Reencuentro.

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-Dime quien es mi alfa. 

La expresión de Lune seguía siendo fría, demasiado lejana, como si no lo hubiera escuchado y por un momento Shion penso que asi era, que ese espectro no lo había escuchado, no obstante, cuando le dio la espalda, aun con el libro en sus manos, se detuvo unos instantes. 

-No tienes porqué saberlo. 

Shion al escuchar esa respuesta no pudo comprenderla, viendo como Lune se apartaba de él, como trataba de ingresar en su santuario, pero no lo permitió, levantando una pared de cristal entre ambos, debido a la furia que sentía, porque todo su dolor era culpa de ese espectro. 

-¿No tengo porque saberlo? 

Le pregunto conmocionado, sin poder comprender sus palabras, con que derecho le decía que no le diría el nombre de su alfa, con que derecho le robaba esa información, como le robo su perfume natural, el que iba a revelarse durante su primer celo, la forma en que su alfa lo reconocería, como había sucedido con muchos otros antes que el.

-¡Estas hablando de mi alfa! 

Lune parecía que no tenía corazón, que no tenía sentimientos, ni piedad, como si creyera que lo mejor era que estuviera solo, guardando silencio, el nombre de su alfa, el que suponía debería estar entre ellos, sin reconocerlo porque no podía apreciar su aroma, porque no lo veía, porque pensaba que era un alfa, como él pensaba que Lune era un omega especialmente cruel.

-¡Tal vez tu ya tengas uno y por eso no te importe lo que me pase a mi, pero al menos, pensé que como omegas, tu entenderías mi sentir, pero solo eres un espectro! 

Lune era por muchos años mayor que Shion, el ya se veía como en ese momento lo hacía, cuando Shion era tan solo un niño, con esas extrañas ropas lemurianas, un prodigio que podía ver las vidas pasadas de los guerreros que portaban esas armaduras, un niño que era un omega en un lugar que no era seguro, un niño que sufriría demasiado, si era descubierto en la guerra que se avecinaba, por lo cual, cortó su cuello a la altura donde mordían a los alfas, evitando que su aroma natural pudiera sentirse, un acto cruel, pero que aun asi, lo protegía de una cacería.

-No se nada de tu sentir, porque no soy un omega y no dejo que mis emociones me dominen. 

Lo reprendió porque pensaba que Shion era mucho más fuerte que eso, que no trataría de buscar a ese alfa soñado, ese príncipe imaginario que parecían, todos ellos esperaban, que aun su omega en secreto añoraba, preguntandose porque, porque esperar algo de otro ser humano, cuando era obvio que serias traicionado, engañado, porque ese alfa no existía, no existía el alfa perfecto y tan solo sufririas al perder la esperanza, cuando tus sueños se quebraran en mil pedazos.

-¡Dime quien es mi alfa! 

Su alfa era un inútil que no podría defenderlo, que no podría evitar que lo dañaran, su alfa era una criatura a la que despreciaba después de ver su fallido intento por salvar a Shion, al prodigio que tenía enfrente suyo y soñaba como todos los omegas con ese alfa, que sería fuerte, pero amable. 

-No lo haré, no necesitas saberlo. 

Pero Shion era distinto, él era especial y no dejaría que nadie lo dañara, que ese alfa mediocre le fallará, aunque eso significaba apartarlo de su lado, ayudarle a su maestro a ocultar su verdadero sexo, porque las leyes de lemuria eran muy crueles con ellos, porque Athena los despreciaba, porque así no sería cazado como sus hermanos, asi podria sobrevivir, al ser confundido con un alfa más. 

-¡Tu que sabes sobre lo que necesito!

Shion caminó varios pasos hacia el, sosteniéndolo de su ropa, tan enojado que estaba a punto de hacerle daño, pero se contenía, porque eran sus aliados, porque eran sus invitados, aunque, no sabia que mas hacer, como convencer a ese espectro de decirle el nombre de su alfa, para pasar los últimos días de paz a su lado. 

Cacería.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt