Our Last Sunset [✓]

Capítulo 17: helado

Esa tarde fui a casa de Maddy. Sus madres se habían ido el fin de semana y ella nos mandó un mensaje a Hannah y a mí que me alegró la tarde. Nos pilló que justo las tres estábamos en esos días del mes, y que mejor que pasarlos en compañía comiendo comida basura y viendo pelis.

Maddy:
Tarde de chicas con mucho helado y galletas.
Venid sobre las seis ;)

Hannah y yo llegamos más puntuales que un reloj, ambas con algo en las manos. Yo llevaba galletas de mi abuela y Han-Han paquetes de palomitas y tabletas de chocolate.

Oh, sí. Esto prometía.

Nuestra amiga nos abrió la puerta y nos condujo al salón donde lo había montado todo de una manera espectacular. Había muchos cojines y mantas en el sofá, algunos boles de plástico listos para llenar con palomitas y un bote de helado de chocolate para cada una. ¿Podía mejorar aún más el día?

—Maddy esto está súper chulo —le dije asombrada. Dejé la comida en la mesita que había cerca del sofá y me senté enfrente de la tele.

—¿Qué peli vemos primero? Yo voto por algo divertido antes de empezar a llorar —propuso Hannah.

Obviamente, esa tarde iba a estar repleta de películas románticas con las que no nos sentiríamos identificadas y lloraríamos por querer tener algo así mientras nos poníamos gordas, así que su idea me pareció muy bien.

—¡Se me olvidaron los pañuelos! Enseguida vuelvo.

La anfitriona desapareció del salón y Hannah se sentó a mi lado mientras encendía la televisión. Entró en Netflix y volteó la cabeza para mirarme.

—¿Alguna propuesta?

Negué con la cabeza, la única película que tenía en mente no era precisamente divertida así que preferí callarme.

—¿Qué tal Grease?

—¡Sí! —gritó Maddy desde el marco de la puerta. Dejó los pañuelos en la mesita y se sentó al lado de Hannah.

—Bien, pues que empiece el espectáculo.

Hannah le dio al play y las tres nos acomodamos en el sofá, tapadas con las mantas y abrazadas a los cojines. La película fue avanzando y en el momento en el que empezaron a cantar Summer Nights no pude evitar preguntarme si lo mío con Cameron sería eso, un posible amor de verano.

Recordaba con perfecta claridad el beso de hacía cuatro días, y aunque no había vuelto a pasar nada, sentía que las cosas eran distintas entre nosotros. Y me asustaba sobremanera no saber si era para bien o para mal. En otro momento en el que solo cantaban, Maddy se inclinó sobre Hannah para verme.

—Oye ¿qué pasó en la fiesta? Te fuiste sin decir nada. ¿Te llevó Cam?

—Eso eso. Nos dejaste con la intriga.

Negué con la cabeza mientras tragaba la cucharada de helado que me acababa de llevar a la boca.

—Bebí de más y me bañé en el mar en ropa interior —reí—. Cameron solo me llevó a casa. Gracias a dios, a saber qué habría hecho si no.

Las chicas me miraron sorprendidas y después estallaron en carcajadas. Decidí omitir la parte del beso porque Cam y yo no habíamos hablado aún de ello, y puede que luego resultara no ser nada, así que no quería contarlo todavía.

—Y parecía una chica buena cuando llegó —bromeó Hannah.

—No, enserio, no creo que lo repita pero por si acaso no me dejéis beber. Lo odio.