Capítulo 3: bienvenida a Australia

1.4K 109 0
                                    

Habían pasado tres semanas desde aquel fatídico día. Mi tobillo iba mejorando a pasos agigantados pero era tarde para cantar victoria. Seguía yendo de acá para allá con muletas para no apoyarlo y los vídeos que me mandaban mis compañeras de los ensayos no me ayudaban. Ellas querían que no me perdiera ningún avance pero yo no podía mirar las coreografías. No desde ese sábado. En ese 30 de octubre mis sueños se habían esfumado para siempre. Mi tobillo se recuperaría pero yo no. Ya nada sería lo mismo. Nada tenía sentido, ni siquiera mi estancia en esta casa. Es por eso que encendí el ordenador, y empecé a buscar vuelos desde Londres a Melbourne. Mi abuela por parte de madre vivía allí, ¿y qué mejor sitio para irte que a la otra punta del mundo? Sabía que necesitaba un cambio de aires para pensar, recomponerme y volver a encontrarme. ¿Y dónde mejor que con mi abuela Kimberly? Esa misma noche la llamé, quería darle la noticia de que me tendría allí en pocos días.

—¿Abuelita Kim? —pregunté al escuchar cómo descolgaban el teléfono.

—¿Leah? ¡Qué sorpresa! ¿Te has acordado de que tenías una abuela?

Su comentario me arrancó una sonrisa. Era la primera desde aquel sábado. Había estado muy triste, tanto que mis padres me preguntaron si me encontraba bien y se quedaron una tarde conmigo en casa. Creedme, eso es demasiado incluso para ellos.

—Sabes que te quiero mucho, es por eso que te llamo. Voy a ir a Melbourne.

Se escucharon unos segundos de silencio al otro lado de la línea.

—¿Vas a venir? ¡Eso es genial! Así alegrarás a esta pobre vieja de aquí, la tenéis abandonada. ¿Cuándo vienes?

—El jueves de la semana que viene.

El día de antes tenía cita con el doctor Louis, y quería irme segura de que mi tobillo estaba mejor.

—Genial, te prepararé la habitación. Estoy deseando que verte, tu madre dice que estás ya muy grande.

¿Mi madre habla con mi abuela de mí? Eso sí que era una gran novedad.

—Hablando de tu madre, ¿les parece bien que vengas?

Buena pregunta la de mi abuela. La verdad es que no les había dicho nada, pero para el caso que me hacían no creo que les importase. Además, seguiré con mis clases online allí así que no tienen que preocuparse por las notas.

—Sí, por supuesto. Te veo dentro de poco abuela.

—Estaré contando los días.

Después de colgar me levanté de la cama y caminé hasta el salón. Les conté a mis padres que iría a ver a la abuelita a Australia, no les especifiqué que pensaba quedarme allí un tiempo. Al principio no se les veía muy convencidos, pero al decirles que ya tenía el billete comprado y que había hablado con la abuela acabaron accediendo.

La visita al médico fue genial, mi ligamento se había curado antes de tiempo y podía hacer vida normal, siempre y cuando no bailara durante al menos dos semanas. Ni siquiera esa noticia fue capaz de alegrarme. Me decía a mí misma una y otra vez que volvería a bailar antes de lo esperado, pero sorprendentemente me daba igual. Supongo que luchar tanto por una cosa y que a alguien le fuera tan fácil arrebatártelo me daba miedo.

Miedo no, pavor.

El solo hecho de pensar que me podría haber pasado o si me pasaría otra vez me generaba un pánico que fue capaz de alejarme del ballet. Esa vez había salido más o menos bien parada, ¿pero y si volviera a pasar? Alex ya no estaba en la escuela pero seguía por la calle, podría hacerme lo que quisiera, como volver a empujarme por otras escaleras. Y no estaba dispuesta a volver a pasar por eso.

Our Last Sunset [✓]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang