago para bajar el nudo que le causaba hablar de Amin.

Ross levantó la cejas llevándose a la boca una porción de carne.
Más que curiosidad, la chica le intrigaba demasiado, no era el perfil que Amin buscaba en las mujeres, eso lo notó desde un principio, ¿Entonces  qué la hacía especial?

—No me mal entienda por favor, sé que es una chica inteligente.—sus miradas se encontraron de una forma tan intensa que casi podía palparse.— Este compromiso tan repentino es extraño...  Me atrevo a mencionar... Una total farsa.—su expresión era confusa y meticulosa, semejada un forense en el estudio de un asesinato.

Ella frunció el ceño, analizándolo de ese modo.

—Bueno,  sí es extraño, pero no me sorprende—afirmó entonando su sobriedad.—. Hoy en día todo es conveniencia, él es un príncipe multimillonario y ella una heredera sumamente rica, un clavo saca a otro ¿No?—se encogió de hombros tomando otro trago de su bebida.

Entonces lo confirmó, no era una descerebrada después de todo, e intuía que no tenía ningún tipo de interés en Amin, eso haría las cosas mucho más fáciles para él.

Jaden  {Bilogía El Príncipe de Dubái}Where stories live. Discover now