Trato.

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-Su alfa a muerto, Violate ha muerto, por eso es que se desvaneció.

Hades comprendía ese dolor, porque fue el mismo que sufrió cuando Persephone fue destruida, cuando su esposa y su alfa, murió, en sus brazos, hacía tanto tiempo, pero tan poco para el, que aún derramaba una lágrima cuando la recordaba.

-Gracias por traerlo, santo de Athena, nosotros nos encargaremos de él.

Sisyphus no quiso marcharse al principio, pero después asintió, regresando al coliseo en donde lo esperaba Defteros, que había visto todo lo sucedido, como siempre, al ser una sombra podía pasar desapercibido.

-¿Como esta?

Sisyphus conocía de su existencia, claro estaba, al igual que todos los santos dorados de Athena, porque ella había prohibido que separaran a los hermanos, que ocultaran a uno de sus soldados.

-Perdió a su alfa, pero, parecería que aún no había muerto, pero, ya lo hizo y su marca se borro...

Si ya sufría al pensar que no pudo hacer nada por ella, cuando despertara comprendiendo que ella estuvo viva durante varios días, que la dejó sola a su suerte, sin saberlo, sin sospecharlo, el sufrimiento de ese omega seria aun peor.

-Tendrá que llorarle dos veces, solo porque esos bastardos quieren divertirse...

Defteros pensaba que iba más allá de eso, porque aun recordaba las persecuciones que sufrió, aun lo acusaban de causar desgracias, de ser la perdición de su hermano y todos ellos, todos los que le acusaban de eso, eran débiles, eran soldados de rangos menores, eran inferiores, lo sabian, pero querian negarlo.

-Yo creo que ellos saben que están muriendo, porque en esta época solo recordamos a la triada, Hades, Poseidon, Athena, pero aun asi, somos pocos quienes creemos en ellos...

Sisyphus no se atrevió a interrumpir a Defteros, que aun cubría su rostro por lo que decía era respeto a su hermano, por puro reflejo, por pura costumbre, aunque no era necesario que lo hiciera y él, aunque se veía como un salvaje, gustaba de pasar su tiempo libre en las bibliotecas, aprendiendo, decían que el mismo Degel le enseñó a leer, a escribir, porque eran grandes amigos.

-¿Qué hay de Ares o los demás?

Pregunto Sisyphus, recordando que había demasiados dioses, que muchos de ellos debían estar en la misma posición que los dioses de la cacería y tal vez, ese ritual era creado para poder hacerse presentes, una ofrenda tomada la fuerza, un tributo, muertes injustas que se contaban de generacion a generacion.

-Ares... yo creo que Ares no será olvidado, la guerra, la guerra injusta es la clase de guerra que sucede más a menudo y últimamente, con las nuevas ciencias, con las nuevas artes, parecería que no hará más que aumentar su poderío.

Sisyphus rasco su barbilla en ese momento, pensando en esas palabras, que tenían demasiado sentido, pero, se preguntaba, si las nuevas artes, podrían ser creaciones del menos renombrado de los dioses, Hefesto, que era un herrero cuando la creación de espadas era una ciencia complicada.

-Entonces... piensas que al cazarlos, no solo están castigando los crímenes que dicen esos dioses cometieron, sino, están grabando en sus soldados, en los que presencian ese acto repugnante, sus nombres, como manteniéndose con vida, a cambio del dolor de los mortales.

Sonaba como una locura, en ese momento, supuso Defteros, que escucho los pasos de cinco intrusos, antes de que pudiera decirle que si, si pensaba que era una forma de mantenerse con vida, si no podían tener su amor, tendrán su miedo, que al fin de cuentas era lo mismo para un dios, porque de esa forma, los mortales creian en ellos, su fe, los mantenía con vida, supuso.

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