Capítulo 6: ella

1.1K 75 1
                                    

CAMERON

Saliendo del instituto, Evans corrió hacia mí para alcanzarme. Al parecer tenía algo que decirme.

—A las seis en la playa. Sólo los chicos. ¿Qué me dices?

¿Que qué le digo? Pues que de una. Quedaban dos semanas para acabar el curso y yo ya estaba harto de tener que ir a clase en vez de quedarme surfeando. Todos los años me pasaba lo mismo, en cuanto llegaba el calor ya no aguantaba separarme de la tabla y corría a casa para cogerla lo antes posible. Así que el plan me parecía de puta madre.

—Cuenta conmigo. Nos vemos allí.

Me despedí de él y me subí al coche para volver a casa.

Tres horas más tarde estábamos en la playa jugando a cualquier cosa que se nos ocurría. El mar estaba calmado así que no había muchas olas que coger. Por eso, nos pusimos a jugar al fútbol, al voleibol, a un mareo... literalmente, a cualquier cosa que os venga a la mente.

En una de las muchas ocasiones que alguien mandó la pelota a tomar por culo, esta vez Oliver, vi algo al ir a recogerla. Más bien a alguien. Estaba bastante lejos, pero era una chica de nuestra edad tomando el sol sola. Decidí acercarme un poco a cotillear, y cuando la vi más de cerca me quedé sin palabras. ¿Nunca os ha pasado que veis a alguien y queréis conocerlo? Pues eso me ocurrió con ella. Así que, disimuladamente, lancé la pelota hasta su toalla. Como era de esperar se levantó y buscó al propietario, así que me acerqué. Se quitó las gafas y me miró directamente a los ojos. Tenía unos rasgos muy finos y la piel algo pálida. Sus iris eran una mezcla de color verde y caramelo, me parecieron diferentes. O no era de aquí o no le gustaba el sol. La segunda opción era imposible que fuera viable, así que me quedé con la primera.

—Perdona. Mis amigos y yo estamos jugando y se nos ha escapado.

Siguió mirándome sin decir nada, tal vez era muda. O no hablaba inglés.

—Soy Cameron. —Le tendí una mano que ella aceptó. Las tenía suaves y eran pequeñas.

—Leah —dijo. Era un nombre muy bonito, como ella. Le pegaba bastante.

Sonreí intentando rebajar la incomodidad del ambiente. Al fin y al cabo estaba hablando con alguien a quien no conocía de nada, y eso no debía gustarle mucho. De todas formas, aproveché para mirarla una vez más. El pelo le llegaba a la parte de arriba del pecho, y era castaño aunque no demasiado oscuro.

—No eres de aquí, ¿verdad? —me interesé.

—Estoy de visita.

Confirmó mi teoría, aunque eso generó más dudas en mi cabeza. ¿Estaría de vacaciones con su novio? Puede que por eso no fuera tan extrovertida. Tal vez vino con su familia, y es simplemente tímida. Junté mis labios en una fina línea, no sabía que más decirla para romper el hielo. Desvié la vista al mar, y entonces se me ocurrió algo.

—¿Te gustaría venir conmigo y mis amigos?

La vi sopesar las opciones de acompañarme. Era como si pudiera escucharla pensar. Esta chica era un completo libro abierto. Solo mirándola podías intuir, por las expresiones de su cara, lo que podía estar sintiendo.

—Me gustaría, pero no puedo. Lo siento.

Mierda. Respiré hondo y dejé que las palabras salieran solas.

Our Last Sunset [✓]Where stories live. Discover now